17.

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—¡Vamos Harry! Se hace tarde —dijo mi padre.
Gruñí desde el sofá sin abrir los ojos.
—Ya voy... —balbucí abriendo los ojos apenas.
—Tú quisiste salir, te dije que no vinieras después de las dos, dos y media de la madrugada... viniste a las cinco y encima ebrio, ahora te la aguantas.
—Claro, como si tú nunca hubieses sido joven —me defendí, sentándome en el sofá con pereza.
—Sí, fui joven y tenía muchas salidas, pero tenía control —remarcó con su voz esa última palabra—, algo que a ti te falta y bastante —decía mientras yo le hacía la burla en silencio ya que estaba de espaldas a él.
—Ya entendí, ¿de acuerdo? —dije harto de la situación, pasando por su lado para subir las escaleras.
—Apresúrate, trae tus cosas y arréglate la camisa —me ordenó y yo solo suspiré rodando los ojos.

Desde que me había levantado del sofá, me sentía bastante mal, más que cuando me había levantado de la cama. Ni siquiera había desayunado, quizás era por tener el estómago vacío aunque no lo creo, porque sentía otra sensación que la de un estómago vacío.
Me dirigí al baño y golpeé la puerta.
—Estoy yo —se escuchó del otro lado la arrogante voz de Tayra.
—Necesito entrar, Tayra —dije y me recosté a la puerta.
—Estoy yo —volvió a decir—. ¿Acaso no escuchas cuándo te hablo?
—De acuerdo, al menos ¿podrías apurarte? —insistí.
—¡Estoy yo, Harold! —exclamó exasperada una vez más.
—¡Vete al diablo! —contesté irritado y me dirigí a mi cuarto.
A pesar de que me sintiera pésimo, tenía que guardar unas pocas cosas que me quedaban. De un momento a otro me vinieron tremendas ganas de vomitar; me cubrí la boca y corrí al baño. En ese momento no recordé que Tayra seguía allí adentro, así que me adentré atropellando la puerta. Me tiré al piso y finalmente vomité en el inodoro.
—¡Harold! ¿Qué diablos--? —gritó Tayra, quién por suerte solo se estaba maquillando—. ¡Toca antes de entrar, estúpido!
En ese momento, bueno, siempre, pero precisamente en ese momento, los chillidos de Tayra solo me aturdían.
Finalmente luego de unos segundos se acercó y se agachó a mi lado un poco mas comprensiva. Me apartó con sus cálidas manos algunos mechones de pelo que me caían sobre la frente molestamente. Creo que era la primera cosa “amable” que hacía por mi. Cuando acabé recosté mi espalda sobre la bañera que estaba al lado mío y cerré los ojos tomando mi estómago con la mano.
—Iré a buscarte agua —dijo con un tono de voz tranquilo y se puso de pie.
—No, no es necesario —me negué y la tomé del brazo.
—Sí lo es.
—No, no quiero que papá se entere —expliqué y me paré con dificultad.
—¿Cuándo dejaras todos esos conflictos con papá atrás?
—Ya, no importa —evadí el tema y me enjuagué la boca en el lavamanos—. Gracias.
Ella solo sonrío apenas y me retiré de allí.


Luego de haberme despedido de Margaret y de... Tayra, obligado, nos subimos al auto con mi padre para ir al internado.
No quería hablar con él, así que solo me dediqué a mirar por la ventana y escuchar música en mis auriculares.
—¿Así será siempre? —lo escuché decirme.
—¿Qué? —respondí con otra pregunta secamente sin mirarlo.
—¿Vas a estar siempre como un zombi sin dirigirme la palabra?
Ni siquiera me molesté en contestarle y seguí con lo mío.
Supuse que mi padre se había molestado conmigo, porque había aumentado la velocidad del auto, algo estúpido de su parte porque provocó que la policía nos detuviera.
—¡Maldición! ¡Olvidé la libreta de conducir! —golpeó el volante una vez que había parado el auto unos metros mas adelante que el de la policía.
—Yo sí tengo la tengo. Cámbiame de lugar —hablé en su salvación.
—Pero...
—Vamos, ¡déjame al volante! A no ser que quieras una multa...
Terminó aceptando y como pudimos intercambiamos lugares sin salir del auto, claro.
No sé por qué lo hacía, es decir, él tiene dinero de sobra como para pagar una multa. Una multa más o una multa menos no lo afectaría en nada, pero bueno.
—¿Al menos tienes los documentos del auto? —pregunté.
—Sí, están aquí... —respondió, abrió la caja del auto y me los entregó.
Los guardé en mi bolsillo y salí del auto en el momento en que la oficial se acercaba.
—Styles, ¿por qué no me sorprende? —dijo ella.
—Nos volvemos a encontrar, Valerie —comenté y me recosté al auto.
—Ibas en exceso de velocidad, Harry, ¿qué pasó? —preguntó y se cruzó de brazos.
—Te ví y quise hacerme notar. Ya sabes, para encontrarnos nuevamente, preciosa... —me acerqué a ella coqueteándole y acaricié su mejilla.
—Sí, cómo no —dijo y se alejó de mi—. Déjame ver tu libreta y los documentos.
—Claro.
Saqué los papeles de mi bolsillo y se los entregué sonriendo de costado.
—Muy bien —dijo una vez que los había chequeado.
—Qué linda camisa, Val... —comenté y sonrió sonrojada—. Resalta tus... —pausé e hice la mímica de sus pechos— ya sabes.
—¡Styles! —me llamó y golpeó mi hombro—. Dios, qué pervertido —dijo avergonzada y yo solo reí. 
—Solo bromeaba, preciosa... —aclaré y la tomé de la cintura pegándola a mi.
—Me haces imposible hacer mi trabajo, Harry... —confesó y me miró a los ojos—. Pero igual debo hacerlo —se alejó de mi nuevamente—. Déjame hacerte una prueba de alcoholemia.
—¿A-Alcoholemia? —pregunté nervioso.
—Sí, ¿a caso bebiste de más, Harold?
—Eh... Adelante, hazme la prueba —dije y sonreí falsamente.
Me hizo soplar en un pequeño artefacto y luego le echó un vistazo al mismo. 
"Estoy acabado, estoy acabado" pensé.
—Está correcto —dijo.
—¿Está correcto? —pregunté confundido.
—Sí, está bien. ¿Por qué tan tenso, Harry?
De acuerdo, ahora estaba mas confundido todavía. ¿Chelsea me mintió? ¿Qué diablos pasó realmente en esa maldita fiesta? Debía hablar inmediatamente con Liam o alguno de los chicos.
—Eh... no, no es nada.
—De acuerdo. Pero...
—Siempre hay un maldito “Pero” —protesté.
—Así es.. Ibas en exceso de velocidad así que voy a tener que mul--
—No tan rápido... —la interrumpí y me acerqué a ella nuevamente. 
—¿Y ahora con qué me saldrás, Styles?
—Te invito a salir...
—Mmm... —vaciló—. Esta bien.
—¿Qué tal si a cambio no me multas? —propuse y me miró mal—. No, no me malinterpretes, sí quiero salir contigo, pero es solo una... pequeña condición —aclaré.
—¿Prometes que no volverás a romper alguna regla de tránsito? 
—Bueno, me encantaría seguir viéndote... pero lo prometo.
—Muy bien, entonces sí —cedió del todo finalmente y puso sus ojos color cielo en blanco.
—De acuerdo, ¿me pasas tu número? 
Me dio su número no muy convencida, me devolvió los documentos y volví al auto.
—Listo —avisé sin mirar a mi padre—. Ahora tendré que manejar yo. A no ser que quieras que la policía sepa que tú manejabas...
—Sigues siendo un niño a pesar de todo, Harry —dijo, le miré y sonrió nostálgico. 
—Al menos soy un "niño" más inteligente que un veterano como tú —eché en cara con humor y arranqué.
—¿Cómo lo hiciste? 
—Ya pasé mas de una vez por situaciones como éstas y además ya conocía a la chica de otras veces —expliqué.
Y recién caía de que estaba manteniendo una de las pocas conversaciones con mi padre. Y recién me acordaba de que yo estaba enfadado con él, así que decidí no hablarle más. Odio admitir que me agradaba hablar con él, pero mi orgullo era más fuerte.

Hellou, nuevo cap :nomedigas: ah xd. Buaaano, este y el capítulo anterior no son de los mejores, es más, son cortos y aburridos, pero son como para rellenar jajajajaj Ya van a venir los "buenos". No olviden su voto y comentario! :) 

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora