Confía en mi || h.s - Original - (En edición)

20.

Harry Styles.

Mientras íbamos entrando al pasillo para ir a nuestra siguiente clase, Justin comentó algo que me llamó la atención...
—Tengo que avisarle a Tayra que hoy no podré ir...
—Sí, ¿y le vas a decir también que no irás por tus amigas "las plásticas"? —preguntó Ryan.
—Oh, cállate. Solo vamos a hacer "un proyecto de clase"... —dijo Justin y sonrió de costado—. Espera... —se volteó a verme y paramos de caminar—. ¿Tú conoces a Tayra?
—¿Y por qué ha de conocerla? —cuestionó confundido Ryan.
—Tayra Styles, Harry Styles... —le respondió a su amigo rodando los ojos—. En fin, ¿la conoces?
—Eh... —vacilé—. No, nunca antes he escuchado su nombre —mentí y continué caminando para disimular.
—Pero sus apellidos...
—Coincidencia, supongo. Pueden haber muchos "Styles" en el mundo.

—¡Cállense todos! —exclamó el profesor—. Esta clase ya me tiene harto. Quién hable una sola palabra de ahora en adelante se retira inmediatamente a la oficina del director para ser amonestado. 
La clase transcurrió bastante aburrida en completo silencio, aunque algunos se pasaban notas o hablaban disimuladamente.
En cambio, yo estaba pensando y pensando en lo mismo. ¿Tayra es novia de Justin quién la engaña con una de "las plásticas"? Quería averiguar más, por eso mentí cuando me preguntó si la conocía. Tayra y yo nos odiamos, pero por alguna razón algo me decía que tenía que hacer algo bueno por ella.

—Hey, Styles... —me llamó susurrando la chica de antes, "Rebecca".
Levanté la mirada esperando que contestara y me choqué con unos ojos turquesa totalmente hipnotizantes. 
—Lamento lo de hace un rato... ¿Estas bien? 
—Eh, sí, no pasa nada —respondí y sonreí apenas.
—Tu ojo no luce nada bien...
—Si lo sé, pero--
—Williams y ... —llamó el profesor y vaciló unos instantes intentando recordar mi nombre—el chico nuevo...
—Styles, Harold Styles —respondió por mi una chica enseguida.
—Como sea, retírense a la oficina del director ya mismo. Creo que dejé bien claro que no debían hablar —dijo el profesor escribiendo en el pizarrón nuevamente.
—¿Qué quiere? ¿Que seamos robots? —protesté y ambos nos pusimos de pie dirigiéndonos a la puerta.
—¿Quién es el profesor, usted o yo? Es mi clase y si no le gusta mala suerte. 
—Púdrase —susurré al abrir la puerta.
—Vuelva acá y repítame lo que dijo —pidió.
—Púdrase —le repetí descaradamente al voltearme.
—¡No voy a permitir semejante falta de respeto en mi clase! ¡Lárguese!
—¿Me hizo volver para repetirle que se pudra y echarme de nuevo? 
Se escuchaban muchos susurros y algunas risas de parte de los demás.
—¡He dicho que se largue! —clamó exasperado—. Que bonito ¿No? ¿Su primer día y lo empieza así?
—¿Esto es un internado, no? Se supone que soy un "chico malo", por algo estoy aquí —dije sarcástico y toda la clase comenzó a reír, especialmente las chicas.
—No se haga el gracioso. Y es la última vez que le digo que se vaya de mi clase.
—Muy bien, me voy, me voy. Saludos, que la pase bien y cuando salga afuera, no olvide ponerse protector solar, el sol está fuerte —bromeé pero fingí seriedad.
—¡Váyase de una vez! ¿Y ustedes de que se ríen? ¿Quién mas quiere hacerles compañía?—exclamó y varias chicas levantaron la mano.
—¡Esto es inaceptable! ¿Con que están de graciosos? Muy bien, se van todos los que levantaron su mano a la oficina del director a ser amonestados, pero usted señor Styles, será suspendido.
—Gracias, no sabe cuánto aprecio lo que ha hecho por mi —contesté demostrando que no me afectaba en lo absoluto lo que hiciera.
—¡Retírese ya mismo! 

—¿Pero qué--? —exclamó el director atónito al vernos llegar; éramos diez o quince personas.
—Venimos a visitarlo Sr.Smith.
—¿Qué pasó? ¿Por qué están todos ustedes aquí? —preguntó—. ¡Styles no toque eso! —se acercó a mi y me saco de las manos un diploma que había tomado de un estante.
—El profesor de matemática nos envío, debe amonestarnos —contestó Rebecca.
—Y a mi suspenderme... —acoté.
—¿Suspenderlo? —cuestionó confundido—. Bueno a ver chicos salgan de la oficina y firmen este cuaderno que necesito hablar con Styles a solas. 
Todos salieron de la oficina con un cuaderno azul y un bolígrafo dejándome a solas con el director.
—Siéntese, Styles —me senté en una silla que estaba en frente a la suya y comencé a girar en ésta como un niño pequeño—. ¿Qué sucedió?
—Me sacó de su clase por hablar y “le falté el respeto”.
—¿Y que me dice de ese moretón en el ojo? —preguntó y apoyó su espalda en el respaldo de su silla.
—Solo una estupidez...
—No, no es una estupidez, cuénteme —insistió.
—No es necesario.
—¡Styles! Cuénteme o me obligará a llamar a su padre.
—Bien, le paso el número de mi padre, es mas fácil que buscarlo usted —dije y sonreí.
—¿Se da cuenta de que es su primer día y ya debo llamar a su padre y suspenderlo? —dijo mientras marcaba el número en el teléfono.
—Acostúmbrese, porque a donde yo estoy, están los problemas.