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--Exo, despierta o te echo agua fría, tú eliges --las primeras palabras de la mañana provenientes de Gona.

Abrí mis ojos y me encontré con Gona frente a mí, éste ya estaba con el vaso de agua en su mano, preparado para dejarla caer sobre mí

--Son las ocho de la mañana, se hace tarde para lo que tengo planeado --dijo ansioso.

Yo solté un leve quejido al estirar mi cuerpo, la verdad no tenía ni las más mínimas ganas de levantarme del pequeño sofá de la habitación.
Así es, decidí dormir ahí ya que en mi cama se había quedado dormido este men.

--¿Ayer me dormí aquí? --preguntó Gona, extrañado.

--Sí, lo hiciste.

--¿Y me dejaste quedar en la cama?

Yo asentí con mala cara.

--¿Y preferiste dormir incómodo en el sofá antes de dormir conmigo? --preguntó mostrando tristeza.

--¡Hombre, verás! --exclamé alzando los brazos-- ¡No iba a dormir a tu lado!

--¿Por qué no? La cama es lo suficientemente grande.

--¿Podríamos dejar el tema? --pregunté rodando los ojos.

--Está bien --él rió-- perdón por quedarme dormido en tu cama, creo que anoche estaba muy cansado.

--No importa, tranquilo --dije comprensivo-- pero a la próxima te saco a patadas de aquí.

--¿En serio?

--Muy en serio --dije con seriedad.

--Entonces creo que tendré que hacer esto para que al menos tengas una razón para hacerlo.

--¿Hacer qué cosa? --pregunté confundido.

Gona sonrió antes de lanzarme encima el vaso de agua, mojando mi cabello, ropa y sofá.

--¡Eres un gilipollas, joder! --grité enojado.

--Lo siento, pero la tentación ganó --él reía tanto, que incluso se agarraba el estómago.

Yo me levanté y fuí directo al baño, quitándome inmediatamente la camisa para no tener la posibilidad de enfermarme con eso.

--Vaya, es la segunda vez que te veo así --dijo Gona, colocándose en la puerta para verme.

--Si no quieres una venganza, mejor callate --dije cabreado.

--Pero es que se me hace divertido verte sin camisa, es algo nuevo para mí.

--Y también van a ser nuevos para ti los golpes que te daré, gilipollas.

--Cálmate, yo sólo...

Antes de que terminara de hablar, yo le cerré la puerta en la cara, golpeándolo con ésta.

--¡Me cago en tu...!

--He dicho que te calles --dije ya sin importarme.

--¡Tío, me sangra la nariz! --exclamó.

--¡¿En serio?!
Me apresuré a ponerme de nuevo la camisa y salí casi corriendo del baño, sólo para encontrarme a Gona descojonandose.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora