9✨.

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Amber Tomlinson.

Al finalizar la última clase del día, mientras recogía mis pertenencias para salir, la figura de Harry Styles se hizo presente en el salón. No llevaba ni siquiera puesto el uniforme del instituto y ya era el segundo día que no asistía a clases, o al menos a las que compartíamos. Tampoco salía mucho de su cuarto. Sospechaba que algo estaba sucediendo.
Se acercó hasta el escritorio de la profesora y le devolvió un libro mientras intercambiaban algunas pocas palabras. Quería averiguar qué pasaba con él, me consumía la intriga. No sé qué pasaba conmigo, odiaba a Harry Styles y no entendía por qué me interesaba por lo que sucedía en su vida.


—¡Berry! ¿Cómo estás? —Saludó alegre, me tomó de la cintura y nos besamos en la mejilla.
—¡Drew! Bien, gracias —Sonreí—. Justamente contigo quería hablar...
—¿Ah, sí? ¿De qué?
—Bueno, yo solo... —comencé a jugar con mis manos nerviosa mientras caminábamos hacia el patio de afuera—. Solo quería preguntarte algo...
—Adelante, preciosa.

¿Preciosa? ¿PRECIOSA? ¿Andrew me había llamado preciosa? Okay, Amber, ya basta, tienes novio.

—¿Por qué Styles está tan extraño y no asiste a clases? —Solté de repente—. Es decir, no es que a mí me importe porque, prácticamente, lo odio pero yo solo quería saber, porque me interesa-- No, no, no es decir, no me interesa en lo absoluto... —Atropellé las palabras con cierto nerviosismo y Drew rio con. Sentí la cara arder de la vergüenza.
—¡Tranquila! —volvió a reír—. Es que hoy en la noche se va... —Comentó triste.
—¿Qué? —Exclamé y algunas personas voltearon a verme—. ¿Cómo que se va? ¿A dónde? ¿Por qué? —Lo bombardeé con preguntas.
—A otro internado. Su padre dice que está harto de que tenga tantos problemas aquí y está harto de recibir llamadas de parte de la dirección.
—Andrew, tengo que hablar contigo —interrumpió Liam—. Eh, siento interrumpir —se disculpó al percatarse de la situación.
—Está bien, Liam, dame cinco minutos —Pidió Andrew.
Su amigo asintió, aguardó a un lado y continuó comiendo lo que fuera que estuviera comiendo en silencio.
—Oh, que mal... —continué como si Liam no estuviera allí—. Pero él no es quién ocasiona los problemas, es decir, si a mí me insultan o algo por el estilo, como a él, me defendería y supongo que es lo que él hace.
—¿Hablan de Harry, verdad? —Intervino Liam en cuanto terminó de tragar.
—Así es.
—En ese caso, Amber, querida, no te olvides que la mayoría, bueno, todos los problemas que tiene Harry aquí son por tu maldita culpa, así que eres la menos indicada para opinar —Dijo siendo rudo y me señaló con el dedo índice—. Mientras los demás le hacen la vida imposible, ¿tú lo defiendes justamente ahora?
Lo contemplé unos segundos atónita por su gran cambio de actitud en este tiempo.
—Tú no eres el Liam que yo conocí. Solías ser mi mejor amigo, no puedo creer que me hables así, has cambiado mucho.
—No, Amber, yo solo cambie contigo, las cosas cambiaron. Desde que estas con el idiota de Zayn te volviste... idiota como él.
—Okay, okay, chicos, paren, tranquilícense, los dos —intervino Drew, quién estaba en medio de los dos.
—Adiós, Andrew, te veo en el mismo lugar de siempre —se despidió Liam sin dejar de mirarme y se alejó.


Mis nudillos chocaron dos veces sobre la puerta con cierto nerviosismo. ¿Qué diablos hacía? ¿Por qué lo hacía?

No, no debí hacerlo. Cuando decidí voltearme dispuesta a irme ya era tarde. De un momento a otro la puerta se abrió y quedé paralizada. Me dedicó una mirada indiferente, se dio media vuelta y reanudó lo que sea que estaba haciendo en total silencio. Entré insegura a la habitación y cerré la puerta casi sin hacer ruido.
—Yo, eh, venía a buscar... Zayn me pidió... —Entreveré las palabras con nerviosismo sin formar una oración coherente. Odiaba mostrarme tan vulnerable,
—Claro, no tienes que darme explicaciones —respondió seco.
Eso me había sonado a "no me interesa en lo absoluto lo que hagas o digas", pero a la vez me facilitó la parte de la mentira.
Disimulé haciendo de cuenta que buscaba algo en el cajón de Zayn mientras que miraba a Styles por el rabillo del ojo.
—De acuerdo, no está aquí —hablé en un tono de voz bajo, cerré el cajón y me puse de pie.
Pasaron unos eternos segundos hasta que por fin le hablé enfrentando la situación por la cual había venido.
—¿Por qué estas empacando tus cosas? —Pregunté haciéndome la inocente y me acerqué un poco a él.
—¿Para qué quieres saber? —Preguntó sin mirarme.
—Solo preguntaba...
Por alguna razón aún no me había ido, no sé qué estaba esperando a cambio.
—Me voy hoy por la noche —soltó.
—¿A dónde?
—Se supone que tienes que estar feliz, digo, no me veras más la cara. Ni yo a ti, claro.
—No digas eso, Harold.
—¿Tanto te intereso, "Berry"? —Me preguntó y por fin se dedicó a mirarme, pero no solo me miró, sino que también comenzó a acercarse.
—¿Berry? —repetí. Me había llamado por mi apodo y no era común.
—Sí, ¿acaso de molesta que te llame así, cariño? —Continuó acercándose a mi hasta que caí sentada sobre una de las camas.
—Eh, sí, para serte sincera, sí. Para ti solo "Amber", para los demás "Berry", "Cariño" o lo que quieran —Di un giro de trescientos sesenta grados a mi personalidad y me puse firme.

Soltó una carcajada que me desconcertó un poco y su mirada se ensombreció. La luz tenue del atardecer jugaba a favor de su rostro, marcando sus facciones.
—Me gusta ese lado tuyo de chica difícil —se sentó a mi lado.
—No soy una chica difícil —reproché y aparté la vista de su mirada intimidante.
—¿Insinúas que eres una chica fácil?
—¡No! Ni fácil, ni difícil.
—Okay, histérica entonces.
—¡Ya cállate! —Exclamé y me puse de pie dispuesta a irme, pero me tomo del brazo y caí sentada sobre su regazo.
—Cállame tú, "Berry"...
Debo admitirlo, tenerlo tan cerca me atraía. Sus llamativos ojos verdes me penetraban cada vez que tenía contacto con los míos, sus labios me incitaban a besarles salvajemente y su exquisito aroma varonil se colaba por mis fosas nasales.
—Vamos, bésame ya, sé que quieres hacerlo —dijo en un susurro en mi oído, haciéndome estremecer de inmediato al escucharle y cerré los ojos.
De un momento al otro, la puerta del cuarto se abrió dejándonos ver la figura de Niall a punto de atravesar la puerta y me sobresalte, mientras que Harry estaba como si nada pasara. El irlandés abrió sus azulados ojos como platos, enseguida dio reversa cerrando la puerta y se escuchó una conversación al otro lado de la puerta.
—¿Sabes qué, Zayn? —remarco ese "Zayn" con su voz—. Recordé que estaba en mi casillero.
—Pero me dijiste que ya lo habías buscado en tu casillero —respondió Zayn algo confuso.
—Sí, no, sí, ¡digo no! —respondió nervioso—. ¿Cuándo dije eso? Nunca dije eso...
—Me lo dijiste hace cinco minutos, Niall.
—No lo hice, quizás entendiste mal lo que dije.
—De acuerdo, pero vamos a fijarnos en la habitación por si--
—¡No! ¡No está aquí!
—¿Pero por qué no nos sacamos la duda y listo?
—No, ¡vamos al casillero!
—Si no llega a estar en tu casillero te mataré.

¡Hola lindasssssss! Bueno como dije, aca estoy subiendo otra vez :)) Oigan, no sean tímidas! El botón con forma de estrellita que dice "votar" no muerde, sabían? :O Ah xd. Y tampoco van a morirse por dejar un simple comentario sfnjsdgn. Solo no quiero que sean lectoras fantasma :( Pero igual me alegro de que la lean. Muchas gracias<3 Un beso!

-Eli.

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora