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No estaba seguro de lo que estaba por hacer esa tarde, no sabía de que iba a hablar o si quiera porque iba a encontrarme con él, sólo estaba seguro de algo... Era una pésima idea.

Pero tenía que hacerlo, era necesario para encontrarme en paz con todo esto, si no, quien sabe hasta cuando seguiría con tantas dudas.

Me sentía nervioso por el encuentro a solas, era algo que quería evitar desde que lo conocí y ahora me encontraba ahí... De camino a reunirme con él para tener una "charla civilizada". Sí... esperaba y rezaba para que nada se saliera de control.

Al llegar al fin a la cafetería acordada, entré sin más y, sin detenerme, pasé rápidamente mi mirada sobre todas las cabezas del lugar. Al decir verdad, fue fácil identificarlo entre todas esas personas.

Fuí con rapidez a su mesa, donde la silla frente a él estaba desocupada esperando mi presencia. Él, al verme llegar y sentarme sin decir ni una palabra, sólo sonrió y me extendió el menú de comidas, seguro esperando a que yo pidiera algo.

--Yo invito --dijo con una sonrisa algo coqueta.

--No quiero nada, pero gracias --dije con seriedad, debía mantenerme así durante todo el tiempo que estuviera ahí frente a él.

--Me sorprende que me llamarás, pensé que después de todo no ibas a usar la tarjeta que te di esa noche --dijo mientras tomaba su taza de café entre sus manos, para después, con toda la paz del mundo, darle un pequeño sorbo.

--Sí, de hecho pensaba tirarla, pero... creo que mejor te la devuelvo, seguro ya no te quedan más con tantas personas que te piden el número --dije sarcástico y burlón, él sólo rió.

Me tomé unos segundos para sacar una pequeña tarjeta de papel de mi bolsillo, la cual luego coloqué sobre la mesa, justo frente a él, después de todo...era suya, decía claramente su número y al lado el nombre "Lino".

--Y dime, Andrés --al decir mi nombre, me miró como si fuera superior a mí-- ¿A qué se debe que hayas querido una cita conmigo? ¿Acaso también quieres ser mi novio?

Casi me ahogo con mi propia saliva al escuchar tal estupidez. Era un idiota, y estaba claro que sería difícil conversar con él.

--De hecho quería hablarte sobre Gona --él me miró con curiosidad, pareció que al fin había captado la atención que yo quería.

--¿Y qué quieres saber de él? Pregunta lo que sea --dijo realmente interesado.

--¿Es verdad eso de que nunca te dijo que te amaba? --pregunté de primero, y a él pareció molestarle.

--Pues sí, él nunca me lo dijo --respondió desviando la mirada-- a pesar de que yo sí a él.

--¿Sí lo amabas?

--Lo amo, aún lo amo.

Mi corazón empezó a palpitar con rapidez por alguna extraña razón. Es como si esa respuesta me hiciera sentir amenazado y advertido de que tenía que estar alerta, pues había alguien que quería a mi novio.

--No creas que por estar contigo, él te pertenece​ --dijo mostrando una leve sonrisa-- yo sigo esperando a que reaccione y se dé cuenta que yo soy el indicado.

Ignorar lo que comenzaría una pelea y cambiar de tema a algo que esté a mi favor. Ese era el plan desde el principio.

--Dime porqué terminaron --pedí mirándolo con algo de superioridad.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora