15.

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Harry Styles.

—Ah, eh, Chelsea, yo... —dije lo primero que me salió nervioso. ¿Qué diablos hacía ella aquí?
—¿Quién es ella, Harold? —preguntó Amber confundida.
—Es... —pausé— una amiga. 
—¿Una amiga? —preguntaron al unísono, ambas irritadas.
—¿Te besaste de esa manera el viernes conmigo, ahora con... ella y solo soy "una amiga"?—cuestionó Chelsea incrédula.
—¿Te besaste con ella? —preguntó esta vez Amber con gran enfado en su rostro.
—Si, si lo hizo, es más, tuvo otras intenciones además de solo besarme —respondió Chelsea por mi enterrándome aún más.
—Oh, ¡dime que es una broma! El viernes nos besamos dos veces y el mismo día por la noche ¿casi te acuestas con ella? —habló Amber y se cruzó de brazos. 
—¿El mismo día te besaste con ella y conmigo? ¡Vete al diablo, Harold Styles! —exclamó y repentinamente la mano de Chelsea se posó con fuerza sobre mi cara dándome una bofetada y se alejó molesta.
—¡Chelsea! —la llamé inconscientemente pero me ignoró—. Mierda... —me quejé y moví la mandíbula al tiempo que me tocaba la zona afectada.
—Explícame de una maldita vez, ¿quién diablos es esa chica? ¿Por qué te golpea? es decir, te lo merecías pero, yo debería hacerlo —dijo Amber ¿celosa? Pero sin perder el enojo.
—Yo no soy nada tuyo y nunca lo seré —repetí sus palabras aprovechándome de la situación para zafar del lío—, además dijiste que nuestros besos no significaron nada para ti, así que tú no tienes por qué golpearme.
—¿Ah, si? Pues mira cómo lo hago —dijo y a continuación, me golpeó aún más fuerte que Chelsea y se alejó también pero la seguí. Cuándo la alcancé afuera de la casa, me puse delante de ella frenándola. 
—¿A qué estas jugando? —pregunté.
—Eres un descarado —espetó con el ceño fruncido—. ¿Me lo preguntas a mi? ¿En serio? Cuando tu fuiste el maldito infeliz que estaba jugando a dos puntas en dos días, ¿te parece? —soltó iracunda.
Agradecí que no había nadie al rededor, porque si no, gracias a sus gritos, todo el mundo se hubiese enterado de... "nuestro secreto".
—Lo de Chelsea fue un malentendido, ¿de acuerdo? Es una chica linda y solo me dejé llevar, pero contigo es diferente —expliqué pacífico con el fin de tranquilizar la situación—. Te lo aseguro.
—Sí, claro, ¿quién te enseñó eso? ¿Tu abuelo? Siguiente excusa, por favor —habló sarcástica.
—Qué ironía lo tuyo —negué reiteradas veces con la cabeza—. Me reclamas a mi que jugué a dos puntas y tú qué haces conmigo y con Zayn entonces. 
—¿Qué ironía yo? Y tú que hace cinco minutos me dijiste que estabas "decidido por mi" —me recordó—. Además, es diferente. 
—No es diferente, el viernes te besaste conmigo y obviamente con él. 
—Es diferente, Harold, él y yo somos novios, no-vios —separó en sílabas—. Tú solo eres un error —aclaró—. Y ya no importa, lo único que te digo es que si tu quieres jugar, juega solo, no me gustan tus reglas, así que yo me retiro —dijo por último y volvió adentro.


Me coloqué el abrigo, el cuál estaba en el pasto al lado mío, cuándo una fría ráfaga de viento chocó contra mis descubiertos brazos.
—Styles... —escuché detrás de mi una voz conocida aproximarse y cuando me volteé para ver quién era me extrañó que se dirigiera a mi.
—¿Qué pasa, Malik? —respondí cauteloso. 
—Quiero arreglar las cosas contigo —soltó.
—Eh...de acuerdo —cedí con recelo.
—Pero primero, deja esa cerveza y tómate un buen trago conmigo mientras hablamos —me ofreció un vaso con un líquido de color celeste igual al que estaba tomando él.
—Esta bien –lo agarré y tomé un ligero trago—. Siéntate —pedí y se sentó a mi lado en el pasto.
—Eh, primero que nada, quiero disculparme por todo, las peleas, discusiones y las veces que te juzgué mal, lo siento —habló arrepentido.
—Lo mismo para ti, empezamos mal —contesté y llegué a tomar hasta la mitad del vaso.
—Así es. Después de pensar, me di cuenta de que eres un buen chico.
—Esta bien, olvidemos todo y listo —sugerí.
—Claro —sonrió.
—Hace calor, ¿no crees? —me quité el abrigo que me había puesto hace cinco minutos.
—Mmm... sí, puede ser. Quizás sea el alcohol. 
—Si, Lo más seguro.
En ese momento Zayn dijo algo más que no pude entender, por un momento mi cabeza viajó a otra dimensión y no logré escuchar ni ver con claridad nada.
—Disculpa, ¿qué dijiste? —pregunté confundido y él rió confundiéndome aún más.
—¿Te gustó el trago, querido amigo? Espero que lo hayas disfrutado —dijo acompañado de una sonrió burlona y comenzó a alejarse.
—Zayn... ¿Qué-qué me hiciste? —pregunté y me puse de pie. 
La temperatura siguió aumentando en mi cuerpo e inconstantes mareos me invadían haciendo que todo diera vueltas a mi alrededor.
—¿Yo? ¿Pero qué estás diciendo? —dijo con un tono de sarcasmo haciéndose el inocente.
—¿Qué diablos me--? —comencé a decir pero no pude terminar ya que me quejé de dolor cuando repentinamente una aguda punzada en mi cabeza se hizo presente, ogligandome a tomarme con ambas manos esta última como acto reflejo para intentar que el dolor desapareciera.
—Oh, ¿qué te pasa, cariño? ¿Te sientes mal? —dijo él en un tono burlón agachándose a mi lado y a continuación rió—. Ponte de pie —me ordenó, pero yo no podía hacer otra cosa que tomarme la cabeza rogando que el dolor se detuviera. 
—No puedo... —mascullé.
—Vamos, Styles, te lo pido por las buenas, tengo una charla pendiente contigo aún... —insistió y se levantó. 
Realmente no podía. Lo mejor en ese momento era cooperar con él, pero no podía, sentía que la cabeza me iba a explotar.
—¡Levántate! —exclamó harto y me pateó. 
—¡No puedo! —grité recostado en el pasto, girando de un lado a otro y adolorido por su golpe.
—¿No puedes? De acuerdo, yo te ayudo entonces —dijo, me tomó de la camisa obligándome a ponerme de pie con mis pocas fuerzas y me recostó contra un árbol—. Escúchame bien, imbécil —esta vez me tomó de mi cuello—, no quiero que te acerques más a mi novia. Esto es solo una advertencia, si continúas haciéndolo, la próxima vez no será una advertencia. ¿Entendido? —amenazó.
—No sé de qué hablas.
—¿No sabes de qué hablo? —preguntó, me tomó aún mas fuerte del cuello y logró elevarme apenas despegando mis pies del suelo—. ¿Qué tal ahora?
—¡Hey! ¡Basta! ¡Suéltalo! —exclamó alguien corriendo en nuestra dirección y en cuanto llegó empujó a Zayn, pero fue en vano porque el ni siquiera se movió del lugar, mientras que yo casi no tenía aire en los pulmones.
—¡Aléjate, niñita! —me golpeó partiéndome el labio, me dejó caer al suelo y luego se dirigió a ella.
A continuación el aire comenzó a entrar de nuevo por mis fosas nasales hasta llegar a los pulmones. Mi respiración estaba más agitada que nunca y tocia sin control.
—Déjala —intenté decir en el momento en que había empujado a Chelsea tirándola al piso, pero mi voz era casi inaudible y dudo de que me haya escuchado—. Déjala en paz —traté otra vez y esta vez logré que se escuchara.
—¡Cállate! —me gritó y me pateó golpeándome en las costillas. Gracias a Dios, en ese momento escuché que venían mas personas.
—¿Te haz vuelto loco? —exclamó incrédula una chica morena de baja estatura quién corrió a mi y se arrodilló a mi lado—. ¡Harry, Harry! ¿Estas bien?
—¿Qué diablos te pasa, idiota? —exclamó un chico de llamativos ojos grises, empujando a Zayn y éste respondió de la misma manera hasta que llego otro chico, castaño, alto, y de ojos claros también a apartar a su amigo, el que había intervenido antes.
—Andrew —el castaño llamó a su amigo—. Déjalo...
—No, Wesley —se opuso "Andrew"—, este tipo esta mal de la cabeza.
—Louis, llévate a Zayn —pidió "Wesley" a otro chico que había venido y éste asintió. 
—¡Harry! ¡Respóndeme! —dijo la misma chica a mi lado.
—¿Quién eres tu? —pregunté en cuanto me volví a ella.
—¿Cómo que quién soy? —preguntó confundida—. Harold, soy Annie, tu mejor amiga...
—No entiendo nada, ¿Quién eres? ¿Quiénes son ellos? ¿Dónde estoy?
—¿Qué pasa, Ann? —dijo otro chico al acercarse, que juraría que era Andrew, pero Andrew estaba a mi lado, debía de ser su hermano. 
—No lo sé, Jake, no me conoce, no nos conoce, ¡no sabe nada! —respondió Annie alterada.
—Déjame ver... —habló otro chico castaño, tocó mi frente y me alejé.
—No me toques —pedí.
—Esta bien, no voy a hacerte nada —me dijo y volvió a insistir.
—¡No me to--! ¡Diablos! ¡Mi cabeza! —me quejé ya que la punzada en la cabeza volvió.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó Annie consternada y con los pelos de punta.
—¡Harold! —exclamó una chica que venía hacia nosotros—. ¿Qué le pasa? 
—¡Amber, vete! —exclamó el castaño tomándola del brazo.
—¡Liam, suéltame! —dijo e Intentó soltarse del agarre.
—¿Amber? —pregunté a pesar del dolor en la cabeza—. ¿Ella es Amber? 
—Sí es Amber, pero ya se va —dijo “Liam”.
—¿Cuál es tu maldito problema? —exclamó Amber molesta.
—¡Chicos! ¡Basta! —exclamó Annie.
La punzada me volvió y me volví a quejar. Ésta aparecía como relámpagos: era fugaz y poderosa. El dolor era agudo y fulgurante. Al menos era inconstante, si no no podría soportarlo.
—¡Chicos! ¡Tenemos que hacer algo! —exclamó Annie. 
—Dime, ¿tomaste algo? —preguntó “Jake” y traté de hacer memoria.
—Si —dije con los ojos cerrados fuertemente.
—¿Qué era?
—No sé...algo celeste. 
—¿Dónde esta el vaso?
—Está... está por ahí... en el piso.
El chico fue en busca de aquel vaso utilizado anteriormente por mi y volvió con éste en la mano.
—Creo que ya se que le pasa —dijo “Jake”.
—¿Qué le pasa? —preguntó Amber, quién se había quedado.
—El trago contenía algo.


—Vamos, Harry, levántate, es la tercera vez que te llamo —dijo mi padre desde el otro lado de la puerta con leves golpes en ésta.
Abrí los ojos lentamente, mire para los costados y me senté en la cama confundido. Estaba vestido y ni siquiera estaba dentro de la cama, simplemente estaba como si me hubiese acostado así no más. 
Intenté hacer memoria sobre qué había pasado la noche anterior pero no recordaba nada. 
Cuando me puse de pie me quejé y me toqué con la mano la zona de las costillas, me desprendí la camisa y vi un gran moretón violáceo justo allí, para mejor, en ese momento entró mi padre a mi habitación y me giré de inmediato.
—Harry —llamó al entrar—, ah, ya te levantaste, ¿por qué no me dijiste? —preguntó.
Mientras tanto, yo estaba de espaldas y me estaba abotonando la camisa nuevamente.
—¿Qué escondes? ¿Por qué te volteaste cuando entré? 
—Nada —respondí secamente.
—Date vuelta —pidió.
Cedí al asegurarme de que mi camisa estaba prendida y me volteé para complacerle. 
—¿Qué? —me hice el inocente.
—¿Qué tienes?
—¡Nada! —hablé más alto—. ¿Ves que tenga algo?
—No porque justamente acabas de prenderte la camisa. 
—Porque estaba desacomodada —mentí.
—Sí, claro. Anda, despréndete la camisa.
—No.
— Muéstrame —insistió e intentó desprender mi camisa.
—No, basta, no tengo nada —alejé su mano.
—Si no tienes nada, ¿por qué no me muestras? 
—Porque no, no tengo nada para mostrarte y no tengo ganas —me excusé.
—Es en serio —me habló firme.
—¿Quieres ver qué tengo? ¿Quieres? —pregunté harto.
—Sí, quiero —respondió.
Me desprendí la camisa y dejé mi moretón a la vista.
—¿Ya viste? 
—¿Qué te pasó? —preguntó consternado contemplándome y estiró su mano para tocar la zona.
—Me duele —dije y di un paso atrás.
—¿Qué te pasó? —repitió.
—No sé —me senté en la cama.
—¿Cómo que no sabes? 
—Déjame en paz —pedí y me cubrí la cara con mis manos.
—Harold, respóndeme —pidió seriamente.
—Me peleé con un chico, ¿está bien? —mentí. 
—¿Cuándo pararás, Harold? —preguntó irritado.
—¿Podrías dejar de juzgarme? Es lo único que haces, no sabes absolutamente nada y siempre estás atacándome a mi —pedí harto.
—Pero siempre que hay problemas, tú estás en el primer puesto —se justificó.
—Igualmente, no sabes nada.
—¡Dímelo entonces!
—No, basta, ya está —dije dando por terminada la conversación. 
Me puse de pie sin darle tiempo a nada y me encerré en el baño. Me planté frente al espejo y contemplé mi cara por un largo rato. Tenía los ojos rojos, muy rojos, estaba bastante pálido y tenía el labio inferior partido. 
Lo último que recordaba era la fiesta, dos chicas golpeándome, el jardín de la casa, Zayn... Un momento... ¿Zayn? De acuerdo, esto comenzaba a tener sentido.

Helloooooooooou :) A pedido de ustedes, subo más seguido! Creo que empezaré a dedicar capítulos, si? El siguiente será dedicado al quinto comentario :D Así que no olviden comentar y votar! Gracias<3

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora