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Pasaban los días en los que yo me encontraba apartado de todo.

Youtube era lo único que me mantenía en contacto con los suscriptores, pues hasta twitter lo había abandonado.

Cada día aparecían preguntas tales como: ¿Por qué no grabas con la pandilla?
¿Por qué te alejaste de nosotros?
¿Por qué el tan repentino cambio de personalidad?

La respuesta era simple... Gona.

Quería huir de todo lo que había creado, olvidar esos besos y la última conversación que tuvimos, quería simplemente dejar todo atrás. Pero no era tan simple.

Estaba enojado conmigo mismo por haber terminado de esa forma. Después de todo... ya había aceptado que él me gustaba, sólo era de decírselo, pero ni eso pude hacer.

Admito que tenía miedo de lo que pasaría después, y que por eso sólo me fui de skype y a él lo dejé ahí, lleno de dudas.

Me sentía culpable, arrepentido y con ganas de llorar para liberar toda la presión. Jamás había pasado por tantos problemas de este tipo.

Y durante tres días la pasé fuera de todo lo que tiene que ver con la pandilla y con la vida normal que llevaba antes. Lo tomé como una forma de relajar mi mente y así poder pensar mejor en lo que estaba pasando.

Ignoraba cualquier mensaje de Gona, quien me llamaba al menos 10 veces por día, era algo pesado pero podía entender que él también estaba muy confundido y que necesitaba hablar conmigo.

Me sentía un completo cobarde, y hasta Luh y Sara me dijeron que así era.
Ellos no sabían nada, yo nunca me arriesgaría a que supieran una cosa así, pero sí sabían que Gona y yo habíamos tenido una "leve" discusión, y que yo estaba huyendo de ésta.

Sabía lo que tenía que hacer. Debía arreglar todo y dejar de sólo ignorar los problemas, pero no sabía como hacerlo.

(............................)

En la tarde, la llamada desesperada de Sara aparecia en mi skype, el cual respondí a la cuarta vez que insistió.

--¡Joder, nunca respondes rápido! --alegó ella, en cuanto me vió en su pantalla.

--¿Ahora que quieres? --le pregunté rodando los ojos.

--Primero saludanos --habló Luh, quien había sido invitado por la spidercerdo.

--Hooolaaa --alargué las dos vocales.

--Morsa, tengo algo importante que decirte --dijo Sara, con tono preocupado.

--Pues dímelo --dije obvio-- rápido, que no tengo mucho tiempo.

La verdad es que no quería hablar con ellos, aún necesitaba más momento a solas.

--Es importante, deberías mostrar interés --dijo Luh.

--Sólo escupanlo y ya --dije con mal humor.

--Es sobre Gona --habló Sara con tristeza, yo inmediatamente puse toda mi atención-- Le pasó algo grave.

--¿De qué habláis? --pregunté frunciendo el ceño, esperando más explicación.

--Gona tuvo un accidente de auto, él terminó muy herido --dijo Luh, con tono decaído.

--Pe-pero como...

--Su familia fue quien nos avisó a nosotros --continuó hablando Sara-- dicen que Gona está en el hospital, y que se encuentra muy mal.

Yo no podía creer lo que oía, mi cerebro no podía procesar esa información tan impactante.

--También dicen que está en estado de coma, y nadie sabe cuando despertará.

--Nos dijeron que él está tan herido, que incluso los doctores creen que no volverá a despertar --a Luh se le escuchaba muy triste.

--¿Creen que si yo voy a visitarlo, me dejarán entrar a verlo? --pregunté con un enorme nudo en la garganta.

Ambos se encogieron de hombros, parecía como si realmente no les importaba.

--Bien, gracias por avisarme.

--¿Sí irás a verlo? --preguntó Sarinha.

--Obvio, mañana mismo iré --dije decidido, y luego desconecté la llamada.

Al instante mis ojos se llenaron de lágrimas, no podía creer que estuviera llorando por alguien como Gona.

Tomé un profundo suspiro, limpié mis ojos y me dediqué a empacar para dos o tres días.
Tenía que ir a Madrid, tenía que ver como estaba Gona.

Luego de tener todo listo, me fui al aeropuerto para tomar el próximo vuelo. Quería que todo pasará rápido.

Durante el viaje, el cual no es muy largo, me puse a imaginarme como estaría Gona.

En mi mente apareció su imagen: su cuerpo tenía millones de heridas y él se encontraba inconsciente postrado en una camilla.
Mi corazón no podía con lo que yo era capaz de imaginar, me dolía demasiado el pecho.

Debía hacer todo lo posible para mantener las lágrimas dentro de mí.
Me encontraba muy preocupado por Gona, no podía con tanto estrés.

Y durante el trayecto tuve tiempo de tomar una decisión: si él logra despertar de ese coma, yo le diría todo lo que siento y que pase lo que tenga que pasar.

Sí, así era... mi miedo se había desvanecido por lo que pasaba, y estaba más que decidido a demostrarle que yo también lo quería, esta vez no huiría de nada.

¿Me Quieres? {Gonexo} Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora