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Pasaron apenas unos pocos minutos después de que Zayn se había marchado. Aunque me parecieron una eternidad. Los nervios y los pensamientos abrumadores me consumían por dentro.

Una brisa heló cada uno de mis huesos y me sacó de aquel transe en el que me encontraba. Me estremecí de nuevo y me abracé a mi misma. Cada micro sonido que se proyectaba a mi alrededor se convertía en una amenaza. Incluso, parecía que estaba oyendo más ruidos de los que existían realmente. Me di cuenta tarde de que me daba más miedo estar allí sola en el medio de la nada, que junto a Zayn. Debía de haber ido con él.

Dudé los primeros pasos, pero avancé en la misma dirección en la que había desaparecido anteriormente. Poco a poco me sumergí en la gran nube verde que me rodeaba. Traté de ayudarme con la linterna del mi celular, que para ser honesta, parecía menos útil que una vela. La luz que emitía era demasiado débil para semejante oscuridad y espacio.

Me sobresaltaba hasta el más mínimo sonido. El cantar agudo de los grillos me irritaba tremendamente esa noche. Oí un búho que me hizo sobresaltar. También el aleteo de unos murciélagos sobre mi cabeza. El corazón se me salía del pecho. Los pastos y ramas que rozaban mis piernas me ponían los pelos de punta, sentía que me caminaban insectos en el cuerpo.

De pronto, escuché a mi derecha, crujidos sobre hojas de árboles secas, como si alguien corriera o escapara de algo.

Giré mi cabeza en esa dirección y caminé insegura hacia allí. Lo único que divisé fue una sombra negra, ¿alejándose o... acercándose?
—¿Zayn? —Conseguí mascullar con voz temblorosa.
Seguí caminando con cautela rogando que fuese él. La imagen a continuación me dejo petrificada.

Un grito de horror me desgarró la garganta. Me tapé la boca con ambas manos dejando caer mi teléfono y quebré en un llanto.

Había encontrado a Zayn, pero de la peor manera que me pude imaginar. Yacía en el suelo con una herida sangrienta en su abdomen mientras se retorcía de dolor entre quejidos.

La silueta, de la cual aún no divisaba el sexo, se me acercó con un cuchillo que chorreaba sangre. Comencé a retroceder entre tropezones, hasta que mis piernas acabaron por traicionarme cuando caí al suelo.

—¡Auxilio! ¡Aléjate! —Grité mientras retrocedía desde el suelo como podía, impulsándome con mis manos.
Dejó caer el cuchillo. La luz de la luna dio directamente a su rostro y descubrí que se trataba de un muchacho. Su mirada intensa me hizo sentir el miedo más grande de mi vida.
—¡No grites! —Exclamó en un susurro y miró en todas direcciones—. ¡No he sido yo!
Ignoré por completo sus palabras y continué gritando por ayuda. Mis amigos no estaban tan lejos, sabía que me escucharían.
—¡Amber! —Escuché a Louis llamarme.
No fue hasta dos segundos después que mis amigos aparecieron detrás del chico.
—¡Louis! ¡Fue él! —Sollocé.
—¡No, esto es un malentendido! —Se defendió el chico negando con sus manos y cabeza.
—¡Necesitamos una ambulancia! —exclamó Cally con pánico desde el piso con Zayn.
En cuanto mi hermano y Niall se encargaron del sujeto, corrí hacia mi novio.

No podía contener mis lágrimas, salían a borbotones. No sabía cómo manejar la situación, estaba totalmente aturdida y perturbada. Me faltaba el aire y todo mi cuerpo temblaba. Mi mirada iba de Zayn al muchacho y del muchacho a Zayn.

Cally me habló, pero no logré escuchar realmente lo que me dijo debido a mi estado de pánico. Al ver que no reaccionaba, tomó mis manos y las colocó sobre un buzo hecho un rollo para que presionara la herida de Zayn. Ella se alejó y llamó a la policía.

—Zayn, mi amor. Resiste, por favor. Estoy aquí contigo, ¿sí? Resiste —le dije entre llantos.
Asintió levemente con la cabeza mientras se aferraba a uno de mis brazos con desesperación y dolor en su cara.

Nunca antes me había enfrentado a una situación igual, nunca antes había tenido contacto con la sangre de alguien más, era algo que siempre me había dado asco. Pero Zayn me necesitaba más que nunca y no me importaba en lo más mínimo si tenía hecha un desastre para evitar que se desangrara.

Louis y el chico empezaron a pelear. A pesar de que este último parecía más alto, Louis domino la situación. Lo golpeó y lo sujetó, aprisionándolo con ayuda de Niall.

Al cabo de unos pocos minutos, la ambulancia y la policía llegaron al lugar. En seguida le dieron primeros auxilios a Zayn y me apartaron de él. Me dijeron que estaría bien, así que me tranquilicé un poco al menos.

Un agente de policía canoso y de grandes bigotes me tomo una declaración durante unos diez o quince minutos. Le relaté el episodio tal cual había sucedido según yo. Pero el hombre no quería perderse ni el mínimo detalle, me consultó absolutamente todo, mientras que yo quería terminar rápido, no aguantaba un segundo más sin estar al lado de Zayn. No podía hacer nada por él, de eso se encargaban los paramédicos, pero sentía que debía estar a su lado. Él querría eso.

A su vez, mi atención se desviaba todo el tiempo hacia el muchacho que estaba siendo detenido por otros oficiales.

—¡Dije que pongas las manos dónde las pueda ver! —Ordenó impetuoso un policía y el chico elevó las manos vacías.
—¡Soy inocente! Ese maldito cuchillo no era mío, yo se lo quité —explicó con un tono de voz elevado acercándose desafiante al oficial.
Otro policía se acercó de inmediato, agarró al chico por detrás, lo apoyó brutalmente contra el patrullero y lo esposó.

—¡No pueden hacerme esto! —Exclamó a regañadientes.
—Tiene el derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un tribunal de justicia —Quien lo sujetaba comenzó a recitar la advertencia.

El muchacho paró de protestar rendido, pero su cara transmitía todo lo contrario. Sentí los vellos de mi cuerpo levantarse en el momento que su mirada me encontró. Cada vez que lo hacía, me sentía la presa vulnerable de un lobo feroz. Su expresión fría hizo que mis rodillas temblaran y el corazón se enloqueciera dentro de mi pecho.
No sabía ni quién era, pero lo odiaba. Lo quería fuera de mi vista, tras las rejas, lejos de nosotros donde no pudiera volver a hacerle daño a alguien más. Lo peor es que nadie tenía idea de por qué habría atacado a Zayn en primer lugar.

—¿Y bien? ¿Cómo está Zayn? —Preguntó Niall, haciéndome voltear.
—Parece que bien, la herida no fue tan profunda como pensaban, pero sí ha perdido bastante sangre. Ahora lo van a trasladar —respondió Louis.

Cuando mi hermano se percató de mi presencia, me abrazó de lado y besó el punto más alto de mi cabeza. Me refugié en su cuerpo aun tratando de calmar lo que el chico de hielo me había causado.
—¡Qué suerte!
—Bueno y... ¿Qué tal él? —Preguntó Louis refiriéndose al criminal con un gesto de cabeza.
—Lo he visto por ahí—respondió Cally.
—¿Cómo? —Inquirí consternada.
—También yo, estoy seguro de habérmelo cruzado en otra ocasión—secundó Niall.

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora