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La noche llegó rápido, pero era de esperarse al pasar el tiempo con esos tres idiotas que hago llamar mis amigos, y uno mi novio.

Al ser tal vez las siete, nos aventuramos por las calles buscando alguna fiesta a la que pudieramos entrar, y por suerte para los cuatro, había una en una discoteca que no estaba muy lejos de casa.

Debo admitir que eso de colarse en algún lugar no es lo mío, y me sentí realmente culpable al hacerlo esa noche, pero quería ver a mis amigos felices y si ellos van, yo voy.

No nos costó entrar, pues no había tanta seguridad como debió haber. Al entrar, vi como Sara y Luh se adentraron entre la multitud y empezaron a bailar de una forma... ¿Absurda pero graciosa? No sabría como llamarlo.

--¿Vamos? --preguntó Gona, viéndome con duda.

--No sé, preferiría ir a por algo de beber --dije evitando su mirada. Sabía que él quería divertirse, pero no sería conmigo, pues no me sentía cómodo en lo absoluto. ¿La razón? No lo sabía.

--¿Estás bien? --preguntó acercándose a mí.

--Sí, es sólo que... --y fui interrumpido por un beso de sus dulces labios-- ¿Q-Qué haces? --pregunté después de separarme de forma apresurada.

--Iré a buscarte luego, no te pierdas --dijo antes de dar media vuelta e irse a bailar con el resto.

No le dí más vueltas al asunto y decidí dirigirme al área de bebidas, donde pedí algo que me distrajera y me mantuviera ocupado mientras los demás se divertían.

No habían pasado ni diez minutos cuando visualicé una silueta ya conocida acercándose a mí, y al ver bien de quien se trataba, pude darme cuenta del porqué desde el principio me sentía tan incómodo en ese lugar.

--Hola, que casualidad verte aquí ¿no? --y su voz era aún más molesta que su tan sola presencia.

--Lino, hola. ¿Qué tal todo? --sin importar lo que estuviese sintiendo, debía mantenerme amable ante un desconocido. Así fue como me educaron, por desgracia.

--Bien, creo --noté como pasaba su mirada por encima de las millones de cabezas que se encontraban en la pista de baile, después fijó sus ojos en mí y sonrió de medio lado-- ¿Andas solo?

Sabía a lo que quería llegar, pues era obvio, y yo estaba más que dispuesto a jugar su juego.

--No, vine con unos amigos --a él no pareció importarle mi respuesta, al menos no hasta que seguí hablando, y pude notar su gesto de despreció hacia mí -- Y también con Gona.

--¿Y por qué él estaría allá y no aquí contigo? No tiene sentido --al parecer no quería creerme.

--Porque le doy la libertad que haga lo que quiera, no voy a estar diciéndole que hacer.

--Ajá, que bien --me miró con envidia, algo que disfruté-- ¿Y cómo va tu noviazgo con él?

--Seguro mejor que el vuestro cuando estaban juntos --y al final no pude evitar lanzar las únicas palabras que no quería decir, pero arrepentimiento no sentí alguno.

--Ya veo que te contó de lo nuestro, me alegró que ya lo sepas --sonrió de una forma más relajada.

Vi cómo tomó mi vaso y bebió de él sin importarle, luego se pasó una mano por su lacio y castaño cabello, y por último suspiró. Parecía que se preparaba para decir algo grande e indebido.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora