Madison.
El encuentro con ese idiota me había arruinado la tarde de ese día, y la mañana de hoy. Me desperté del lado izquierdo de mi cama, literalmente. No estaba de humor para nadie, ni siquiera quise desayunar y mi hermano seguía insistiendo en que lo hiciera.
—Si no desayunas podrías marearte en el colegio, Madison, aunque sea por lo menos terminate el jugo.- si que era un dolor de cabeza cuando decidía insistir.
—Malcom, estaré bien, no tengo hambre, vomitare si cómo sin desearlo.
—Bueno, esta bien, pero si te sientes mareada debes comer.
Malcom, siempre era muy sobre protector, demasiado en mi opinión. Me cuidaba como si fuera una niña de cinco años, a veces me hacía sentir especial, pero en momentos como este, que no deseaba hablar, era irritante.
En ese preciso instante, Andrew me envió un mensaje de texto avisándome que ya se encontraba en el lobby. Estaba muy segura que esto no acabaría, si mi hermano era muy sobre protector, Andrew era una persona que se preocupa por todo.
—Hermano ya me voy, nos vemos a la tarde, te amo.- no deje que me contestara y salí del departamento.
Llegue al lobby inmediatamente y no falto la profunda mirada de Andrew sobre todo mi cuerpo. Era provocativa hasta que vio mi rodilla, estaba que daba pena, con varias bandas e incluyendo el hecho de que cojeaba.
—Mi querida novia no pudo ser tan tonta y caerse por las escaleras.- me dio un pequeño beso en los labios.
—Soy una torpe, ya deberías saberlo.
—Haber, ¿que pasó? Por favor no me mientas.- su cara estaba totalmente seria, jamás podría mentirle cuando está de esa manera.
—Solo estaba corriendo con Max por el parque, me tropecé con un chico y pues me lastime un poco la rodilla, pero no fue nada.
—Ese chico, ¿tuvo la culpa?
—No, no fue su culpa, yo estaba distraída.- no les pasa que aveces no se entienden ni ustedes mismos, pues esto era uno de esos momentos.
Lo estaba defendiendo, debí decirle a Andrew lo imbecil que fue ese chico, pero no quería hacerlo.
—Bueno, lo de distraída es cierto. Madison, te distraes con cualquier cosa, deberías ser más cuidadosa.- me sentía aliviada porque parecía que era el final de esta conversación.
Vi que saco su celular e hizo una llamada rápida. Se alejó con toda la intención, para que yo no escuchara nada.
—Esperaremos a Jam, el autobús del colegio ya debió haber partido y ni loco dejaré que camines hasta el colegio.- iba a decir que no era necesario, lo de la rodilla no era nada grave, pero coló su dedo en mis labios.
—Nada de peros.Una sonrisa se asomó por mis labios. Andrew era el novio que todas desearían, era el chico perfecto. Y de solo pensar que era mío, me hacía muy feliz.
Andrew tomo mi mochila, nos sentamos en un banco que se encontraba frente al edificio para esperar a Jam, el chofer de Andrew. Él era un hombre serio, demasiado para ser humano; jamás, en lo que llevó viéndolo ha sonreído o mostrado inseguridad.

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"Ese Chico Raro"
Ficção AdolescenteEl pasado es el creador de cicatrices en el corazón de las persona. Tal vez se alivie el dolor, pero las marcas seguirán hay. ¿Puede una simple persona borrarlas por completo? ¿Acaso es tan poderoso el amor? Madison es una adolescente de 15 años, co...