Capítulo 12

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No podía ir a casa y que mi hermano me viera así, y mucho menos podía volver a la casa de Andrew.

—¿Qué hago?

—Devolverme mi chaqueta.

Me volteé y lo vi. Era Andrew todo empapado bajo la lluvia, pero... creo que no vino por mi, solo por su chaqueta.

Me estaba quitando la chaqueta y me sentía vacía, pero no podía hacer nada, yo me fui y no quiero volver sabiendo que su padre no me acepta y puedo causarle problemas. Entiendo si no le interesa seguir conmigo.

—Oye.- levanté mi mirada y lo vi sonreír.
—Tu vienes incluida con ella.

Cuando escuché esas palabras. No lo dude dos veces, corrí hacia él y lo abracé. A pesar de estar empapado todavía seguía teniendo esa calidez en su cuerpo.

—Olvidaste algo en casa.

—¿Qué?

—Tu collar.

Me acercó más a él para ponérmelo. Tenía mis manos en su pecho y...
—No deberías estar aquí, tu padre no me acepta. No quiero que tengas problemas con él por mi culpa.- no podía creer que teniendo otra oportunidad la iba a negar.

—Y tu no deberías estar a estas horas en la calle y debajo de la lluvia. Ja, tenemos mucho en común.

—Estoy hablando seriamente Andrew. Yo no quiero que tú padre te guarde rencor por mi culpa.

—Escucha, mi padre solo se preocupa por si mismo y no le importa nadie más. Nos cuestiona solo porque somos su familia y pues nuestras acciones pueden hacer que su reputación baje inmediatamente. Una vez, Emma se escapó de casa y salió en los noticieros y periódicos. Mi padre la castigó; sin celular, sin computadora ni nada electrónico que le hubiera servido de entretenimiento, no podía salir y mucho menos recibir visitas. Por esa razón Emma trata de hacer todo a favor de mi padre, si tú no le agradas es porque sabe que tampoco le agradarías a mi padre, pero nosotros solo somos parte de su falso perfil de una familia perfecta. Por eso no te dejaré ni por él ni por nadie. Eres mi chica Madison y créeme que haría cualquier cosa por ti.

—¿Por qué? ¿Por qué dejarías todo por mi Andrew?

—Porque Te Amo Madi.

—Yo también Te Amo.

No pude resistirme y comencé a llorar. Aunque la lluvia ya simulaban lágrimas, pero él, él supo que estaba llorando y me abrazó. Estaba sobre su pecho y podía escuchar los latidos de su corazón, latía muy rápido.

Me besó en la frente, me alzó el rostro y me besó. Llevábamos cinco meses juntos y nunca me había besado de tal forma. Andrew llevaba el control, sabía que era mi primer beso y supo hacerlo inolvidable. Me acercó tanto a él que mis pechos quedaron contra su abdomen. Tenía una mano en mi cintura y otra en mi mejilla. Sentía como nuestra respiración chocaba, me alcé en puntillas para poder estar un poco más alta, al lado de Andrew era una enana. Sentía sus labios, sus latidos, sus gruesas manos tocando mi cintura, pero un detalle que se nos olvidó... estábamos en medio de la carretera. Un auto desde muy lejos comenzó a tocar la bocina y salimos corriendo a la entrada de nuevo. Nos empezamos a reír como locos.

Esa noche Andrew se quedó en mi casa, y todas las que siguieron, se quedó dos semanas. Dormía en el sofá, aunque yo no quería, pero mi hermano no quería que durmiera con el. Nayla cada tres días le traía ropa limpia y siempre me daba las gracias.

Malcom le dijo a Andrew que se podía quedar siempre que quisiera ya que le sirvió de mucha ayuda a mi hermano en cuestión de la cocina y compañía para mí mientras el trabajaba. Hasta que finalmente el Sr. Thomas se volvió a ir de viaje y volvió a su casa.

"Ese Chico Raro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora