38.

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—¡Liam! —llamé su atención y se volteó a verme—. ¿Qué diablos estás haciendo? —exclamé enfadado.
—¿Estás loco? —preguntó exasperado Niall.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó sosegado.
—¿Qué haces tú aquí? —contra atacó Niall.
Golpeé su mano haciendo que tirara el cigarro de quién sabe qué cosa y le empujé.
—Oye relájate, Styles —dijo y rió cínico—. Eres un aguafiestas.
—No, Harry tiene razón —intervino el rubio—. ¿Cómo pudiste caer tan bajo?
—No me juzgues, no estás en mi lugar.
—Liam, todo lo que está pasando no es excusa para que vengas al rincón de la ciudad y termines... —me detuve y lo miré de arriba a abajo— en este estado.
—Cállate —me pidió serio.
—Es la verdad —replicó Niall—. ¿Acaso no piensas tu hermana? ¿No crees que ya tiene suficiente como para que tú hagas estupideces como estas?
—¡Ya basta, cállense!
—Me decepcionas, a mi, a nosotros, a tus amigos, a tu familia e incluso tus padres se decepcionarían de lo que estás haciendo.
—¡Dije que te calles! —gritó enfadado.
Al mismo tiempo se acercó lo suficiente a Niall y lo golpeó en el rostro haciéndolo caer al suelo.
—Estuve todas estas horas intentando hacer volar mi mente, olvidarme de todo y negar la realidad, para que ustedes vengan y en dos segundos me bajen a tierra —dijo—. ¿Qué hermana? ¿Qué familia? ¿Qué padres? ¡No tengo nada! —exclamó con ojos llorosos—. ¡Nada!
Ayudé a Niall a ponerse de pie y movió la mandíbula de un lado a otro.
—¿Te has vuelto loco? —pregunté incrédulo—. Sarah es tu familia, el resto de tu familia es tu familia y tus padres adoptivos...eran tu familia, Liam.
—No, no, no es cierto y lo sabes —dijo derramando varias lágrimas.
—Te criaste con ellos, creciste con ellos, ellos te cuidaron, ellos estuvieron contigo en todo momento, te brindaron un hogar, comida, ropa, te dieron amor y todo lo que necesitabas, de eso se trata ser familia —continué—. De eso se trata ser una familia; tus amigos somos parte de tu familia también.
Liam se tapó los ojos con la mano y se quebró en un llanto. Niall se acercó a él y lo abrazó.
—Lo siento... —dijo a penas entendible—. No... no quise golpearte, perdóname.
—Lo sé, tranquilo.
Se separaron y Liam se secó la cara.
Palmeé su espalda e intenté alentarlo diciéndole:
—La vida sigue, Liam, es otro desafío que tienes que pasar y confío en ti porque sé que eres fuerte y saldrás de esta, ¿sí?
Asintió con la cabeza.
—Salgamos de aquí.
Retrocedimos todo lo que Niall y yo habíamos caminado y nos subimos al auto. 
Iríamos primero a la casa de Niall, allí Liam se bañaría, Niall le prestaría ropa y luego lo llevaríamos dónde su tía y Sarah. 
Liam admitió haber bebido alcohol y haber ingerido drogas aunque era obvio. Prometió jamás volver a hacerlo. 


—Luces agotado —me dijo mi padre cuando entré a la casa.
—Lo estoy.
—¿Qué pasó con Liam?
—Lo encontramos —avisé.
—Qué suerte.
—Alcoholizado y drogado —agregué luego.
—¿El qué? —preguntó atónito— ¿Cómo?
—Sí, sabía que haría algo pero no algo así. 
—¿Y dónde está ahora?
—Niall y yo lo llevamos a la casa de su tía, así que está con ella y con Sarah.
—Entonces estará cuidado.
—Así es —dije—. Ehm, Amber vendrá, ¿de acuerdo?
—¿Estás saliendo con ella, verdad?
—Dile que suba cuando llegue —esquivé la pregunta de mi padre.
Subí las escaleras y entré a mi cuarto. Me tiré sobre la cama y cerré los ojos. Inconscientemente me quedé dormido, estaba muerto, no había dormido nada. 

Me desperté al sentir un cosquilleo en mi nariz. Cuando abrí los ojos me encontré con otros ojos azules de vuelta y unos labios besando mi rostro. Sonreí al darme cuenta de que era la chica que añoré por largo tiempo y que finalmente, en poco tiempo, sería completamente mía.
—Me encantaría despertarme de esta manera siempre.
—Cuando nos mudemos juntos y tengamos un hijo podría ser...
—¿Un hijo? No, yo te quiero para mi solo —bromeé.
La abracé fuertemente y se rió.
—Qué egoísta, Styles.
—Ahora eres mía, solo mía, Tomlinson.
En el momento que íbamos a besarnos, tocaron la puerta. Indiqué que pasaran y era mi padre. Nos quedamos en la misma posición que estábamos y comenzó a hablar.
—Harry —me llamó.
—Hmm —articulé sin prestarle atención.
—Iremos a la casa de la abuela, no quedará nadie aquí excepto ustedes.
—Ajá.
—Disculpe, Señor Styles —dijo Amber—, Harold, tú padre está hablándote, al menos mírale la cara —me dijo como si fuera mi madre.
—Bi...en —respondí extrañado por la seriedad que brindaba su cara y sonreí apenas.
Volteé a ver a mi padre y presté atención. Era como si me hubiese hechizado o algo así. ¿Desde cuándo obedezco las órdenes de alguien?
Mi padre también se sorprendió un poco y le costó retomar el habla.
—Como decía —continuó—, dejen la puerta de la habitación abierta, podría entrar cualquiera y ustedes no se darían cuenta.
—Bien.
—Hasta luego.
Dijo y se retiró. Nos quedamos en silencio hasta escuchar como la casa quedaba deshabitada excepto por nosotros.
Amber comenzó a reír y desconocí la razón, pero igual reí porque... ¿alguna vez mencioné que su risa es aún más contagiosa que la de Niall?
—¿Qué? —pregunté.
—Es que estas así —hizo un gesto con la mano haciendo referencia a mi estado actual—, como un niño al que le acaban de decir que el "cuco" existe. 
—El "cuco" existe, de hecho, está en frente de mis ojos.
—¡Harold, qué malo!
Ambos reímos.
—Pobre de nuestros hijos con una madre tan estricta —bromeé.
—¿Hijos? Hace un instante dijiste que no querías. 
—Ahora, pero eso no significa que algún día tengamos pequeños "Harrys".
—¿Por qué "Harrys" y no "Ambers"? —reclamó.
—Porque si fueran "Harrys" serían más lindos.
—Sí, claro, Señor Ego.
—Es mentira, no hay nadie más lindo que tú.
La abracé y besé su mejilla.
—Lo sabía —bromeó esta vez ella.
—Después me dices que yo soy el Señor Ego.
—Lo eres, pero ahora ya que tú eres el Señor Ego, yo obtengo el título de Señora Ego, así como un día obtendré el apellido Styles —explicó.
Lo único que pude hacer en ese momento fue observar como un estúpido cuán hermosa podía ser incluso dando explicaciones tontas como si fuese una niña pequeña.
Sonreí luego que terminó de hablar y ambos establecimos una conexión de miradas única mientras ella también sonreía. Me apoyé en la cama sobre uno de mis codos para enderezarme quedando frente a frente. Coloqué un mechón de pelo que tapaba un lado de su cara detrás de su oreja y regresé mi mano a la posición que estaba acariciando su suave rostro. Comenzamos a acercarnos más y más hasta estar a punto de besarnos. Cerré los ojos apreciando el momento y cuando rozamos nuestros labios, Amber volteó con agilidad su rostro y mordió mi mejilla fuertemente.
—¡Oye! —me sobé la mejilla y lo único que escuché fueron sus contagiosas carcajadas nuevamente—. Estás loca —reí con ella.
—Tu mejilla —comenzó pero la risa impedía que pudiera continuar hablando—, tu mejilla está roja como un tomate —terminó.
La miré y una lágrima asomaba en sus ojos, estaba llorando de la risa. 
—No puedo creerlo, eres terrible —dije.
Estoy seguro de que ella es la única chica en el mundo que interrumpe un momento perfecto mordiéndome la mejilla. Ella, sí, ella, Amber Tomlinson, es única y no puedo sentirme más afortunado de tenerla a mi lado. 
—Corre, porque no te salvarás de esta —amenacé bromeando.
Le dirigí una mirada desafiante y alcé una ceja. 
—¿Qué planeas hacer? —preguntó y comenzó a ponerse de pie.
—Te daré ventaja de tres segundos —dije sentándome en la cama—. Uno, dos —comencé a contar y ella comenzó a correr hacia abajo—, y... ¡tres! —exclamé y comencé a correr detrás de ella.
Comenzó a gritar cuando estaba a un paso de alcanzarla, nos dolía el estómago a ambos de tanto reír y solo queríamos poder parar de reír pero era imposible. 
Ella estaba a una esquina de la mesa del comedor y yo en la otra. Nos miramos por un segundo y cuando volvió a correr logré tomarla del brazo pero me pisó y tuve que soltarla ya que me encontraba descalzo y me había dolido. 
Cuando retomé lo que estuvimos haciendo por algunos minutos, descubrí que se había escondido.
—¡No se vale! —exclamé—. ¡Esconderse no estaba en las reglas!
—Mentiroso, no hay reglas —respondió ayudándome a ubicarla.
Se encontraba en alguna parte del living. Caminé lentamente por allí mirando cada rincón pero no podía verla. Escuché su risa y en el instante se abalanzó quedando encima de mi espalda. La sujeté y besó mi cuello cariñosamente.
—¿Dónde estabas?
—Nunca lo sabrás —fingió una voz de dramática—. ¿Podrás vivir con eso?
—Oh, no lo creo, no creo poder soportar semejante intriga —le seguí el juego.
Me tiré como parte de la actuación al sofá inclusive con ella aún en mi espalda.
Reímos nuevamente y cuando calmamos la risa le dije mirándola directamente a los ojos:
—Te amo.
—Yo también —respondió segundos después.

Holaaaaaaaaaaaaaaaa, ¿cómo están? Espero que bien. Estoy feliz porque CFM tiene 20k de leídos y probablemente sea poco comparado a otras novelas famosas que tienen más del el triple de leídos que la mía, pero es mi primera novela publicada en wattpad y perdí varios lectores al ausentarme varios meses, pero bueno, confío que en un futuro tendré mas. Gracias por sus votos y comentarios como siempre, no olviden hacerlo<3

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora