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Lo primero que hice en la mañana al levantarme, fue verme en el espejo del baño.

Mi rostro tenía un aspecto demacrado: la zona al rededor de mi ojo aún seguía morada y, como si fuese poco, se me podían notar unas enormes ojeras.

No me sentía con suficientes ánimos, pero igual tenía que subir el video diario, así que empecé a hacerlo.

No duré mucho tiempo, pero si el suficiente como para desesperarme.
Terminé lo más rápido que pude y me fui directo a la puerta, quería salir de ahí al menos por un rato.

Caminé un poco por los lugares que ya conocía para asegurarme de no perderme, luego entré al primer restaurante que vi y ahí me compré el desayuno.

Mientras iba de camino a casa, pasé frente al bar que hace poco conocí, y ahí pude ver a esa bella mujer atendiendo las mesas.

Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, verla me daba más tristeza que rabia.

¿Por qué tristeza? Ni yo lo sabía... Pero creo que era por pensar en la situación de la pobre chica. Después de todo, ella no tiene la culpa de tener un novio así de malo.

De pronto la mujer miró hacia la ventana y ahí pudo verme. Su rostro reflejó culpa y preocupación, seguro al notar mi ojo completamente morado.

No quise quedarme más tiempo a dar lástima, así que decidí irme velozmente al hotel para quedarme esperando a Gona, quien llegó unos pocos minutos después.

Hablabamos un poco de diferentes cosas de la vida, y entre toda la charla llegamos al tema de la chica de bar, yo le conté lo que pasó unos minutos antes y que tenía ganas de hacer algo por ella.

--¿En serio quieres ayudarla?

-- --contesté decidido.

--¡Vaya, al final resulta que tienes sentimientos por los demás! --exclamó mostrando una sonrisa.

--Hombre, claro que los tengo, otra cosa muy diferente es que los tenga por ti --bromeé.

--Sé que algún día me dirás que me amas --dijo desviando la mirada.

--Lo que tú digas --rodé los ojos --¿Me ayudarás a hacer un plan o no?

--Ya tengo una idea --se levantó de la cama donde estábamos sentados y se dirigió a la puerta para abrirla --¿Vienes?

Yo lo seguí sin hacer preguntas, después de todo él siempre ha sido bastante bueno con los planes. Es genial tener un amigo así de inteligente, aunque a veces se comporte como un idiota.

Gona se dirigió a una tienda de disfraces, donde entró sin decirme nada de lo que tenía planeado. Yo me quedé afuera, tratando de encontrarle algún sentido del porqué fuimos ahí.

Poco tiempo después, Gona salió disfrazado de policía, se veía suficientemente convencible.

--¿Qué te parece? --preguntó al dar un pequeño giro.

--Aún no sé que quieres hacer con esto --dije señalando el disfraz.

--Fácil, vamos al bar y amenazo al novio de la chica, tal vez así le entre miedo y cambie su conducta, o incluso no vuelva a presentarse por ahí. Tú sólo tienes que provocarlo para tener una razón de la amenaza.

--Me parece un estúpido plan --dije con sinceridad.

--Tienes que tener la mente abierta, tal vez funcione.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora