Capitulo 15

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Una de las cosas que siempre me ha caracterizado es mi actitud ante la amenaza de una depresión y algo que detesto hacer desde siempre es encerrarme a llorar y a compadecerme de mi mala suerte y menos lo iba hacer ahora. Un par de polvos y uno interruptus con una mujer que apenas conocía no me iban a joder la existencia. 

Así que tras unos días de desquites con los cinco adornos que me quedaban enteros en casa, retomé mi vida. Salí y me cambié el look, bueno en realidad solo me corté el pelo un poco más corto, me compré uno de esos pantalones de bolsillos que tanto me gustaban, muchas camisetas negras, mi color favorito y traté de salir del hoyo. Seguí viendo a Vero si bien un poco menos que antes, pues había comenzado a escribir una nueva historia que me tenía atrapada y me costaba separarme de la máquina de escribir. De la mariposa no supe nada en un par de meses y luego la vi en alguna ocasión de camino a casa, supe que era ella, por la capacidad que tenía aún de presentirla, pero ni siquiera la miré y seguí de largo.

Posteriormente me la encontré en el restaurante de Julio, en varias ocasiones y agradecí estar en compañía de Vero en casi todas, pues pude de esa manera, ignorarla. 

Sin embargo un día, estaba sola y terminaba de escribir una de mis escenas en el restaurante cuando ella apareció. Esta vez no pude evitar mirarla, pues se encontraba en un estado bastante deplorable y tras ordenar un café y tostadas se dejó caer en una de las mesas. Sus manos temblaban notoriamente a pesar de que hacía esfuerzos por controlarlas y su cuerpo lucía laxo y cansado. Resoplé y traté de volver a mi historia pero no pude, para cuando la volví a mirar, ella acababa de descubrirme. Iba a levantarme para acercarme pero ella lo hizo primero y salió del lugar a toda prisa. 

Esa noche, cuando subí al depa no podía dejar de pensar en ella, estaba inquieta mientras miles de ideas cruzaban por mi cabeza. Por un lado sentía enormes ganas de ir a buscarla y por el otro me reprimía, recordando la forma como ella me había apartado de su lado. Por lo general mis impulsos eran más fuertes que mi razón, pero esa vez fue diferente, esa noche tuve claro que si iba a buscarla, terminaría por involucrarme aún más con una mujer de la cual no podía esperar nada y cuyo mundo, reconocí, era demasiado complicado para mí. Así pasaron varios días y mi humor, a pesar de mis intentos, estuvo bastante cambiante. Por momentos sentía que equilibraba todo otra vez y la calma volvía a mi como si fuera un bendición, pero en otros me seguía sintiendo a parte de irritada, bastante ausente e inquieta. 

-Camila ... Camila

- Eh? 

- Te estoy hablando hace rato y tu parece que te fuiste a un viaje interprovincial a la luna. Se puede saber que te pasa? 

- Nada... estoy cansada eso es todo 

- Sabes una cosa? Deberías pensar en cambiar de trabajo mi amor 

- Cambiar de trabajo? ... Yo no quiero cambiar de trabajo 

- Camila el horario te está matando y a mí me gustaría poder verte en horas más normales... 

- Mira Vero, si hay algo que no me gusta es que te metas en lo que no te incumbe ok? -comencé a enfadarme- Voy a seguir con mi trabajo y punto y si no te gusta pues o te buscas a otra o te aguantas, tu decides 

- Espera un momento, tampoco es para que me hables así no? Si te lo digo es porque de un tiempo a esta parte, luces cansada, irritable más que cuando te conocí y me preocupa. Además, pensé que también a ti te gustaría verme un poco más pero parece que no. 

- Yo no puedo darte el cuento de hadas lo siento 

- Acaso te lo he pedido? - resoplaba con frustración- Cuando vas a confiar en mi Camila? 

- No tengo idea de que hablas 

- El otro día fui al cine Romeo - la miré - Ahí nadie sabe quién eres -Se quedó en silencio tasándome - Y decidí no preocuparme, pensé que me lo dirías en algún momento. Han pasado sin embargo muchas semanas y nada, no me hablas, no me dices nada... 

La miré por un rato sin decir ni palabra, luego quitándole la mirada agregué: 

- Trabajo en el Premiere, proyectando las películas porno y ... hay una mujer en la cual no dejo de pensar ...

El cuento de la mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora