Liam.
Ese tal Carl lanzó una carcajada al oír mi comentario.
Madison se me acerco y me dio un pellizcon por mi espalda.
—¡Mujer! Eso dolió.- la mire y me estaba ofreciendo una sonrisa más falsa que las flores de plástico que estaban a nuestro lado.
—¿Cómo es eso?- pregunto el hombre.
—Pues si no estuviera Andrew, su novio sería yo.
No mentí cuando lo dije. Nunca me ha dado vergüenza admitir mis sentimientos por Madison ya que son puros y sinceros. Hasta el mismo Andrew me lo menciono, él confía plenamente en mi. Otra persona ya habría hecho lo imposible por separarlos, pero yo no soy así, estoy muy seguro que algo entre Madi y yo pasara. Obviamente no se cuando, pero lo sé.
Pude notar el enojo de Madison así que decidí cambiar el tema.
—Bueno no vinimos a hablar sobre eso, Carl. Estamos aquí para que mi princesa use un cupón que le he regalado. ¿Nos podrías ayudar?
—Claro. Será un placer, síganme.
Otra empleada de la tienda ayudaba a Madison a buscar ropa de su talla. Carl me sugirió que me sentara porque las chicas se toman su tiempo en eso y no mentía. Llevábamos diez minutos en la tienda y Madison solo tenía una camiseta y unos jeans.
La verdad me estaba empezando a aburrir así que le mande un mensaje a Andrew por WhatsApp:
—Oye Andrew, acaso sabes que talla es Madison de ropa interior.😏
Leyó el mensaje en menos de dos minutos y ya estaba escribiendo. Quería fastidiarlo un poco.
—No lo sé Liam, pero espero que sea una pregunta retórica porque si me entero que le compraste ropa interior te mato.
—No lo sé Andrew, es que tengo dudas, con la falda del colegio su trasero se ve un poco más pequeño de cómo se lo veo ahora mismo.🤔
—¿Que demonios lleva puesto?
—No sé si deba decirte Andrew, estás castigado.😂🤗
Luego de unos minutos de que Andrew me dejara en "leído" pude ver que el celular de Madison comenzó a sonar. Lo miro por un segundo confundida, y contesto. Un par de minutos más y ya me estaba fulminando con la mirada desde lejos. Estaba seguro que era Andrew y le pregunto qué llevaba puesto.
Me encantaba ver a Madi molesta, sus cejas eran gruesas y con una forma que cualquiera envidiaría y cuando las arqueaba eran realmente seductoras.
Por fin luego de un gran rato Madison tenía bastante ropa. Tres camisas, dos blusas, una falda, tres jeans, cuatro pantalones cortos y dos trajes, también llevaba unas sandalias al estilo india y unos converse negros. En estos momentos me preguntaba cuánto dinero poseía ese cupón, pero no le puse más atención al tema cuando Madison salió por fin del probador.
Llevaba una blusa de color negra que llegaba a mitad de su abdomen, decía "eat me", la frase decía justo lo que tenía ganas de hacerle, unos pantalones cortos de color blanco con varios botones, unos converse negros y un chooker
negro. Hermosa, podía observa con claridad sus piernas bien formadas y su abdomen bronceado.—Creo que la espera está valiendo la pena.- susurre, pero me escucho.
—Esta vista no la tienes todos los días.- dijo burlona.
Le tire una fotografía sin que ella se percatara y se veía alucinante, en la foto estaba distraída mirándose en el espejo y realmente me di cuenta de que mi pequeña Madi ya era toda una mujer.
Conocía a Madison desde que tenía siete años y la vi crecer y madurar. Aún recuerdo esos días en que la llevaba a una colina para ver las estrellas en la noche. Fueron pasando los años y me di cuenta de mis sentimientos por ella. Ahora la miro y me pregunto ¿donde quedo la Madi que abrazaba mi abdomen cada vez que lloraba? ¿Donde está la Madi que alguna vez me dijo que se casaría conmigo cuando creciera? ¿A donde se fue la Madi que protegía?
Estaba justo frente a mi, podía ver cómo pasaban miles de recuerdo por mi mente. La vibración de mi celular en mi chaqueta me saco de mis pensamientos y me causo gracia cuando vi el mensaje.
—Liam, apiádate de mí por lo que más quieras. Quiero verla.
Andrew me dio un poco de pena y cada vez que Madison salía con distinta ropa le tomaba una fotografía distraída.
—Luego me lo agradeces. Para la próxima pórtate bien para que puedas verla en primera fila como yo.
Le envié diez fotografías de Madi y me sentía todo un pervertido.
—Tampoco la observes mucho, Liam. Cuídala.
Rápidamente que leí el mensaje me dije a mi
mismo "siempre".Ya eran las dos y media de la tarde, estábamos comiendo en la plaza central del centro comercial. Yo comía una hamburguesa francesa y ella una ensalada de papas majadas.
Estábamos hablando sobre mi hermana, Liza y de muchos temas más que no eran de gran importancia para mí, cuando de repente ella se levanto de su silla bruscamente y se dirigió así mi. Se acercó, buscó en mis bolsillos sin decir nada solo buscaba. Hasta que encontró lo que buscaba, la carta.
—¿Estás listo?
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"Ese Chico Raro"
Teen FictionEl pasado es el creador de cicatrices en el corazón de las persona. Tal vez se alivie el dolor, pero las marcas seguirán hay. ¿Puede una simple persona borrarlas por completo? ¿Acaso es tan poderoso el amor? Madison es una adolescente de 15 años, co...