43.

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—¿Qué pasa? —pregunté confundido.
Se acercó con rapidez y se sentó en la cama a mi lado.
—Ya se qué podemos hacer para estar juntos.
—Dime —pedí con intriga.
Hizo una pausa, bajo la mirada y luego la subió para encontrarse con mis ojos.
— Escapémonos —soltó.
—¿Escaparnos? —pregunté—. ¿Estás loca?
—Vamos, Harry, por favor —pidió y tomó mis manos.
—No lo sé, Amber, tal vez no sea buena idea...
—Hazlo por nosotros, nuestro último intento, ¿sí?
Me quedé en silencio unos segundos reconsiderando la idea.
—Está bien —accedí.
Sonrió apliamente y me abrazó con fuerza. Le correspondí el abrazo y disfruté de aquel momento. 
—¿Estás llorando? —me preguntó y se separó de mi cuerpo—. Harry, ¿por qué lloras?—me tomó del rostro e hizo que le mirara.
—No quiero perderte —musité con la voz quebrada.
—Mi amor, estaremos bien —me dijo con dulzura en su tono de voz.
—¿Cómo lo sabes? Con este tipo cerca, nunca se sabe nada.
—Nadie sabrá lo que haremos, así que Zayn no se enterará. Confía en mi, Harold.
Me quedé en otra mirando un punto fijo sin convencerme y continué llorando en silencio. Amber volvió a abrazarme y besó mi cabeza. 
—Te amo, Amber —dije desde mi interior rompiendo el silencio.
—Yo también —respondió.
Nos separamos y ella limpió los restos de lágrimas que quedaban en mi cara, mientras que yo la miraba fijamente y me preguntaba cómo alguien podía ser tan perfecto. Ella es única. La misma que puede pasar sin hablarme un día entero y al otro tratarme de la mejor manera posible. La misma que un día tiene su lado femenino y al otro quiere pelear como si fuese un hombre más. La misma que un día llora y al otro sonríe a pesar de todo. La misma que nunca se rinde por nada ni nadie. La misma que amaré toda mi vida. 
Me acerqué a ella y besé sus labios de manera lenta y delicada. Era un beso todo lo contrario a aquellos salvajes, era un beso profundo en el cuál sientes mil emociones a la vez. Aquellos que te llevan a otro mundo. 
La subí encima mío y la sostuve de la cintura, mientras que ella tomó mi cara con ambas manos. 
Sin dejar de besarnos, metí mi mano por debajo de su blanca camisa, perteneciente al uniforme del internado, y noté como se estremeció al sentirme acariciar su espalda. Dejó de besar mis labios y bajó hasta mi cuello depositando un beso allí. Cerré mis ojos ante el contacto de sus labios en mi piel, hasta que la puerta de la habitación se abrió interrumpiéndonos. Maldije en el momento que vi de quién se trataba.
—Parece que no te alcanzó lo de anoche, ¿no? —dijo él al vernos de esa manera. 
—¿Por qué no te vas al infierno? —exclamó Amber poniéndose repentinamente de pie dispuesta a acercarse a él, pero yo la detuve poniéndome de pie también y tomándole el ante brazo.
—Amber, no —murmuré.
Con un brusco movimiento se deshizo de mi agarre, se acercó a él y lo empujó consiguiendo que retrocediera unos pasos. También consiguió que él se defendiera y la empujó contra la cama de Niall haciendo que por poco cayera al piso. No me dio tiempo a hacer nada al respecto por defender a mi novia, ya que en el mismo instante, ella tomó una de esas bolas de vidrio que contienen nieve artificial adentro, ubicada en un mueble al lado de la cama, y lo golpeó en la cabeza. Zayn cayó al suelo y se quejó desde el piso tomándose la zona afectada. Se miró la mano y vio que tenía sangre en ella.
Y yo que quería defender a mi novia, veo que sabe defenderse sola y de buena manera. Créanme, no le deseo el mal a nadie ni nada por el estilo, pero se lo merecía. 
Amber se tapó la boca con ambas manos al ver lo que había causado y yo me le acerque.
—Una de dos, o adelantamos nuestro plan de escaparnos o nos expulsan del internado —le dije cerca del oído. 
—Escojo la primera entonces —respondió.
En el momento que nos íbamos a ir, escuchamos un sonido bastante particular seguido de la voz profunda de Zayn.
—No tan rápido.
Amber y yo nos miramos esperando a que no estuviera pasando lo que creíamos los dos que pasaba. Nos volteamos y nos encontramos con una imagen aterradora. Zayn había sacado de algún lugar desconocido un revólver, lo había cargado y nos estaba apuntando a ambos desde el piso. Al ver que nos quedamos en el lugar, aprovechó para ponerse de pie. En ese momento choqué mi brazo con el de Amber lo más discreto y rápido posible. Al captar su atención, me miró sin girar la cabeza y le hice seña con los ojos para salir en algún momento posible. 
—¿Así que pensaban escapar? —preguntó el caminando por la habitación sin soltar el revolver.
—Zayn, esto es demasiado, tienes que detenerte —le dijo Amber.
—Me decepcionaste, creí que eras diferente —se acercó a ella y ella retrocedió hasta chocar con la puerta.
Como él se siguió acercando, atiné a hacer algo al respecto pero volteó a verme repentinamente y me apuntó.
—Muévete y verás lo que te pasa —amenazó con una mirada venenosa.
En ese momento, Amber estiró su pierna y golpeó su parte íntima. Abrió la puerta enseguida y ambos conseguimos salir. Obviamente no tardaría mucho en recuperarse del impacto, así que tomé la mano de Amber y corrimos. No había casi nadie en los pasillos a nuestro favor, así no tendríamos que andar esquivando a los demás, eso nos retrasaría. Era la última hora de clase del día, por lo que algunos habían faltado, como Amber y Zayn por ejemplo, y algunos seguían dentro de los salones. 
Llegamos al patio de afuera y cuando estábamos llegando al portón del internado, Amber se detuvo.
—Espera... —pidió agitada—. Hay un guardia de seguridad.
—Ese no es nuestro problema ahora —pausé para respirar. Miré hacia atrás y pude ver a Zayn metros más lejos—. Vamos, no hay tiempo.
Volví a tomar su mano y corrimos la distancia que quedaba hasta el portón. Nos detuvimos cuando el guardia nos detuvo el paso.
—¿A dónde creen que van? —preguntó el hombre cuarentón.
—Lo siento —dije.
—¿Sientes qué? —frunció el ceño confundido.
Golpeé su mentón con fuerza haciendo que el inocente hombre cayera al suelo y a continuación aprovechamos para atravesar el inmenso y resistente portón que nos impedía el paso. 
Cuando creímos que estábamos lo suficientemente lejos, paramos a descansar un poco.
—¿A dónde vamos ahora? —preguntó ella intentando recuperar el aliento.
—No tengo la menor idea —respondí de la misma manera—. Lo mejor sería irnos ya de la ciudad.
—Sí, nos buscarán en seguida —dijo y se recostó a un árbol que había al lado de nosotros—. La estación de trenes es lo que tenemos más cerca. 
—¿Cómo pagaremos los boletos? —pregunté y revisé mis bolsillos en busca de dinero.
—Yo tengo para los dos —dijo ella.
—Bien, vamos.
Extendí mi mano, ella la tomó y comenzamos a caminar.
De la nada se escuchó un gran estruendo y ambos nos quedamos paralizados. Zayn acababa de disparar y ninguno de los dos se animaba reaccionar. 
Sentí un fuego en el lado derecho de mi cadera. Sentí dolor, abundante dolor. Me quedé sin aire por unos segundos y sentí que el tiempo se detuvo. Toqué la zona afectada y automáticamente sentí mis manos humedecerse. Las llevé enfrente de mis ojos y vi que estaban manchadas de rojo vivo. Miré a Amber y se había tapado la cara con ambas manos en excepción de sus ojos que estaban por desbordar lágrimas aterradas.

HOLIIIIIII! Bueno estoy de muy buen humor, acaba de terminar mi cumple y resulta que mis amigos me organizaron una fiesta sorpresa, yo estaba triste porque todos me habían dicho que no iban a poder venir a saludarme... Me sentí como en una película, serie o novela, fue lo mejor, nunca había tenido una fiesta sorpresa jajajaj. En fin, me callo. Gracias por sus felicitaciónes por mi cumple, las quiero! Cada vez menos para el final, pobre Harold :(((( ¿Tienen intriga por qué pasará verdad? Soy malita y la dejo ahí >:D

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora