Capitulo 37

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Tras varios días de desesperación, donde la culpa no dejaba de atormentarme, decidí volver a buscarla y rogarle el perdón. Sin embargo, Reina no me lo permitió, y cada vez que intentaba verla, me echaba de inmediato con amenazas de llamar a la policía. Así empecé a montar guardia cerca de la puerta de su edificio y calles aledañas con la esperanza de encontrarla a solas y poder hablarle. Los días pasaban y a pesar de mi guardia, no logré cruzármela ni una sola vez, hecho que junto al remordimiento atroz que sentía, me estaban volviendo loca.

Acababa de empezar la segunda función en el cine y ya estaba desesperada porque termine para poder ir a plantarme otra vez en la puerta de su departamento. Había decido que esta vez, por encima de cualquier amenaza, no me iba ir sin hablar con ella, no podía soportarlo ya más. Daba vueltas inquietamente cuando Pancho apareció con dos tazas de té y obligándome a sentarme, me la hizo beber. 

- Hablé con Edmundo, mi amigo del ministerio 

- Y?- Le pregunté con interés 

- No conoce a nadie de la Beneficencia directamente pero me prometió averiguar 

- Ojalá, porque es la tercera vez en lo que va del mes que Mauro se enferma. Yo le he llevado varios frascos de vitamina C y una manta de lana, pero con el frío colándose por las ventanas y la comida de mierda, el niño no puede curarse .... - respiré para no enfadarme- Me pone tan mal verlo así. 

- Si me lo imagino 

Me quedé un segundo en silencio mirando la taza entre mis manos ... 

- Hace un tiempo pensaba que todo era posible ¿sabes Pancho?, que bastaba luchar con toda el alma y eso tan deseado llegaría, tarde o temprano. Los sueños ... la tranquilidad, el amor ... Ahora me doy cuenta que he vivido todo este tiempo, teniendo como guía una especie de slogan publicitario: Lucha y triunfarás ... Yo y mis grandes pensamientos- me reí con cierta ironía- soy sui géneris me decía constantemente, eso me hace especial ... y en realidad soy tan patética ... tanto, que un niño de 8 años me pide quedarse conmigo porque se ha quedado re contra solo en este puto mundo y yo, que no tengo ni donde caerme muerta, termino diciéndole que todo estará bien y que no se preocupe, que no dejaré de visitarlo ... vaya consuelo, cuando lo que ese niño necesita es alguien que se ocupe de él y que lo quiera ... 

- Igual te tiene Camila, porque Mauro sabe que tu lo quieres - Se me saltaron las lágrimas- Ey niña no te pongas así, vamos a encontrar una solución ...
 
- Es que no es solo eso Pancho ... 

- ¿Que más? 

- Que... Hice algo malo .. . le hice mucho daño a alguien muy importante para mi y ahora ella no quiere verme y yo siento que me vuelvo loca Pancho- Lo miré- porque no sé como arreglarlo ... 

- Que tan malo es eso que hiciste?- Bajé el rostro avergonzada

- Me dejé llevar por mi furia- subiendo la voz de la impotencia- por la violencia horrorosa que a veces me invade y ... le falté el respeto- Apreté los ojos con fuerza- le levanté la mano Pancho ... 

El viejo se quedó mirándome un buen rato mientras yo no hacía otra cosa que sollozar. Luego cogió mis manos entre las suyas y me dijo: 

- Camila, primero tienes que calmarte, sino tu cabeza no puede pensar. Cuando se ha causado tanto dolor, solo hay dos cosas que pueden curarlo 

- Cuales?- pregunté sin mucho entusiasmo 

- El tiempo ... y el amor ... - Lo quedé mirando atentamente- llámame anticuado o cursi si quieres, pero a pesar de lo rápido que se vive hoy en día, un corazón roto, magullado, tiene su proceso ... ella tiene que pasarlo y tu tendrás que demostrarle que tan sólido es ese amor que le profesas .. - Me palmeó las manos- házselo saber, que sepa que fue un error grave de tu parte y ármate de paciencia hija mía. Aquello que con violencia y desesperación se perdió, no se puede recuperar de la misma manera no te parece?- Seguí mirándolo fijamente- Tal vez vuelva, tal vez no, pero al menos te quedará el consuelo de que lo intentaste todo. 

Esa noche, al salir, mientras caminaba sin rumbo por las calles de siempre, mi cabeza no dejaba de pensar en las palabras de Pancho. 

Cuando llegué a casa, después de varias horas, me senté frente a la máquina de escribir tratando de ordenar mi cabeza y todo aquello que se movía dentro de mí ...

"Esa madrugada quise correr tras de ti, decirte que todo había sido un mal sueño, abrazarte tan fuerte y con ello borrar el dolor que te había causado, borrar ese dolor de tantos años. Quise salir corriendo y decirte mirándote a los ojos lo mucho que te quiero ... Pero no tengo poderes mágicos ¿Sabes?, tan solo soy una tipa simple que se equivoca demasiado a veces ... quería que supieras cuanto lo siento y que si tuviera que andar de rodillas por el mundo entero para lograr tu perdón, lo haría ... con tal que 
volvieras a despertar en mis brazos ... " 

Saqué la hoja y la puse a un lado, luego me levanté y comencé a caminar por todo el departamento buscando algo en que meter el bendito papel. 

Volví a ver la hoja y la leí de nuevo, la enrollé y la até con un pedazo de hilo de color naranja, luego cogí otro hilo y lo enrollé enlazándolo con el otro, y luego otro y otro más, de diferentes colores, formando algo muy similar al cuerpo de una mariposa. Salí con las mismas y llegué hasta su 
edificio. Subí por las escaleras tan despacio como pude y con la cinta adhesiva que había llevado pegué todo contra su puerta para luego bajar corriendo. Me quedé un rato observando desde afuera hasta que finalmente me marché a casa.

El cuento de la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora