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--Te alborotas con facilidad --se burlaba Gona entre su típica risa rara.

--¡Callate, no tienes porqué estar mirando siempre ahí, maldito pervertido! --grité con enojo.

Era su culpa. Era obvio que me pondría así ante un beso tan intenso de alguien del mismo sexo, algo que jamás había probado antes. Eso y que... él se encontraba en boxers.

Sentía mis mejillas arder mientras trataba de cubrir mi entrepierna con mis manos. Era muy vergonzoso.

--Te ves lindo cuando te sonrojas --dijo acariciando mi mejilla.

--Gilipollas --susurré bajando la cabeza, aún más avergonzado.

Gona me dio un delicado beso en la frente antes de marcharse de la habitación. Así de simple, sin decir nada más.

Cuando me aseguré de estar completamente solo, aparté mis manos de donde las tenía y traté de tranquilizarme un poco.

¿Cómo era posible que me excitara un simple beso? Okay, era algo nuevo considerando que se trataba de Gona, pero... ¿En serio él podía enloquecerme de esa manera?

La excitación esta vez había sido más intensa, tal vez por el hecho de que Gona se encontraba semidesnudo, pero incluso llegaba al punto de ser dolorosa. Ese idiota siempre complicandome la vida.

(...............)

La noche había llegado, y era momento de esa cita "no formal" entre Gona y yo.

Ninguno de los dos nos habíamos vestido para algo especial, simplemente nos pusimos lo primero que encontramos entre toda nuestra ropa.

Ambos nos dirigimos a un parque donde supuestamente habría un concierto de quién sabe que banda, y la verdad no me interesaba saberlo.

Nos adentramos entre la multitud y nos quedamos ahí, esperando a que empezara la actividad, la cual no tardó en iniciar.

Al parecer era una banda novata de covers, pero eso no quitaba el hecho de que lo hacían bastante bien, incluso terminaron gustandome.

--Ven aquí, quiero hablar contigo --Gona me susurró en el oido, pues no lo escucharía de otra forma.

Él no esperó mi respuesta, sólo empezó a jalarme el brazo para alejarnos así de toda la gente y dirigirnos a un costado del mismo parque, donde extrañamente no había ni un alma.

--¿Qué pasa? --pregunté apenas él soltó mi brazo.

Gona se colocó frente a mí y me miró de forma nervioso, parecía preocupado por algo.

La luz de la luna, combinada con la luz artificial del parque, hacían que la piel de Gona se viera roja y palida. ¿Eso era posible? Al parecer sí...

--¿Estás bien? --me preocupé por no recibir ni una palabra de su parte.

Se notaba muy nervioso, como si en serio le sucediera algo grave, y yo no tenía idea de que debía hacer para calmar la situación.

--Sólo quería pedirte algo... Pero... No lo sé...

--Joder, pídelo y ya --dije de forma algo brusca.

--Andrés. ¿Quieres...

--¡No me digas Andrés! --interrumpí haciendo un puchero de niño pequeño.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora