Me había ya despertado e intentado dormir de nuevo, varias veces hasta que finalmente acomodé las almohadas contra la pared para incorporarme un poco. Ella de costado hacia mi, dormía profundamente y como nunca, tenía una de mis manos aferrada a la suya. Sonreí y con mucho cuidado de no despertarla, le acomodé el cabello mientras una mezcla de protección y ternura que creo no había sentido antes hacia ella me cogió desprevenida. De pronto fui consciente, que tanto esa mujer había trastocado mi vida desde el preciso momento en que entró en aquella lavandería y a medida que pasaba el tiempo, iba arrastrándome hacia algo que yo no tenía ni idea de cómo manejar.
En eso, hizo un leve movimiento como si tuviera frío, yo, girándome despacio, la arropé con las sábanas antes de decidir levantarme. Tenía muchísima sed, me puse unos shorts y una camiseta que encontré por ahí y fuí al baño.
Al salir del lavabo, me dirigí hacia la cocina por un poco de agua y me topé cara a cara con un personaje de lo más pintoresco. Era grande pero delgado y llevaba una especie de gorrito de jebe en la cabeza, vestía una bata celeste llena de flores estilo china, la cual tenía medio abierta dejando entrever su pecho totalmente depilado. Sobre los ojos, pestañas postizas, las uñas no muy largas pintadas de dorado y rematando el cuadro, medias negras de encaje con liguero. Sentado (o sentada), mientras se miraba en un espejo redondo apoyado sobre la mesa, se aplicaba una gruesa capa de base sobre el rostro. Ni bien se dió cuenta de mi presencia, dejó lo que estaba haciendo, me sonrió y con un tono de voz grueso que trataba de adelgazar me dijo:
- A ver ... déjame adivinar ... tu debes ser la famosa "bichito" ¿verdad? ... uhm ya veo porque esa anda medio enchufada contigo – me miró de arriba abajo- eres guapa
- ¿y tú eres?
- Hay que malcriada, ni siquiera me he presentado - se levantó y me extendió la mano- soy Reina, compañera de casa de la Farfalla
- Camila, mucho gusto .... eh .... ¿Te importa que tome un vaso de agua?- No cariño, coge lo que quieras, si te apetece desayunar, acabo de comprar algunas cositas, solo ten cuidado cuando abras la puerta de la refri que está a punto de caerse
- Gracias pero solo quiero agua, voy a esperar que Farfalla se despierte para desayunar con ella
- Ay ... ique ternura por Dios! ... ven aquí siéntate conmigo un ratito
- Es que ...
- No te preocupes que esa no se va a despertar todavía ... - Me señaló una silla y yo no tuve más remedio que acercarme y sentarme a su lado- Oye cariño dime una cosa, aquí entre nos ... Que le has visto a la Farfalla eh?- Sonreí mientras él regresaba a su maquillaje – deberías comer algo pues ella, como imagino ya sabrás, no desayuna y vaya a saber cuando se despierte
- No gracias, de verdad prefiero esperarla ... Tu también ... trabajas en lo mismo?
- Si cariño, soy la travesti del barrio ... muy cotizada además y sabes porque?
- No tengo ni idea
- Uno, porque soy limpiecita, la higiene cariño, la higiene en estos menesteres es muy importante, dos porque soy experta con todos mis agujeros y tres porque tengo una buena pinga- Me miró- Ay perdón, que grosera verdad?, pues si quieres te puedo contar el cuento en versión elegante
- No - Sonreí- no hay problema
- Bueno eso, con todos esos atributos, soy como una especie de multitodo y los hombres hacen a veces hasta cola para contratar mis servicios
- Ya ... ¿y normal con el hecho que seas travesti? Quiero decir ... no te ha pasado de que te hayan tomado por mujer y después ...
- A ver niña- me miró y poniéndose la mano en el pecho añadió- Yo sé que mi atuendo me queda de puta madre y se me ve divina pero vamos que a leguas te das cuenta ¿eh? Entre las piernas, la nuez esta enorme que tengo que así me ponga un collar de 200 vueltas al estilo Liz no logro esconder y mi vocecita ... estoy cagada corazón ... ¿pero quieres que te diga una cosa?, a la hora de la hora, esos quieren meterla donde sea y les da igual si eres travesti o no ...
- Ya ... - Me quedé muda mientras sus palabras surtían en mí, un efecto inesperado y el estómago se me revolvía ligeramente, cosa que no pasó desapercibida para Reina
- ¿Esas bien? ¿Más aguita? - Negué con la cabeza y él se dejó de maquillar para quedarse mirándome con atención- Camila ... ¿Tu sabes donde se te ha ocurrido anidar cariño? ... ¿uhm?
Iba a decirme algo más cuando Farfalla, con los cabellos totalmente revueltos y media adormilada apareció en la cocina. Casi ni nos vió y se dirigió hacia el termo que había el mueble. Al alzarlo puso gesto de fastidio.
- Carajo Reina podías haber puesto agua ¿No?
- Buenos días Farfallita- le dijo en tono de cachondeo- ¿Que tal hemos amanecido hoy?
- No me jodas con tus tonterías ¿Quieres?- De muy mal humor por lo que veo
- Tengo un dolor de cabeza horroroso, tenemos alguna pastilla?- me miró de pronto- Camila pensé que ya te habías ido- añadió bastante seca mientras buscaba por la alacena
- Eh ... No ... te estaba esperando ... -le dije algo desconcertada- Para? ... - Seguía buscando entre los reposteros- Reina ni una miserable aspirina ¡Mierda! ... - me volvió a mirar- Tengo un dolor de cabeza del carajo Camila así que lo más probable es que me meta de nuevo a la cama, querías decirme algo o que?
-Eeeh ... - La quedé mirando con cara de imbécil- No nada ... en realidad ... Voy a ... vestirme y me voy
Dicho eso, dejé el vaso sobre la mesa y regresé a la habitación alcanzando a oír lo que le murmuraba Reina en voz baja
- Camila te estaba esperando para desayunar
- Yo no desayuno
- Pero la chica si pedazo de tarada
- Mira no estoy para cursilerías ahora ok?
Tras vestirme me quedé esperando en su habitación para ver si entraba. Cerca de 10 minutos después, salí hacia a la puerta de entrada. Me detuve un segundo y la miré mientras se sentaba con una taza de café. Ni se percató de mi presencia, cosa que si hizo Reina, quien me sonrió levantando las cejas
- Chau Camila gusto en conocerte
-Igualmente Reina -mirando a la Farfalla que acababa de levantar la vista- Chao y gracias por cuidar de mí ayer
- De nada
Terminó de decirme con absoluta frialdad antes de volver a concentrarse en su taza y yo sin perder más tiempo me marché. Cuando entré en casa llevaba tal enfado que ni yo misma me aguantaba. En realidad no sabía ni que cosa podía reclamar. Repasé cada uno de los acontecimientos de la noche anterior, buscando algo que me ayudara a entender ese comportamiento suyo tan cambiante. Solo dos frases retumbaron en mis oídos: Esto no cambia nada ... ¿Tu sabes donde se te ha ocurrido anidar cariño?. ...
Con las mismas cogí mis llaves y bajé a la cabina de teléfono desde la cual llamé a Pancho y le dije que necesitaba ausentarme tres días y que si podía hacerme el favor de cubrirme. Veinte minutos más tarde estaba tomando un bus interprovincial hacia el norte.
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El cuento de la mariposa
FanfictionSolamente les voy a pedir que disfruten de mi historia, que abran su corazon y se permitan reir, llorar, sufrir, emocionarse a la vez. Este es un cuento diferente, un cuento distinto a los demas.. Este mi cuento de la mariposa, de Mi Mariposa..