~31~ lemmon part.1

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--Repite lo que dijiste --me pedía Gona, con emoción de niño pequeño.

--Quiero hacer el amor contigo, tener sexo, más intimidad... No sé, como quieras llamarlo --dije casi como en un susurro, pero esto no evitó que de nuevo se dibujara una gran sonrisa en el rostro a Gona.

--¿Estás seguro? --preguntó con duda.

--Joder, sí, quiero hacerlo --respondí más que convencido.

--Entonces vamos, yo también quiero --dijo al levantarse del sofá y colocarse frente a mí.

--Con una condición. Yo no seré el violado --bromeé.

--¿Quieres que yo lo sea? --preguntó poniéndose nervioso.

--Que pase lo que tenga que pasar --dije al tomar su mano para acto seguido irnos a su habitación.

Al cerrar la puerta, Gona empezó a besarme con suavidad, era como si quisiera hacer esto de la forma más lenta posible. Después de unos segundos, ya estábamos acostados en la cama, y él sobre mí.

--¿Por dónde empezamos? --pregunté en medio del beso, y al parecer, a él le dió gracia.

Gona, con una gran sonrisa en su rostro, se separó sólo unos cuantos centímetros de mí para verme de arriba a abajo, como si me estuviera examinando. Acto seguido, acercó sus manos al borde inferior de mi camiseta y la elevó sólo un poco hasta descubrir mi abdomen, donde pasó sus dedos de forma delicada y suave, logrando que me estremeciera.

Me sentía nervioso, debía admitirlo, pues tal vez no era la primera vez que iba a estar desnudo frente a alguien, pero sí frente a un hombre mientras estaba sobrio.

No me movía, sólo esperé a que él me quitara por completo la camisa. Luego empezó a pasar sus manos por mi pecho y abdomen. Su tacto se sentía muy bien.

--¿Te he dicho cuánto me encantas? --susurró mientras se inclinaba hacia mi abdomen, dejando un par de besos al rededor.
No pude evitar estremecerme, me parecía casi irreal estar una vez más con él de una forma tan íntima.

Él levantó de nuevo su rostro clavando sus ojos en los míos, y sin esperar a que yo respondiera algo, empezó él mismo a desabotonar lentamente su camisa. Yo estaba prácticamente quedándome sin aire.

Al lanzar su camisa fuera del alcance de ambos, pude recorrer centímetro a centímetro su piel con mi mirada y no había ningún aspecto de su cuerpo que no me gustara. No era lo que estaba acostumbrado a ver en ninguna de las parejas que anteriormente hubiese compartido conmigo la cama, pero debo admitir que no me hacían falta para nada esas dos protuberancias femeninas, su pecho plano, lampiño y pálido era sin duda perfecto y no necesitaba nada más que eso.

Al subir de nuevo mi mirada, noté como Gona se llenaba de vergüenza y sus mejillas enrojecían a más no poder.

--¿Nervioso? --pregunté con una leve sonrisa en mi rostro.

--Tú estás igual --dijo al acariciar mi mejilla, la cual hasta su tacto lo sentí como un cubo de hielo rozando mi piel, señal de que mis mejillas estaban ardiendo.

--Es porque esto es raro, y lo sabes --dije desviando la mirada.

--Y eso que no ha venido lo mejor --rió tímidamente-- Además... ya hemos hecho esto antes, no deberíamos estar tan nerviosos.

--Te recuerdo que la última vez estábamos ebrios, no sabíamos lo que hacíamos.

--¿Y ahora sí? --me miró con seriedad.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora