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El hermoso dibujo de multimedia es uno de los de La_Vaca_89
¡Me gustan mucho!

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Desperté al momento de escuchar el primer ruido por el pasillo, justo al otro lado de la puerta de nuestra habitación.
Vaya política de mierda de ese hotel, eran apenas las siete de la mañana y ya se oían a niños jugando por el lugar.

En fin... En realidad era tarde considerando lo que haríamos ese día, por lo que opté por despertar por completo. Estiré mi cuerpo con uno o dos bostezos acompañados, estaba aún agotado por el largo viaje.

Tan pronto como escuché el primer gemido de molestia proveniente de Gona, fijé mi mirada en él, el cual al parecer se quejaba de mis movimientos. Estaba a mi lado, admito que tenía derecho a quejarse, pero no era para tanto.

Volteé mi cuerpo para quedar frente a él, quien también estaba en la misma posición hacia mí, pero con la diferencia que él aún continuaba durmiendo, o al menos eso trataba de hacer.

Aproveché el momento para mirarlo, para observar cada detalle que me gustaba de él. Su cabello, sus largas pestañas, ese arete de la oreja con el que tanto me gustaba entretenerme, sus moretones, un momento.... ¿sus moretones?

Elevé un poco mi cabeza para ver mejor la mejilla de Gona, en la cual se notaba un moretón bastante grande, luego con mi mano aparté un poco su camisa, logrando ver otros que aparecieron en sus hombros y al rededor del área de la clavícula.

Joder, esos suscriptores sí le habían hecho daño. ¿Quién diría que unos niños y adolecentes serían tan agresivos?

--Deja de tocarme --habló Gona, un poco juguetón.

--¿Te duele?

--¿Qué cosa? --preguntó con inocencia. Al parecer no sabía a lo que yo me refería.

--Los golpes, los que te dejaron estos moretones --dije tocando algunos de ellos.

--¿Tengo marcas de lo de ayer? --preguntó y yo asentí --pero ya dejame, que sí duele un poco.

Paré de tocarlo y dejé que él se levantara para que se fuera a ver al espejo. Ahí se quitó la camisa y dejó al descubierto todo su torso, el cual tenía más el color morado que su propio color.

--Mierda, esos tíos son muy fuertes --mencionó con algunos gestos de dolor en su rostro mientras tocaba con delicadeza algunos de sus moretones.

--¡Te dije que había razones para preocuparse, te lastimaron! --recalqué.

--Bueno, si a mí me hicieron esto, es obvio que a ti también. ¿no? --dijo al voltear hacia mí.

Me quedé pensando por algunos segundos como un completo bobo. Era obvio que si Gona tenía esas marcas en su cuerpo, yo también las tendría, después​ de todo a mí me hicieron lo mismo.

--Dejame ver, ponte de pie --me pidió Gona, colocándose frente a mí.

Yo obedecí como niño pequeño ante una orden de su madre, y tan pronto como Gona hizo señas para que yo levantara los brazos, lo hice. ¿En que demonios me había convertido, y a dónde había ido todo mi orgullo?

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora