Capítulo 24

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Andrew.

Nos sentamos en el sofá de cuero que se encontraba en la sala y Madison aprovechó la oportunidad para contarme todo sobre el instituto. Contaba todo con una gran sonrisa la cual provocaba una en mi. Su entusiasmo me hacía saber que realmente quería ir a ese lugar y yo jamás le impediría irse. No podía ser tan egoísta, ella quería forjar su futuro lejos de este cuidad, donde obviamente tenía cientos de oportunidades.

Estaba feliz que pudiera encontrar un lugar donde se sintiera cómoda y satisfecha. La verdad es que yo no tenía problemas para siempre poder entrar donde quisiera. Mi padre solo daba su cara en el lugar y amenazaba al que se opusiera, de eliminar la existencia del lugar si no me aceptaban, algo de lo que definitivamente no estaba orgulloso. Me hubiera siempre gustado luchar por mis sueños, no que permitieran mi entrada por miedo a mi padre.

Por un momento apareció en mi mente la idea de aprovechar la actitud de mi padre, para así poder ir también a ese instituto. Podría estar con Madison todo el tiempo y lo mejor de todo, lejos de mi padre y mi hermana. Pero obviamente el no lo permitiría, no dejará que vaya al mismo lugar donde este Madison. Todavía me encuentro en ese colegio solo porque soy "el chico estrella" de este. Tampoco quería dejar a mi madre sola, no podría imaginármela llorando por no tenerme cerca. De igual forma, tenía que pensar de la misma manera que Madison, ella quiere tener oportunidades en la vida que la ayuden a convertirse en una profesional, no importaba si tenía que alejarse del lugar y las personas que ama. Así que yo seguiría en el colegio hasta el día que me gradué.

Estaba perdido en sus ojos, verdes como la naturaleza, y su sonrisa tan hermosa y reluciente.

—Perdón, ya debería callarme.- su comentario me expulsó de mis pensamientos.

—¿Por qué lo dices?

—Desde que nos sentamos no he dejado de hablar del instituto y eso debe ser aburrido para ti.- ¿aburrido?

Como en el mundo iba a ser aburrido ver su hermosa sonrisa cada que hablaba, era todo lo contrario al aburrimiento.

—Madison, créeme que jamás estoy aburrido cuando estoy contigo. Escucharte hablar es como oír sirenas cantando.- sus mejilla se tornaron rojas, dejo escapar una tímida sonrisa.

—Ahora que recuerdo, no he terminado de recoger, me falta poco, si quieres puedes quedarte aquí mientras yo término.

—No, que dices. Te ayudaré.- me dio un rápido beso en los labios.

Terminamos de recoger todo el departamento y mientras lo hacíamos no dejaba de pensar que algún día estaríamos así. En nuestro espacio mientras limpiamos y escuchamos música a todo volumen. Realmente teníamos la música muy alta, me preocupe por los vecinos, pero Madison me dijo que era todavía de día. Nos encantaba bailar a ambos, otra de las cosas que amaba de Madison. Estamos bailando la canción que sonaba por todo el departamento, "Perfect" de Ed Sheeran. A pesar de que todo el baile estaba siendo improvisado, no tuvimos dificultades. Todo fluía cómo debía, Madison reía cada vez que la alzaba en mis brazos.

Ya estaba atardeciendo y el hermano de Madison no llegaba. Según Madison llegaría cerca de las cinco. Hasta que Madison recibió un mensaje de texto de su parte.

—Madison la sección de fotos se retrasó bastante. Estoy en un pequeño pueblo un poco lejos de la ciudad, así que mis clientes decidieron rentar habitaciones en un hotel. Puedes usar el dinero que se encuentra en mi habitación para pedir una pizza. Cuídate Madison. P.D.: el Doctor Wilson llevará a Max en cualquier momento al departamento, dale las gracias de mi parte. No hagas una fiesta, pero puedes llamar alguno de tus amigos para que no estés sola.

—No te preocupes Malcom, estaré al pendiente del Doctor. No estaré sola, Andrew está conmigo, le pediré que se quede a dormir. Ya se, "no hagas nada de lo que luego te puedas arrepentir" no haré nada. Te quiero hermano.❤️
—Por lo menos me quedo tranquilo sabiendo que no estarás sola. Exacto, ¿tanto lo repito?  Te quiero más hermanita. ❤️

A solas con Madison, era algo que aunque no lo aparentaba me dolía. Ella no estaba lista para avanzar más allá en nuestra relación, pero nunca la obligaría a entregarse a mi. Cuando hizo el intento en el colegio, me sentí un pésimo novio al verla llorar. Ella simplemente quiere complacer al novio pervertido que tiene. Pero yo sabré cuando ella este preparada.

Madison fue en busca del dinero en la habitación de su hermano para comprar pizza mientras yo estaba sentado en su cama. Vi todo a mi alrededor y siempre observaba la foto de su madre, era como ver a Madison adulta. Tenía el mismo color de ojos, su pelo rizo eran iguales solo que el de su mamá era color castaño, la piel blanca, de baja estatura y buen cuerpo, al igual que Madison. Cuando volvió alzó el dinero y sonrío provocativa, estaba a punto de hacer algo. Se estaba acercando lentamente, cada paso me mataba. Ese maldito sujetador deportivo en el cuerpo de Madison era la definición de sexy, y junto a la sudadera, era de otro mundo su belleza.

Un adolescente muy hermosa, de piel blanca, con una estatura de 5' 1". Con unos hermosos y enormes ojos verdes, una nariz pequeña, unos labios gruesos los cuales la mayoría del tiempo estaban semi abiertos. Pecas que estaban en sus mejillas, un cuello promedio en el cual podía acurrucar mi cabeza en el. Tenía unos pechos no muy grandes, pero para mí parecer eran perfectos. Su abdomen marcaba la buena nutrición y ejercicio que Madison realizaba. Una cintura donde mis manos se perdían dando paso a sus curvas y trasero bien formado. Unas piernas ni muy largas, ni muy cortas, las cuales mostraban con orgulloso sus pantorrillas con una buena forma. Y volvía a subir y su cabello era hermoso, probablemente el rizo más hermoso que había visto en mi vida. Tenerla era un sueño.

Se sentó en mis piernas, con su rostro frente al mío y era como si hubiera regresado al pasado, esa posición me recordaba a Perla. Se acercó a besarme y era ella, Perla. Me alejé sorprendido y asustado, pero pude ver que en realidad era Madison.

La saque de mis piernas y la deje en su cama. Que fue eso, porque Perla vino a mis recuerdos.

«¿Que mierda me pasa?»

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Hola queridos lectores:

Es la primera vez que me dirijo a ustedes y no sé ni cómo escribirles... bueno antes que todo. Les quiero dar las gracias por leer cada capítulo y dejar su estrellita. No saben lo agradecida que les estoy y por esa razón les quiero hacer una sorpresa, pero solo si llegamos a las 500 lecturas. Que según yo, será pronto; les encantará. Sigan leyendo, que esto apenas está empezando.

"Ese Chico Raro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora