Capitulo 6

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Al entrar, se fue directamente hacia los cojines y quitándose los zapatos, se lanzó sobre ellos mientras yo iba en busca de algo de tomar. De milagro encontré una cerveza y cogiendo el único vaso entero que me quedaba, me senté a su lado. Ella, con curiosidad, miraba todas mis copias (piratas por supuesto) de las películas que por tres años había estado coleccionando. 

- Oye cuantos videos, se nota que te gustan 

- Si mucho... y a ti te gusta el cine? 

- Uy ... pues solía gustarme pero no voy desde que tenía 14 años creo ... - súbitamente pensativa- me encantaban los dibujos animados fíjate 

- A sí? 

- Si y lloraba como una babosa, sobre todo con Bambi, Puedes creerlo? 

Sonrió de una forma que produjo en mi algo, cercano a la ternura y unas ganas locas por besarla. Ella por su parte, ajena a todo, seguía su exploración entre la pila de estuches de DVDS, regalándome una vez más otra imagen perfecta que, no hizo otra cosa que disparar del todo, mis pobres hormonas reblandecidas por tanto desuso. Sin poder aguantarlo más, deslicé lentamente mi mano hasta rozar su cuello y mis ojos se desviaron inevitablemente hacia su boca. Ella, sin embargo, volvió a mirarme incómoda, saliendo nuevamente de ese estado distante y maravilloso. 

- Porque no me dices lo que quieres hacer y lo hacemos de una vez? 

- Si te pidiera que dejaras de pensar que he contratado tus servicios? 

- Entonces- me miró con total seriedad- me tendría que ir, pues sino que otra cosa podría estar haciendo yo aquí con alguien que evidentemente se muere por tirar conmigo? 

Otro intento mío por acercarme y la Farfalla sufría una nueva transformación. Sus ojos se tornaron fríos, inaccesibles y terriblemente distantes. Busqué reconocerla nuevamente y al no poder hacerlo, quise recuperarla de cualquier manera... 

- Cuanto quieres por pasar la noche conmigo pretendiendo que estás aquí porque te da la gana y no trabajando? 

- 50 por adelantado 

- 50? -comencé a enfadarme- no puedo pagar tanto, Crees que soy millonaria o que? 

- Pues eso es lo que cobro por pedidos especiales 

Sin entender porque, me sentí herida y tremendamente frustrada ante esa respuesta. Me levanté bruscamente y llegando a la puerta, la abrí. 

- Ok, gracias entonces, te puedes ir 

Al verme ella resopló y me dijo muy suelta de huesos 

- Bueno 40 

- Vete 

-Pero qué carácter Eh? - dijo levantándose y caminando hacia la salida- 30- añadió volviéndome a mirar antes de salir, cosa que me terminó de sacar de quicio. 

- Si quisiera tirarme a una puta, tendría bastante de donde escoger No crees? 

- Pues yo soy una puta cariño, de carne y hueso y no uno de los personajes de las huevadas esas que escribes.

Auch!

El cuento de la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora