¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.

~35~

¡Joder, joder, joder y más joder!
¡No quería hacerlo! Pero prácticamente me obligaban, mierda.

Gona incluso me había despertado temprano para este día tan "especial". Yo sólo deseaba matarlo sin importar lo mucho que lo amaba.

No sabía ni a donde iríamos, sólo me pidió que entrara al auto y que me mantuviera en silencio para la sorpresa, y obvio no me quedó de otra que obedecer.

Al pasar al menos una hora, Gona detuvo el vehículo y me pidió que bajara, algo que hice tratando de no refunfuñar.

--Bien, es simple, tú sólo mantén una sonrisa y muéstrate feliz --dijo casi como un mandato.

--Sabes que no podré hacerlo --me crucé de brazos e hice pucheros.

Quería que Gona entendiese lo que esto me molestaba, pero al parecer no le importaba en lo más mínimo.

--¿Por qué odias tanto a Lino? --preguntó después de dar un suspiro.

--Es tu exnovio, y por lo que se ve hasta ahora, todavía lo quieres --respondí furioso.

--Exo, no quiero a nadie más que a ti, lo sabes perfectamente --dijo al acercarse y tomarme ambas manos, entrelazandolas con las suyas.

--No lo demuestras --susurré.

--Te amo, Andrés, y lo repetiré las veces que sea necesario para que me creas --dijo antes de juntar sus labios con los míos.

--Te odio por manipularme de esta forma --dije en medio del beso, y pude sentir como él sonrió al escucharme.

--¿Molesto un momento importante? --de pronto se escuchó la voz de Lino, lo que me causó un escalofrío instantáneo.

Gona quiso separarse de inmediato, pero yo rodeé su cintura con mi brazo y lo acerqué más a mí, mientras seguíamos inmersos en el beso. Y por suerte, él no puso resistencia.

--Esto se está volviendo incómodo --volvió hablar Lino, escuchándose esta vez más cerca, pero ni siquiera me apetecía abrir los ojos y averiguar a que distancia se encontraba de nosotros.

De pronto sentí como una mano me tomó del hombro y me jaló hacia atrás, separándome al instante de Gona y provocando que yo cayera al suelo. ¡Vaya que ese hombre tenía fuerza!

--¡¿Qué te pasa, gilipollas?! --grité con enojo.

--Hombre, esas cosas no se hacen en público, están mal --dijo mostrando una leve sonrisa hipócrita.

--Al igual que está mal que le hagas eso a Exo --me defendió Gona, al momento de extender su mano hacia mí para ayudar a levantarme.

--Sólo fue para separarlos, no tengo la culpa de que tu novio sea un debilucho.

Ya estaba, quería matarlo ahí mismo sin importar si luego iba a la cárcel, no podía soportar a ese idiota.

--Mejor cálmense y hagamos lo que vinimos a hacer desde el principio --propuso Gona, y aunque no estaba muy de acuerdo, terminé por resignarme.

Con tantos problemas, aún no me había dado cuenta de donde nos encontrábamos. Al parecer, Gona me había llevado a lo que parecía un centro de juegos, o eso es al menos lo que decía el enorme cartel en la entrada de ese lugar.

--Está bien, me portaré bien, pero sólo por ti --habló Lino, al colocar su brazo al rededor de los hombros de mi novio.