27.

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—Harry... —lo llamé e hice que nos detuviéramos en la puerta de su casa—. ¿Por qué no le avisas a tu padre antes de entrar que vienes conmigo?
—¿Para qué? —preguntó y alzó una ceja.
—Quizás no le agrado, es decir, ya me conoce de antes...
—¿Piensas que me importa lo que piense él?
—Pero... —vacilé.
—Olvídalo. Ven. 
Me tomó del ante brazo y me jaló delicadamente.
Abrió la puerta y me dejó pasar primero, pero yo me negué y esperé que él pasara primero. Cuando pasó "me escondí" detrás de su espalda.
Su padre estaba sentado en el sillón del living. Harry se acercó a él y yo lo seguí. Se saludaron en silencio.
—Buenas noches, Sr. Styles —saludé cordialmente.
—Buenas noches... —pausó y al verme se sorprendió un poco—. Amber, ¿no?
—Ehm, sí —respondí algo tímida.
—¿Ahora son amigos?
—Sí, sé que resulta raro, pero sí...
Miré a Harry que permanecía en silencio desde que habíamos entrado y al parecer el cierre de su campera era mucho más interesante que todo lo demás a su al rededor en ese momento.
—Vamos a estar arriba —dijo de un momento a otro en un tono de voz tan frío que nunca antes había escuchado.
—Muy bien.
Nos volteamos dispuestos a retirarnos de allí pero el padre de Harry interrumpió nuestro paso.
—Harry... —lo llamó y volteamos.
—¿Qué?
—¿Por qué llegaste tan tarde? Hablé con tu madre y estábamos preocupados por ti.
Para mi sorpresa Harry rió cínicamente.
—¿Se preocupan por mi? ¿En serio? Cielos, es el mejor chiste que he oído en mi vida, ¿sabes?
—Harold, no seas absurdo.
—No en serio, deberías ser comediante, realmente eres muy bueno.
—Estoy hablando en serio. Nunca se sabe de qué eres capaz.
—Mira, no tengo ganas de hablar contigo porque sé que terminaremos discutiendo. ¿Quieres saber por qué llegué tarde? Porque simplemente estaba con Amber.
Me tomó nuevamente del brazo y subimos las escaleras. Llegamos a su cuarto y cerré la puerta ya que fui la última de los dos en pasar. Se sentó en su cama y largó un suspiro.
—Lamento eso —se disculpó.
—Descuida. Lamento haberte traído problemas.
—¿De qué hablas? —me miró con el ceño fruncido.
—De que llegaste tarde por mi culpa...
—Ese no es el problema de ellos, Amber, el problema es que no confían en mi, no saben qué puedo llegar a hacer, piensan que soy un demente o alguien que se escapó de un manicomio. 
—Tú les diste razones para no confiar en ti, Harry.
—Lo sé. Odio que me controlen, ya no tengo diez años.
El silencio se apoderó de la habitación por unos segundos. Me acerqué a él y me senté a su lado. Apoyé mi mano sobre su espalda y él solo seguía mirando el mismo punto fijo.
—No quiero meterme, pero deberías tenerle más respeto a tus padres.
—No se lo merecen.
—Yo soy la menos indicada para hablarte sobre respeto a sus padres, pero al menos tus padres son buenas personas que te quieren y por eso hacen las cosas que hacen o dicen las cosas que dicen.
—Bien, lo intentaré.
—¿En serio?
—Sip.
—Es la primera vez que accedes a algo tan fácilmente... —señalé extrañada.
—Estoy lleno de sorpresas, querida —dijo con una voz fingida.
—Cállate, tonto. 
Reímos.
—Voy a ducharme. Estoy mojado de la lluvia y además huelo mal.
—Si que hueles mal...
—Claro, como tú no jugaste dos horas al fútbol... 
—Ya sé, solo bromeo. 
Pellizqué su mejilla y sonrió marcando sus hoyuelos que tanto me encanta ver. A continuación, se puso de pie y buscó ropa.
—¿Estás muy mojada?
—Eh... —pausé y me eché un vistazo—. Más o menos.
—Puedo prestarte una camiseta, aunque te quedará algo grande.
—De acuerdo —accedí y sonreí—. Y no importa, estoy acostumbrada a usar ropa holgada.
—Mejor entonces.
Sonrió de costado. 
Sacó primero la ropa que él se iba a poner y luego buscó una camiseta como me dijo para mi. Me la entregó.
—Gracias.
—Por nada.
Entró al baño y al poco tiempo escuché el agua de la ducha.
Decidí entonces cambiarme la blusa húmeda que me había puesto anteriormente en la universidad mientras esperaba a Louis.
Una vez que tenía puesta la camiseta de Harry, sentí su aroma ya conocido para mi. Ese exquisito olor a fragancia de hombre que hace que me embriague.
Algo comenzó a hacer ruido. Me di cuenta de que era el celular de Harry que estaba vibrando encima de la repisa en que lo había dejado. Me acerqué a éste y vi quién lo llamaba. <<Estúpida ¿Por qué no te consigues un marido que te entretenga?>> Pensé molesta.
Caminé de un lado a otro pensando si contestar o no. Si contestaba sería para hacerla enfadar y si no contestaba me enfadaría yo misma por no haberlo hecho y salirme con la mía. Así que me acerqué a la ventana para evitar que Harry escuchara y contesté.
—Styles, solo quería decirle que-- 
—No querida, no soy Harry, de hecho, él está muy ocupado ahora y no puede atenderte. Si quieres le dejo un mensaje de tú parte —la interrumpí.
Se quedó callada unos momentos y finalmente se aclaró la garganta.
—Eh... no, no gracias.
—Me alegro entonces, porque tampoco tenía ganas de decírselo. Adiós, que pases bien —corté y sonreí con autosuficiencia.
Dejé el celular donde estaba y me senté en la cama a esperar.
Ya sabía que todo esto de Queen era por el plan, pero debo admitir que sentía... celos. No sé por qué, porque Harry y yo solo eramos amigos, pero igual. Él y yo no nos olvidaremos de un día al otro lo que pasó entre nosotros. Cada vez que recordaba sus besos tan especiales, únicos y como ningún otro chico antes me había besado, me sentía culpable por Zayn. En el momento lo hice porque por más que quería apartarme de mi novio no podía y sentía bronca, es decir, no estoy diciendo que haya usado a Harry, pero luego que descubrí la enfermedad de Zayn me sentí pésimo.
Mi celular comenzó a vibrar ahora en mi bolsillo sacándome de mi estado vegetal. Era Louis.
—¿Qué? —pregunté al contestar secamente.
—¿Cómo “qué”? ¿Dónde estás?
—No me molestes.
—En serio, Amber, papá esta como loco.
—No soy una niña pequeña, Louis. 
—Lo sé pero aún así eres pequeña
Suspiré.
—Vamos, dime donde estás —insistió.
—Estoy en casa de Niall, ¿de acuerdo? —mentí.
—Bien. ¿A que hora regresarás? Ya es tarde.
—No sé, en un rato. Adiós, Louis.
—Pero--
—Adiós, Louis —lo interrumpí e intensifiqué el tono de mi voz.
Corté y decidí llamar a Niall para que me cubriera.
—¿Hola? —contestó.
—Niall... Como siempre comiendo.
Reí al igual que él. Lo había notado por su manera de hablar.
—Mi estómago exige comida todo el tiempo, no es mi culpa —bromeó y reímos—. ¿Que pasó?
—Eh... quería saber si podías hacerme un favor.
—Lo que sea. 
Sonreí a pesar de que el no me veía. Él siempre era tan bueno.
—Si Louis pregunta, dile que estoy contigo.
—¿Por qué? Dime que no te metiste en ningún problema.
—No, no, estoy bien, estoy con Harry pero... luego te explico.
—De acuerdo.
—Debo colgar. Muchas gracias Niall, te quiero.
—Por nada. Yo a ti.
Colgué y cinco minutos después Harry salió del baño oliendo riquísimo. Tenía su cabello empapado pero así lucía bastante sexy.
—¿Con quién hablabas? —preguntó extrañado.
—Con Louis —me apresuré a decir.
—¿Hay algún problema con que estés aquí?
—No, ninguno —respondí de nuevo rápidamente y sonreí bastante creíble.
—Bien. ¿Tienes hambre?
—Sí, un poco... —dije al tiempo que me sobaba el estómago.
Pensó unos segundos mirando al piso.
—¿Te parece si comemos mientras miramos una película?
—Buena idea, Harold. 
Sonreí.
—No me digas así —pidió e hizo puchero.
—Ese es tu nombre. ¿Quieres que te diga “Juan” entonces?
—Dime “Harry”, cuando la gente me dice “Harold” suena muy serio.
Reí por su estúpida pero tan “Harry Styles” conclusión.
—Muy bien, “Harry”.
Sonrió complacido.
—Ya vuelvo.
—¿Me dejarás sola nuevamente? —fingí tristeza.
—Debo ir a buscar películas abajo y comida.
—Bueno, pero no demores.


—¿Entonces vemos esta? —preguntó y me miró.
—Pero me da miedo.
—Es solo una película, nada va a pasarte —dijo y sonrió.
—Ay sí, es “solo una película”. Veamosla solo para demostrarte que no es así como tú dices.
—Eres tan orgullosa... ¿Lo sabías?
—Sí, lo sabía. 
Rió y negó con la cabeza.
Una vez que Harry puso “Actividad Paranormal 4” en el reproductor DVD, nos acomodamos. Me senté en la cama como “un indio”, y Harry se recostó.

Pegué un grito en una parte de la película y Harry rió.
—No tengo miedo, me...me quemé con la comida —me excusé.
—Sí, claro —dijo sarcástico y rió.
—Ya cállate que no me dejas ver.
Lo golpeé con un almohadón.
—¿Para qué quieres ver si ya te perdiste la mitad de la película por taparte la cara?—preguntó burlonamente.
—No es cierto.
—Como digas.
Continuamos viendo la película y minutos después terminamos de comer.
Afuera estaba lloviendo hacía rato ya y de un momento a otro, cayó un rayo que provocó que se cortara la luz.
—Ahora va a venir el espíritu y te va a poseer a ti, ¿sabías? —me dijo Harry para asustarme.
—¡Cállate! —grité. A pesar de la oscuridad logré golpearlo y rió—. Eres malo, te burlas de mi mientras yo muero de miedo.
—Ven —me pidió y me jaló del brazo.
Accedí recostándome a su lado y me abrazó.
Al principio me tensé un poco, pero después me acostumbré a la situación y logré estar cómoda.
Nos quedamos varios minutos en silencio y no sé qué pasó conmigo pero me quedé dormida sin querer.


Me desperté por la mañana confundida. Al principio no sabía ni donde estaba, ni con quién estaba, ni nada. Finalmente me acordé de la noche anterior y de lo que había pasado.
El brazo de Harry rodeaba mi cintura y pude prever que su cara estaba hundida en mi cabello, porque sentía su cálida respiración en mi cuello. Estábamos pegados.
Tratando de no moverme mucho y de no hacer ruido, conseguí ponerme de pie. Entré al baño y me cambié la camiseta de Harry por la mía que ya estaba seca.
Me peiné como pude y me lavé la cara antes de salir del baño. Cuando salí, tomé mi celular, besé la mejilla de Harry que seguía profundamente dormido y salí de la habitación.
Al bajar me encontré con su padre. Quería morirme de la vergüenza, pensaría lo peor. ¿Que hace una chica saliendo del cuarto de su hijo por la mañana?
—Buen día, Sr. Styles —saludé tímida.
—Buen día —saludó este sonriendo—. ¿No quieres desayunar?
—No, no, muchas gracias. Debo irme.
—De acuerdo. Pero antes... ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro.
—¿Tú y Harry están...?
—No, no, no, como le dije ayer, somos amigos. No quiero que piense mal, es decir, anoche cuando se cortó la luz me quedé dormida y nada más —aclaré de inmediato.
Mi cara debía de estar de todos colores.
—Oh, entiendo —dijo y sonrió—. Bueno, que pases bien.
—Igualmente.
Me dirigí a la puerta lo más rápido que pude y salí al fin de allí.


—¿Estas son horas de llegar? —preguntó mi padre apenas entré.
—Déjame en paz —respondí borde y me dirigí a la escalera.
—Más tarde vamos a hablar.
<<Ay si que miedo>>. Pensé.
Ni siquiera sabía que hora era, así que puse a cargar mi celular y vi que eran... ¿las doce del medio día? Diablos.
Entré al baño y me dí una ducha rápida. Salí y me vestí. Me puse unos skinny jeans, una blusa holgada y unas sandalias con plataforma. Me maquillé ligeramente tapando un poco mis ojeras y dándole un toque de color a mis labios. Más tarde tenía que ir a la casa de Jake y Drew a ver a dónde íbamos a irnos la semana de vacaciones.
Bajé las escaleras y comí algo rápido. Para mi suerte, estaba sola en casa.

Se hicieron las tres de la tarde. Tomé mi bolso y salí dispuesta a ir a la casa de mis amigos.
Cuando iba caminando y un auto paró a mi lado.

Holiiiiii, feliz 2015 chicassssss :) Que pasen super lindo este año y se cumplan todos sus deseos! No olviden votar y comentar please! xx

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora