Esas manos peligrosas que jugaban con mi falda eran firmes y sabían qué hacer.
Un loco apasionado, ese era mi novio.
—Veo que hoy te levantaste de buen humor. - le dije mientras trataba que mis manos llegarán a su cuello, su punto débil.
—Con buen humor y con muchas ganas de verte. El olor de tu piel están necesario para mí.
Definitivamente mi novio es un poeta. Me gustaba ese lado romántico, que solo yo podía ver en él .
—Será mejor que subamos, Andrew. Mi hermano nos está esperando. - el vivía enamorado de mi olor y yo de sus labios tan gruesos y esos ojos azules.
—Está bien.
—Madi ¿hoy usas ajustados? - comenzó a reír.—Eres un idiota. - aunque tenía razón, mi ropa interior estaba bastante ajustada, hacía ver mis glúteos más formados.
—Un idiota que amas.
—... pero a la misma vez odio.
Fingió un golpe al corazón y comenzó a reír. Esa sonrisa tan perfecta que presumía, que yo amaba.
Entramos al elevador, como siempre había música de fondo y Andrew no perdió la oportunidad de hacerme bailar. Era una música suave y romántica. Nuestras caderas se movían al compás de la música.
—Madison, Te Amo. - ese momento mi corazón se encogió.
Recordé que todavía era la hora que no le había dicho a Andrew sobre el instituto. Entre más alargara la noticia más doloroso sería para ambos.
—Yo... también Te amo, Andrew. - inconscientemente mis ojos se llenaron de lágrimas.
—¿Qué te pasa Madison? ¿Por qué lloras? - era la oportunidad perfecta.
—Andrew... yo... tengo...
—¿Tienes?
—Tengo... miedo de perderte. - y de nuevo no había aprovechado la oportunidad de decírselo.
—Me tienes aquí Madi y créeme cuando te digo que no me voy a ir de tu lado, estaré siempre junto a ti, oíste, siempre. - no sé si será posible.
Acercó sus manos a mis mejillas, seco mis lágrimas que inconscientemente habían salido y lentamente se estaba acercando a mi. Yo era muy pequeña, o el muy grande.
Veía esos ojos azules acercarse lentamente a mi, cuando los vi demasiado cerca, cerré los míos y sentí un escalofrío. Sentí sus labios moverse con suavidad por los míos. Sentía como si todo a nuestro alrededor se detuviera.
Nos separamos por falta de aire y me abrazó muy fuerte.
—Te amo.
—Yo Te amo más de lo que imaginas.
Me podía considerar una estupida, seguía alargando la noticia.
Andrew no iba poder ir al mismo instituto. Su padre, Thomas era bastante estricto. Su padre es uno de los jefes en una empresa de electrónicos. Nunca le agradé, decía que Andrew debería buscarse a alguien de su nivel, no ha una huérfana.
Desde ese incidente, Andrew lo odia y procura que cuando el Sr. Thomas regresa a casa; irse con sus amigos o a veces se queda conmigo.
Andrew trata de convencer a su madre para que se divorcie de él, pero ella vive aterrada de él. A demás de que Emma es su niña consentida. El Sr.Thomas siempre los está comparando; sé que son gemelos, pero no necesariamente tienen que ser iguales en todos los sentidos.
Emma no es ninguna santa. Soy la única que sabe que a sus 16 años de edad no es virgen. Andrew ni Nayla saben sobre eso y mucho menos el Sr. Thomas.
—Madison, ¿en qué piensas?
—No, nada. - si llegara a enterarse Andrew no sería por mi.
—Pues vamos, Malcom nos espera.
ESTÁS LEYENDO
"Ese Chico Raro"
Teen FictionEl pasado es el creador de cicatrices en el corazón de las persona. Tal vez se alivie el dolor, pero las marcas seguirán hay. ¿Puede una simple persona borrarlas por completo? ¿Acaso es tan poderoso el amor? Madison es una adolescente de 15 años, co...