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Los días transcurrieron normalmente, la carga académica aumentaba pero las cosas iban medianamente bien. Poncho, además de haberse propuesto recuperarse de esas notas, también intentaba mantenerse alejado de tentaciones sexuales con respecto a any, quería dejar un tiempo como de respeto para hacerle saber a ella que lo que él quería iba en serio. La saludaba y se despedía de una manera muy educada, rara vez se despedía con un dulce beso que le robaba en los labios.

Un fin de semana como cualquier otro, Daniela se encontraba haciendo compras en un supermercado cuando vió algo que la hizo detenerse. Se sintió sorprendida, tenía un concepto realmente diferente de esta persona, y juraba que se trataría de su hijo con quien estaba por lo alto y atlético que era ese que estaba ahí, pero el cabello rubio confirmaba que no se trataba de él. Pero sin duda alguna la chica que lo estaba manoseando al parecer buscando la billetera del chico era Anahí. Se quedó viéndolos un momento y sintió enojo, su hijo hasta donde sabía estaba realmente emocionado con esta chica, no sabía que había pasado entre ellos y la había visto pocas veces...recuerda haber escuchado comentarios de maite hacia poncho molestandolo por eso sentía que no era razón para que ella ya estuviera con otro o estuviera jugando con ambos. Se veían realmentes cercanos, estaban haciendo mercado, él le hacía caso en lo que ella dijera...pero Daniela no iba a pasar desapercibida por la pareja, ya con todo su ejercito de indirectas listo, decidió pasar por el mismo pasillo por donde estaban.

-¡Daniela! ¿como estas?-dijo any saludandola por ende se tuvo que soltar del gancho que tenia con el chico, daniela no se mostró tan emocionada y mostró un saludo más por ser educada que un saludo con gusto.
-Bien, ¿y ustedes?-preguntó con un tono poco agradable a lo que any lo notó de inmediato, decidió seguirle la corriente
-Bien, daniela te presento a chris, chris ella es daniela la mamá de poncho-dijo la ojiazul a lo que la señora pensó que al menos ese sabía de la existencia de su hijo. Hablaron de banalidades unos minutos, el chico aportaba ciertas cosas a la conversación que sin duda bajaba la tensión porque eran graciosas. Cosa que en parte le molestaba a Daniela, le molestaba que fuera tan agradable.
-¿Y como te ha ido?-preguntó ella
-Bien, bien ahí en la universidad-dijo pero la señora se encontraba un poco dispersa de la conversacion-solo que cheia me acompaño porque ya no hay comida en la casa-dijo con una sonrisa y recostándose sobre el hombro del chico, hablaron un poco más pero antes de que Daniela se fuera con una mala idea de la situación-Bueno, adiós Daniela-dijo y se acercaron a despedirse-mi hermano y yo tenemos que seguir-añadió y Daniela no se pudo sentir más infantil, suprimió una risa y siguió su camino separándose de ellos, el día en que le encontraría un defecto a la chica que enamoró a su hijo menor, al parecer no sería hoy. Y este sorpresivo y cómico encuentro no se lo contaría a nadie.

El día de Halloween caía un lunes, por eso el grupo de amigos decidió celebrarlo el sábado anterior. Todo el grupo con sus disfraces ya estaba llegando al bar donde lo celebrarían. Todas las parejas iban con disfraces acordes, se veían realmente bien; pero sin duda los más esperados de la noche fueron poncho y anahi, nadie sabía con certeza si iban a disfrazarse juntos...lo unico que sabian es que aun no eran novios. Y llegaron, nada de superheroes, nada de videojuegos, nada más y nada menos que de la antigua pelicula de Disney de Hercules; eran demasiado tiernos, ambos se veian radiantes con sus atuendos. La noche transcurrió normal hasta que any tuvo que intervenir en una posible pelea que se iba a formar entre poncho y otro que había en una mesa cercana. En resumidas cuentas, le había hecho burla al traje y a la forma de bailar de poncho y eso él lo había ignorado, pero cuando intento coquetear con any e irrespetarla, simplemente no se pudo contener. Por eso ella intervino antes de que se desatara el primer golpe.
-¿Que fue lo que dijiste imbécil?-dijo poncho con un tono más calmado de lo que creía que podía soportar
-La invitación a bailar era para ella no para ti-dijo el otro, un señor que parecía de unos 35 años, alto con barba y una voz llena de soberbia-entonces muñeca, ¿quieres bailar con un hombre de verdad?-dijo hacía any con una mirada llena de deseo y se acercó a ella en lo que poncho se puso entre los dos
-Dejala en paz-advirtió poncho, valientemente parado frente a ese hombre que lo superaba en estatura
-No la estoy molestando, si esta vestida así es porque sabe lo que quiere-dijo el tipo con una sonrisa triunfadora porque sabía que eso iba a sacar a poncho de sus casillas. Y así fue, la pelea se hubiera desatado de no haber sido porque any logró hacerse entre los dos y puso ambas manos en el pecho de poncho
-No lo hagas-le dijo mirandolo pero él tenía sus ojos en su objetivo que lo tentaba con una sonrisa-no lo vale en serio que no-trató de mantenerse firme pero se le dificultó cuando el otro intervino
-Dejalo nena que no le hago daño-dijo y rió-aparte el no necesita que su amiguita lo defienda-dijo en un tono ofensivo queriendo hacer entender que alguien como anahi jamas estaria con poncho, cosa que a ella le molestó, por dios quería hacerse a un lado y dejar que poncho le rompiera la cara pero habia algo en ese sujeto que le inspiraba desconfianza, como si se tratara de alguien peligroso, así que lo atacó de una manera más sutil
-Vamos ya amor-le dijo a poncho y este se olvido de lo que quería hacer, sabía perfectamente la razón por la cual lo decía any y sabía que no era una realidad, pero escuchar esas cuatro letras en su voz y hacia él era algo que nunca había sentido y que no se había imaginado tendrían tal efecto hipnotizante; se podría acostumbrar facilmente a escucharla más seguido. La siguió hasta el lugar que lo llevaba y notó la muñeca de la chica donde estaba la pulsera que una vez le regalo con una promesa, en el tiempo en que estuvieron separados cuando ella volvió con kuno, El siempre procuraba ver esa pulsera ahí, cosa que se le dificultaba porque ella usaba camisas de manga larga pero siempre estuvo ahí, estaba en un trance hasta que recordó lo que ella había conseguido y el enojo volvió a él, a menor escala pero volvió.

-Any no tenías que hacer esto, yo podía con ese tipo-le dijo tratando de calmarse, solo porque se trataba de ella
-Si tenía que hacerlo, sé perfectamente que podías, y gracias por querer defenderme, pero poncho tu no puedes estar peleandote con cualquier persona, tu no sabes con quién te estás metiendo-le dijo ella mientras él miraba hacia abajo protestando en voz baja-¿que tal que un día así alguno te saque un arma? ¿donde te quedan tus puñitos? ¿ah, dime? entiende que-dijo suavizando más su tono y le tomo las manos, le solto los puños que tenía apretados y las puso en su cadera-yo quiero evitar que te pase algo, ¿si?-dijo ella tratando de buscar conectar sus miradas-y así me miren, me inviten a bailar, me pidan mi numero y me miren aún más-le dijo ella acercándose a él para evitar usar un tono de voz alto-yo estoy contigo-le tomó el rostro y pego su pecho con el de él-yo vine contigo, yo bailo contigo, tu tienes mi número y tu eres el que más puede ver de mi-le dijo sacandole una sonrisa a él; si alguien en ese momento podía hacer eso seguramente iba a ser ella, le dio un beso corto y le acarició la nuca-que digan y hagan todo lo que quieran-añadió ella mientras se encogía de hombros haciendo notar que no le importaba-tu sabes perfectamente que no les voy a poner atención-finalizó ella y ahora él se acercó a darle un beso un poco más extenso.
-Creo que es de las cosas que me tengo que aguantar por enamorarme una tan hermosa-dijo él con ternura y ella sonrió ampliamente, le había dicho de nuevo esas palabras
-A mi me pasa igual-dijo ella y él se mostró realmente sorprendido-¿me vas a decir que no te has dado cuenta?-preguntó ella incredula-siempre que salimos, que voy a un partido tuyo, cosas así, me toca ignorar a una cantidad de viejas que me miran mal-se explicó ella y él se sintió halagado-me molesta que no respeten lo que ya no está disponible pero se me pasa rápido yo soy la que te tengo no ellas-dijo y él no dejaba de sonreír, se mojo los labios, la acercó a él y la beso profundamente, any extrañaba esos besos, extrañaba ese calor de ese hombre que podía llevar a invadirla, se le extrañaba que haya bajado la pasión entre los dos pero a la vez le gustaba ese ser tierno que solo robaba besos por eso no había intentado nada más hasta hoy, hoy si.


Luego del beso los tragos en any comenzaron a aumentar, quería ese sentimiento de seguridad que le proporcionaba el alcohol, quería seducirlo, llevarlo a su límite como él siempre hacía con ella, quería por una vez ser la experta en el tema del sexo y sabía que iba por buen camino porque con solo el baile ya sentía la protuberancia en su pantalón. Bailaba de frente a el o a sus espaldas, El permanecía con sus manos en la espalda baja de la chica pero eso ya se estaba convirtiendo en una tortura; conocía muy bien a any y sabía que estando elevada de tragos cambiaba de sexy a cursi, y si el quería ser fuerte en lo que se había propuesto debía hacerla a ella cambiar.
-Aún no puedo con lo bonita que te ves hoy, en serio te pasaste-y no mentía pero eso ya se lo había dicho, solo que en serio necesitaba que any se detuviera o el iba a estallar-soy muy afortunado de que estés conmigo-esto lo dijo mirándola a los ojos, recordando lo que ella le había dicho acerca de que otros la miraran. Efectivamente las palabras tiernas de poncho tuvieron un gran impacto en la chica, a pesar de la música detuvo su movimiento de caderas y le proporcionó una sonrisa y el la beso con energía, y esa misma energía proyectaba ella cuando se separaron, estaba todo el grupo de amigos ahí cerca a ellos y any inconscientemente llamo su atención, poncho se quedo extrañado viéndola sin saber que los veían.
-Como no ha tenido los pantalones para decirme, yo si le voy a decir-dijo y él sonrió sin saber qué esperar-usted me encanta, me parece un tipo espectacular y yo quiero algo más con usted, Alfonso Herrera usted ¿quiere ser mi...

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Bueno, se que me tarde pero aja este capítulo está larguísimo y es de Navidad, espero que en serio les guste tanto como a mi me gustó escribirlo. Feliz Navidad a todos, ya este es El Segundo año que pasamos aquí con mis historias y es algo me me hace muy feliz. Quería dejarles esto para subirlo a media noche (aquí en Colombia abrimos regalos a media noche) pero pues fijo a esa hora no tengo señal y ustedes me terminan odiando jaja ok no.

Bueno cuéntenme que van a hacer hoy, ya tienen puesta la pinta? Yo ando en tacones y estoy que me bailo! Jajaja amo estas fechas, espero que ustedes también y que todas sus familias estén bien.

Con respecto a la historia...jaja que creen que pasara? Soy muy cruel al cortarla ahí? Jeje cuéntenme todo! En serio que uno es muy feliz cuando ustedes preguntan o comparten algo. Porque en cada capítulo uno comparte algo de uno y es lindo recibirlo a cambio. Feliz Navidad!

AA.

Una Historia Para Contar ¿o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora