~33~

677 51 35
                                    

Esa mañana, lo primero que hice fue abrir mis ojos y quedarme ahí, con mi cabeza sobre el pecho desnudo de Gona mientras escuchaba su corazón palpitar de forma calmada.

Sonreía sin poder evitarlo al recordar la noche anterior. ¿Quién diría que el sexo con otro hombre me haría sentir tan bien?

Mierda. ¿Alguna vez se han quedado escuchando el palpitar del corazón de la persona que amas? Es jodidamente perfecto. Escuchas eso que le da vida, ese sonido que significa que vive y que está contigo, a tu lado. Juro que podría haberme quedado ahí por siempre, con mi oído pegado a su pecho y una sonrisa de bobo en mi rostro.

--Buenos días --habló Gona, casi en susurró. Su voz mañanera era algo ronca.

--Hola, Gonaldo --saludé sin aún moverme. No pensaba quitarme de su pecho hasta que él me lo indicara, y deseaba que no lo hiciera.

--¿Qué hora es? --preguntó en medio de un pequeño bostezo.

--No sé ni me importa --respondí-- Hoy quiero quedarme aquí todo el día.

--¿Aquí en cama? Estamos sucios, necesitamos un baño. ¿Recuerdas?

Gona y su manía de estar siempre limpio, y aunque era verdad que incluso estábamos algo pegajosos, no era para tanto. Es cierto que un sexo como el de esa noche dejó mucho que limpiar, pero eso se podía dejar para después.

--Por favor, sólo por esta vez --pedí como niño suplicando a su madre.

Coloqué mi brazo izquierdo sobre su abdomen, y el derecho lo deslicé por debajo de su nuca, después uní mis manos con un poco de dificultad, pero al final pude lograr un abrazo algo incómodo. Pero... Estábamos acostados. ¿Cómo se supone que abrace a Gona de una mejor forma?

--Tío, quiero darme un baño --dijo en tono de queja.

Levanté mi cabeza y deslicé mi cuerpo un poco hacia arriba, para así quedar frente a frente con Gona, el cual se mostró algo intimidado por mi iniciativa.

--Está bien, puedes ir --hablé con voz grave (o lo que en mí saliera grave)

--Entonces quítate de encima --pidió algo incómodo por mi agarre.

--No sin antes hablar sobre algo --me acerqué más a su rostro y fijé mis ojos en los suyos-- Ayer dijiste una cosa, y quiero que la repitas.

--Ayer dije tantas cosas, Exo --respondió irónico.

--¿Recuerdas tus últimas palabras antes de quedarte dormido?

Se vió como él lo pensó un poco antes de poder contestar, pero al final, en su rostro se dibujó una gran y brillante sonrisa, acompañada de un gesto de felicidad timida.

--Dije que te amo, lo recuerdo bien --dijo con emoción.

--¿Lo dices en serio? --pregunté aguantando la respiración. Esto parecía un jodido sueño del que odiaría despertar.

--Sí, te amo, Andrés --respondió con timidez y duda. Era obvio que temía porque yo no le correspondiera de la misma manera. ¡Si tan sólo supiera lo mucho que lo amo!

--Yo también a ti, Gonzalo --dije para después darle un pequeño beso en la mejilla.

--Es muy bonito y todo, pero en serio necesito irme a limpiar, me siento todo sucio --dijo quejoso.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora