Al abrir de nuevo mis ojos, ya me encontraba en mi habitación de hotel.
Me puse la manos en la cabeza al percatarme del dolor de ésta, seguro por la resaca.
--¿Estás bien? --preguntó Gona, colocándose en la esquina de la cama.
--Eso creo. ¿Cómo llegué aquí? --pregunté confundido.
--Algunas personas del bar se ofrecieron a ayudar, entre dos te trajeron aquí.
--Oh... Que bien --dije desanimado.
Gona soltó un suspiro antes de sentarse a mi lado.
--¿Ves porqué me tienes que hacer caso cuando te digo que te alejes de alguien? --preguntó con tono regañón.
--Ahora te estás comportando como mi madre --rodé los ojos.
--Sólo quería cuidarte, pero ya veo que eres un niño grande --dijo entre risas.
--Igual... Gracias por advertirme, a la próxima haré caso --dije con seriedad.
Gona paró de reír para quedarse mirándome fijamente, algo que me incomodó a los pocos segundos.
--Tío, asustas cuando te quedas mirándome así --avisé haciendo pucheros de malestar.
--El golpe que te dió ese hombre fue muy fuerte --dijo al alzar su mano y comenzar a acariciar mi pómulo. Yo retrocedí un poco debido al dolor que sentí por su tacto.
--Tienes el ojo muy morado --dijo mostrándose preocupado.
--¡¿En serio?! --exclamé alterado.
Hice el intento de levantarme para poder ir al espejo del baño, pero me mareé al apenas ponerme de pie, provocando que tuviera que sentarme de nuevo en la cama.
--Como te dije... El golpe fue muy feo, y aún tienes resaca por lo que bebiste --habló Gona-- Así que será mejor que hoy te la pases en cama.
--No puedo, tengo que trabajar en mi canal.
--Yo me encargaré de eso, tú sólo relajate.
Me sujetó por los hombros y me acomodó en la cama, dejándome acostado.
--¿Sí sabes que no soy un bebé, cierto? --pregunté molesto.
--Lo que sé es que tengo que cuidarte, en verdad fue grave lo que te pasó.
Yo me quedé callado, trataba de recordar todo lo sucedido, pero la verdad es que no podía debido al dolor de cabeza que me daba al hacerlo.
--Bien, quédate aquí y no te muevas, te traeré un par de cosas --dijo Gona.
Al minuto llegó con un espejo en la mano y un plato de comida en la otra.
--Ya son las once de la mañana y aún no has desayunado, así que come --me ordenó como si yo fuera su hijo.
Colocó las cosas a mis pies, donde había suficiente espacio.
Yo me esforcé para estirarme y agarrar primero el espejo.--Antes que nada... --Gona me tomó de la muñeca para detenerme-- No te asustes por lo que vas a ver, recuerda que no durarás así para siempre.
--¿Estoy tan mal? --pregunté nervioso, y él asintió -- Bueno, déjame ver.
Gona soltó su agarre y retrocedió algunos pasos, dejándome espacio libre.
Lentamente levanté mi mano a la altura de mi rostro y puse el espejo frente a mí.
Todo el ojo izquierdo, el pómulo, y la zona al rededor de la ceja estaban completamente moradas, incluso me atrevería a decir que tenían un color más parecido al negro.Bajé el espejo y me quedé con expresión seria, trataba de procesar lo que acababa de ver.
--No te duele tanto porque yo te estaba cuidando--dijo Gona, desde lejos-- Me aseguré de ponerte hielo mientras aún dormías.
--Tío... ¿Ahora cómo voy a hacer los videos de esta semana?
Me comencé a preocupar, pues mi trabajo de promocionar a esa empresa ya no sería posible en mi condición, era obvio de que se encargarían de buscar a alguien en mejor estado y con mejor imagen.
--Deberías llamarles para que sepan lo que pasó, ellos entenderán que no puedes trabajar así--dijo Gona, acercándose para recoger el espejo y alejarlo de mí.
--¿No entiendes lo importante que era? Hubiese hecho este viaje para nada --dije con enojo combinado con tristeza.
--Sólo para recibir un golpe en la cara --se burló Gona, aguantando la risa.
Yo lo miré con odio, a lo que él entendió y dejó de hablar.
--Bien... Creo que voy a llamarlos para avisarles --dije entre un suspiro.
Gona no dijo nada, sólo dió media vuelta y se dirigió a la puerta para salir de la habitación.
No le tomé mucha importancia y me dediqué a hacer rápidamente la llamada; les expliqué lo sucedido y ellos entendieron perfectamente, pero obvio me sacaron del proyecto.
Al terminar con ese triste despido, me dediqué a comer el desayuno que me había traído el Gona, el cual estaba delicioso.
(..................)
Tras pasar una hora en la que me mantenía en cama viendo televisión, Gona llegó mostrando una expresión llena de emoción.
--¿Ahora que hiciste? --le pregunté indiferente.
--Antes de contarte, deberíamos limpiar este basurero --dijo señalando el plato del desayuno, el cual yo había dejado en el suelo al lado de la cama.
--Que yo sepa es mi habitación, tú tienes tu propia casa para mantenerla limpia si quieres --alegué.
--Bueno, a lo que iba... Resulta que fui a preguntar, y en este hotel no podrás cancelar la semana pagada.
--¡Lo que faltaba, dinero perdido! --exclamé molesto.
--No necesariamente, podrías quedarte aquí como una forma de vacaciones --dijo él, con una gran sonrisa en su rostro.
Yo me quedé pensando por algunos segundos, hasta que Gona siguió hablando.
--¿Me dirás que quieres volver a tu casa con el ojo así de morado? --preguntó.
Yo negué con la cabeza, y de inmediato él se colocó a mi lado para abrazarme por los hombros, algo que me tomó de improviso.
--Te quedarás aquí por una semana, y yo me aseguraré de que la pases bien --dijo aún en el abrazo. ¿Por qué es así de empalagoso?
--Ya, que bien... ¿Podrías soltarme?
Él se separó de mí para luego comenzar con el aseo de la habitación.
--No tienes que hacer esto, para eso están los conserjes --le dije.
--Tío, yo no soy de esos que le dejan todo el trabajo a ellos, los pobres a veces necesitan ayuda para reducir el costo de lo que hacen.
--Eres demasiado amable.
--Y tú demasiado egoísta, eres mala gente.
Yo reí ante su comentario, provocándole a él la misma acción.
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¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.
Fanfiction¿Una semana basta para enamorarse de alguien? Peleaban todo el tiempo, pero a pesar de sus diferencias, tenían algo en común: estaban locos el uno por el otro.