7✨.

1K 46 10
                                    

Amber Tomlinson.

—¡Diablos, estoy tan cansada! Y eso que apenas es Martes... —hablé con indignación mientras me arreglaba la estúpida corbata del uniforme.
—Yo también —admitió Cally—. ¿No crees que esta falda me queda algo corta? —preguntó consultando su figura al espejo en todos los ángulos posibles.
—Yo creo que esta bien.
Por desgracia teníamos que usar un estúpido uniforme. El de las chicas consistía en una camisa blanca, corbata bordó, un suéter y una falda tableada de color gris. Y en cuanto al de los chicos, era igual, nada más que se sustituía la falda por un pantalón.
—Oye, Amber, ¿planeas besarle hoy? —Preguntó por alguna razón con una mirada pícara.
—Claro que sí, ¿por qué no? —Contesté inocentemente.
—¿Ah, sí?
—Sí —contesté alzando las cejas haciendo mi respuesta obvia—. ¡Espera! No hablarás de Styles... ¿o si? —pregunté exasperada a lo que ella rió fuerte—. Yo estaba hablando de Zayn. Ese estúpido de Styles me las va a pagar, primero: nadie me hace callar y segundo: nadie me roba un beso de esa manera.

Solía encontrarme siempre con Zayn unos minutos antes de entrar a clases. Peroesa mañana no llegó a tiempo por alguna razón. Decidí esperarlo cerca de susalón de clases; el timbre estaba a punto de sonar.
Finalmente apareció y en seguida descubrí el bordó debajo de su mirada colormiel. Me pareció extraño, Zayn nunca tenía ojeras porque siempre dormía hastade más.
—Hola, amor, ¿cómo amaneciste?
—Bien —respondió secó con la mirada apartada.
Algo andaba mal. Ni siquiera me había saludado, tampoco me había hablado losuficiente o al menos besarme.
—¿Qué pasa?
—¿Qué pasa? ¿Quieres saber qué pasa? —Exclamó exasperado y caminó hacia mi.Retrocedí y quedé a un paso de la pared que estaba a mis espaldas.
—Sí —respondí con un hilo de voz intimidada por su actitud.
—Explícame, ¿qué diablos hacía tu celular en manos de Styles? —Cuestionóalterado y volví a retroceder esta vez quedando contra la pared.
—¿Qué diablos te sucede?
—Respóndeme —exigió tomándome ambas muñecas al lado de mi cabeza con fuerza.
—Zayn, me estás lastimando —Hice una mueca de dolor y me quejé atónita por susreacciones.
—¡Respóndeme! —Rugió.
El corazón me latía más rápido que nunca. Mi pecho subía y bajaba con ímpetu acausa de mi respiración agitada y sentía los ojos arder mientras se llenaban delagrimas. Zayn nunca se había comportado de tal manera. Nunca había sido unapersona violeta, o al menos no conmigo. No me esperaba una reacción así de suparte jamás. Solía cuidarme y respetarme como una muñeca de cristal. Era otrapersona.
—¡Zayn, suéltame! —Ordené forcejeándome para librarme de su agarre.
—¡No hasta que me digas la verdad!
No había nadie en los pasillos excepto nosotros, el timbre de entrada habíasonado mientras tanto y estaban todos dentro de clases.

Pero después de todo, si había alguien más que aún no había entrado a clases.

—Suéltala —ordenó él con una mirada característica suya y la voz ronca sumamentefirme.
Causaba más miedo su presencia y actitud que Zayn y sus acciones.
-—¿Me estás diciendo que hacer a mi? —Preguntó retóricamente Zayn incrédulocomo si Harry Styles hubiese dicho un disparate.
—Te estoy ordenando. ¡Vaya hombre! Abusas de tu fuerza superior con una mujer.
Se acercó considerablemente más a nosotros.
Zayn finalmente me soltó y encaró de frente a Harry.
—¿Quieres que abuse de mi fuerza contigo?
—Al menos sería con alguien de tu mismo físico —dijo él haciendo un gesto consu boca—. Zayn, este tema no da para más. Ella chocó conmigo, su celular cayóal piso, lo recogí y guarde por mientras, fin.
Debía intervenir. En el estado que estaba Zayn, temía que las cosas se salieranpronto de control. Así que opté por olvidar momentáneamente su horrible actitudhacia mi y secundar las palabras de Harry.
—Zayn —lo llamé y cuando se volteó lo tomé del rostro para generarle laconfianza que necesitaba—, es verdad, ¿piensas que le daría mi celular a... él?
Zayn me quedó mirando por unos segundos y luego de eso, sacó mi celular delbolsillo, me lo entregó y se fue.
El silencio se apoderó del ambiente durante unos segundos eternos. Simplementedebí haberme ido, pero era como si mi cuerpo no acatara ninguna orden de micerebro.
—De nada —dijo Harold esperando de mi parte que le agradeciera.
—¿Me lo hechas en cara?
—Claro que no. Te hubiera defendido a ti o a cualquiera que hubiese estado enla misma situación —aclaró—. Simplemente no vendría nada mal un poco de amabilidadde tu parte —soltó y comenzó a alejarse.
—Hey, espera, ¿a dónde crees que vas?
Automáticamente me arrepentí. ¿Por qué había hecho eso?
—A matemáticas, supongo.
—No, tu y yo tenemos que hablar —me acerqué hasta donde estaba.
—¿Tenemos? —Preguntó desentendido.
—No me gusta que me roben besos.
—Oh, ya veo por donde viene la cosa —me señaló fugazmente con el dedo índice—.No te gusta que te roben besos, pero... ¿te gusta robarlos? —Comenzó a caminarhacia mí mientras yo retrocedía.
—Depende de quién se trate y la ocasión.
No pude retroceder más debido a que la pared se interpuso nuevamente en micamino. Maldita sea.
—¿Qué te parece si me robas uno a mi? —Dijo y me acorraló mirándomedirectamente a los ojos—. Estaríamos a mano, tampoco me gusta que me robenbesos.
—¡Eres un idiota! —Logré escabullirme—. En fin, juro que si lo vuelves a hacer,la próxima vez, aunque no creo que haya próxima vez, te las veras conmigo —amenacé.
Bien, ni yo me hubiera tenido miedo. Y lo confirmé cuando se rió por lo bajo.
Por alguna razón, el sonido que generó su risa resonó en mi cabeza como un eco.Me pareció una situación irónica que yo haya hecho reír a Harry Styles.
—¿Ahora si puedo irme a mi clase?
—Ya he terminado. Es tu decisión —hablé alejándome.e

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora