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Gona encendia la cámara para empezar a grabar algo que ni sabía que iba a hacer.

Veía su nerviosismo, pues él sabía muy bien que yo nunca he tenido piedad en lo que tiene que ver con venganzas.

--Listo. ¿Ahora qué? --preguntó en cuanto había preparado todo.

--Quítate la ropa --ordené.

--¡¿Qué cosa?! --exclamó sorprendido.

--El reto es mostrarse en boxers en un video, así que hazlo --pedí enseñando una enorme sonrisa llena de maldad.

--¿Estás hablando en serio? --preguntó nervioso.

--Sabes que sí --le mostré la cara más seria que podía-- Ahora hazlo, que no tenemos todo el día.

Gona lo pensó un poco antes de dar un profundo suspiro y asentir. Yo levanté la barbilla en sentido de victoria.

--Pero tengo una condición --me miró desafiante-- Tú debes quitarme la ropa.

--¿Quieres provocarme o qué? --pregunté desconfiado.

Gona se cruzó de brazos y sonrió insinuando algo que no quise adivinar.

--Si no lo haces, yo no hago el video --amenazó decidido.

--A veces recuerdo lo mucho que te odio --dije haciendo pucheros.

--Sabes muy bien que me quieres --soltó la risa.

Me levanté de la cama y caminé lentamente hacia él, viendolo con picardía en sentido de broma.

--Es tu venganza, son mis condiciones --dijo en cuanto ambos estuvimos frente a frente.

--Callate --rodé los ojos.

--Comienza por lo más fácil --levantó los brazos.

Yo agarré su camisa y la subí lentamente mientras mantenía mi vista fija en sus ojos.

Al terminar de quitársela bajé la mirada, notando así su torso que deslumbraba frente a mí.
Al mantener los brazos alzados, se podían notar un poco sus costillas, las cuales toqué con las yemas de mis dedos.

Luego llevé mi mano hacia más abajo, donde pude sentir algunos vellos en la parte baja del ombligo.

Esta vez no tardé en atreverme a poner mi mano en su totalidad, pasando así mi palma por todo su abdomen y parte de las costillas.

Sentí como él se estremeció por mi tacto, algo que me hizo pensar que hacía lo más maravilloso de este mundo.

Gona bajó los brazos, indicándome que ya era suficiente y que debía seguir.
Pronto desabroché su pantalón y lo deslicé rápidamente por sus piernas.

--Bien, ahora haz el video --pedí al dar algunos pasos hacia atrás.

Mientras terminaba de preparar la cámara, me quedé admirando su cuerpo.
Ver sus piernas, su pecho y abdomen, brazos y espalda... Me hacían enloquecer sin si quiera tener la necesidad de tocarlo. Era perfecto ante mis ojos.

--¿Quieres que sólo me quede en una posición en todo el video? --preguntó apenas estuvo listo.

--No, quiero que bailes o algo --dije riendo con malicia.

--¿Bailar? --frunció el ceño-- ¿No puedo hacer otra cosa menos humillante?

Negué con la cabeza al mostrarle una gran sonrisa. Gona suspiró profundo antes de tener que aceptar.

Empezó por poner música de algún tipo y comenzó con el video. "Bailaba" de una forma extraña, pero totalmente divertida.

--Tienes suerte de que yo no sea tan vengativo como tú --dijo al mirarme de reojo.

Yo no paraba de reír, pues verlo en un estado tan humillante me causaba una de las mayores gracias.

Al terminar los tres minutos de la canción, Gonaldo despidió el video con la explicación de que era una venganza de mi parte, y luego detuvo la grabación.

--Eres cruel --comentó al ver que yo no paraba de reír.

--Sube el video, anda --ordené con falta de aire.

Él rodó los ojos y obedeció. A los pocos segundos de publicado, comenzaron a llegar miles de comentarios.

--Ahora seré recordado por esto --Gona se veía algo molesto.

--No te enojes, después de todo fue tu culpa por querer llevarme al paracaidismo --dije encogiéndome de hombros.

--Vale, lo sé --dejó la computadora completamente ignorada, sólo para voltearse y acercarse a mí con un veloz movimiento-- Pero quiero que estemos un poco a mano. ¿Podríamos?

Me miraba como pidiendo algo que no podía descifrar.
¿A qué se refería? No lo sabía... Y temía averiguarlo al notar la forma en la que fijaba sus ojos en los míos.

--¿Qué quieres decir? --pregunté un poco intimidado por su cercania, la cual iba aumentando poco a poco.

--Quiero que esta noche... Nosotros dos... Pues...

Parecía que le costaba hablar, estaba nervioso y tímido. Y yo no me atrevía a terminar su oración, por más que estaba seguro de a lo que se refería.

Y es que... Era obvio al ver esos ojos y su actitud llena de desesperación.
¿Pero y si me equivocaba y yo era el único mal pensado? Pero si no era así... ¿Qué más podría ser?

--Explícate --pedí tratando de que mi voz no temblase.

--No, olvídalo --se echó hacia atrás hasta hacer contacto con la pared en su espalda-- Mejor... ¿No quisieras tener una “cita" nada formal? --hizo las comillas con sus manos.

Cita nada formal, por supuesto que sería eso... Y no sé porqué me molestaba este termino, si después de todo no eramos aún nada más que dos chicos tratando de llegar a tener una relación más profunda y unida.

--Sí. ¿Por qué no? --respondí indiferente.

Gona sonrió antes de prácticamente lanzarse sobre mí para darme un profundo beso.
Y otra vez era uno de esos que tanto disfrutaba, que tanto me enloquecían.

Al ser casi de la misma estatura, no nos quedaba nada difícil estar al mismo nivel en lo que se refiere a la intensidad de un beso, y lo agradecía mucho, pues ya saben que casi siempre el "alto de la relación" domina en estas cosas.

Esta vez me atreví a darle un pequeño mordisco a su labio inferior, algo que lo hizo estremecer un poco.

--Me gusta tu atrevimiento --mencionó prácticamente sobre mi boca, causándome un escalofrío que recorrió mi columna.

--Y a mí me gustas tú --dije con intensión de burlarme de su ya tan característica frase.

--No te copies --se separó para tomar aire y verme mejor-- ¿Recuerdas que aún estoy sólo en boxers?

--¿Por qué lo dices? --pregunté frunciendo el ceño.

--Porque parece que sólo una parte de ti lo recordaba --bajó la mirada a mi entrepierna y comenzó a reírse por lo bajo.

¡No, otra vez no, no podía pasarme eso de nuevo!


¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora