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--¿Qué sentiste al tocar de nuevo su cuerpo? --me preguntaba Luh, al verme salir del baño y tomar asiento a su lado en el sofá.

--¡Callate, eso no se pregunta! --lo regañó Sara-- Aunque... me gustaría escuchar una respuesta a eso.

Yo no podía estar más avergonzado. ¿En serio me estaban preguntando algo así? Además... ¿Qué sentí? Nostalgia, felicidad, tristeza. No podía decidirme.

--Mira, ya estás rojito de la pena --se burló Sara, y ambos rieron.

--Son unos idiotas --rodé los ojos en sentido de molestia.

--Hombre, no te enojes, sólo queremos hacer divertido esto --dijo Luh, colocando su brazo sobre mis hombros.

--En realidad... --¿Debía mencionarlo? Tal vez no, pero me sentía un poco sólo en el asunto-- Gona está muy delgado, demasiado diría yo.

--¿Delgado? Pero siempre ha sido gordito --mencionó Luh, extrañado.

--Lo sé, es por eso que me preocupa --dije cabizbajo.

--Debemos darle comida, volverá a la normalidad en poco tiempo --dijo Sara, con positivismo.

--Y alejarlo del alcohol --dijo Luh, con algo de molestia en su tono.

--Tranquilo, morsa, estaremos para ayudarte en eso --Sara me besó la mejilla y me desacomodó el cabello pasando su mano con brusquedad-- Después de todo es nuestro amigo, no lo dejaremos solo.

--Sí, además de que me encantaba abrazar a Gona, se sentía como un oso de peluche, por lo que ayudaré a engordarlo de nuevo --dijo Luh, sonriente.

--¿Abrazarlo? Yo no te he dado ese permiso --lo miré desafiante, obviamente bromeando.

--Estoy seguro de que si se lo pido, él te deja y empezaría a salir conmigo. Es decir... mirame, soy más guapo que tú --Luh parecía serio, pero no pudo evitar reir al final de lo dicho.

--Aunque eso es verdad, él ama a la morsa --dijo Sara, riendo también.

--Eso quiero creer --dije casi en susurro, pues tenía mis dudas. Recordaba que, hace tan sólo unos minutos en el baño, Gona no me había dicho que también me quería, y aunque me lo repetía antes, necesitaba oírlo en ese momento. Infantil, lo sé.

--Sabes... Hay algo que ustedes dos aún tienen pendiente --habló Sarinha-- ¿Recuerdas la foto subida por ese tal Lino? Los suscriptores no han dejado de preguntar.

Joder, lo que faltaba. Tener que dar explicaciones de una relación que ni yo sabía cómo iba era algo que no se me podía pasar por la cabeza.

--¿Ya te sientes mejor? --preguntó Luh de pronto, y me fui obligado a dirigir mi mirada hacia donde él hablaba.

Gona había salido del baño, vistiendo un pantalón color negro, una medias del mismo color y una simple camiseta verde. A pesar de verse con resaca y bastante cansado, era notorio su mejor estado.

--Sí, creo --se encogió de hombros al responder.

--Quiero comprobar una cosa --de pronto Luh se puso de pie y se acercó a Gona-- ¿Es verdad que has bajado de peso?

--¿Eh? --y Gona, como era de esperarse, no sabía de que estaba hablando.

Acto seguido Luh sujetó por detras la camisa de Gona y la enrolló, estirando así la tela y haciendo que ésta se pegue a su cuerpo. De esta manera, se pudo ver su abdomen plano (undido si puedo ser más sincero), y las costillas que sobresalían.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora