16.

440 25 1
                                    

Terminé de ducharme, me coloqué el estúpido uniforme del nuevo internado, ya que en un rato partiría hacia allí.
Le di una sacudida a mi húmedo cabello y como costumbre cada mañana, revisé mi celular. Encontré varias llamadas perdidas y mensajes, sinceramente, no le encontraba sentido a ninguno de aquellos mensajes. Todos se relacionaban a mi estado; me preguntaban cómo estaba. 
Bajé las escaleras con dificultad, ya que hacia vario rato que tenía leves mareos y un fuerte dolor de cabeza.
—Buenos días, cariño —me saludó Margaret risueña como siempre. Era algo que admiraba de ella.
—Buenos días —sonreí, le di un beso en la mejilla y me senté en la mesa sin saludar a Tayra o a mi padre.
Apoyé la cabeza contra ésta y cerré los ojos soltando un leve gemido. 
—¿Qué pasa? —preguntó y maldije para mis adentros al escuchar esa voz que me interrumpió en mi momento de silencio.
—¿Qué pasa? —repetí—. No sé, esperaba que alguien pudiese explicarme que diablos pasó anoche —le contesté a mi padre sin moverme.
—Qué descontrol —habló Tayra y decidí ignorarla aunque no fuese una tarea que se me facilitara.
—Tayra —le dijo Margaret en tono de advertencia. 
—¿Qué hiciste anoche? —preguntó mi padre.
—Lo mismo que hacías tú cuando ibas a fiestas, hasta que después no recuerdo que pasó.
—Harold, viniste a las cinco y media de la madrugada, lo principal que te dije fue que no llegaras tarde porque tenías que madrugar al día siguiente, y mírate ahora, estas que no puedes mas del sueño —dijo molesto—. Es lógico, dormiste solo tres horas y súmale la resaca de lo que sea que hayas bebido o ingerido ayer.
—¿Qué insinúas? —me senté correctamente y alcé una ceja. 
—¿Qué ingeriste ayer?
—Cerveza —confesé.
—Claro, se nota —dijo sarcástico—. Y dime, por el estado en que llegaste a la casa, que ni de pie podías mantenerte, tomaste diez litros de cerveza, ¿no? Por favor.
—No sé qué tomé, ni qué ingerí, no lo sé, sinceramente. Cuando tenía conciencia recuerdo nada mas que tomé solo cerveza, ¿de acuerdo? —le dije con calma, con tanta calma que hasta yo me sorprendí de que por una vez le contesté de buena manera.
El timbré sonó a favor mío, interrumpiendo aquella charla que probablemente se convertiría en una discusión mas adelante.
—Yo voy —dijo Tayra y se levantó de su silla dirigiéndose a la puerta, dejándonos a nosotros tres en completo silencio.
—¿A Harry? ¿Por qué buscas a Harry y no a mi? —escuché que decía mi hermanastra y decidí ir a ver de quién se trataba.
—Eh, Tayra, yo me encargo —dije en cuanto vi de quién se trataba.
—¿Qué sucede entre Chelsea y tu? —preguntó con recelo.
—¡Nada! Ya te lo dije, Tayra —contestó ella por mi—. Escucha, Justin me envió un mensaje diciéndome que vendría a visitarte, hoy a las siete en la plaza, ¿de acuerdo? —habló más bajo.
—¿Es tu novio? —le pregunté a Tayra.
—Váyanse antes de que me arrepienta —respondió cambiando de tema.
Tayra nos miró con recelo y finalmente salimos de la casa Chelsea y yo.
—Eh, mira, Chelsea, lamento lo que pasó... —comencé a disculparme y coloqué mis manos en los bolsillos de mis jeans.
—¿Qué lamentas? —pregunto con cierto nerviosismo por alguna razón.
—La chica de la fiesta, el beso... 
—Oh, si, Harold no necesitas darme explicaciones ¿esta bien?
—Pero yo--
—No, está bien —sonrió—. Discúlpame por... ya sabes... golpearte, deberías haberme dicho que tenías novia.
—No, no es mi novia —aclaré.
—Bueno, como sea —esquivó el tema—. De todas formas me gustaría ser tu amiga si es posible... Tú y yo fuimos muy rápido y... bueno...
—Sí, estoy de acuerdo contigo —le di la razón—. Ahora... ¿Por qué estabas en esa fiesta? —pregunté curioso y encendí un cigarro.
—Conozco a Jake y Drew gracias a mi primo, Niall, nos conocemos desde--
—¿Eres la prima de Niall? —la interrumpí preguntándole algo extrañado.
Claro, ¿como no pude notarlo antes? Ahora que me daba cuenta, tenía cierto parecido con Niall, además sus ojos eran iguales a los de él.
—Sí, no creí que lo conocieras...
—De hecho, compartía habitación con él en el internado —dije y solté una bocanada de humo.
—¿En serio? Ni me lo imaginaba.
—Sí, bueno... —contesté sin saber qué más decir.
—Y... —vaciló—. Yo, en realidad vine por otra cosa —soltó—. ¿Te encuentras bien? 
—Eh, sí, de eso quería hablar... —respondí—. ¿Qué sucedió anoche? ¿Zayn tuvo algo que ver? Porque lo último que recuerdo es que yo estaba con Zayn y--
—¡No! —exclamó—. No, claro que no, bueno si, pero no... —dijo más tranquila.
—De acuerdo, ¿sí o no entonces? —pregunté confuso.
—Tomaron algo simplemente.
—Qué raro... —dije extrañado—. Pero, ¿por qué no recuerdo nada?
—Porque te embriagaste Harry y entonces un chico te trajo a tu casa —explicó—. Era, eh... de pelo corto, castaño y levantado y tenía ojos color avellana... 
—¿Liam? —pregunté.
—Sí, creo —asintió—. En fin, nada mas pasó.
—Pero tenía varios mensajes en el celular de parte de los chicos, preguntándome si estaba bien o cosas asi, si solo me embriagué, ¿por qué tanto alboroto? 
—Simplemente se preocuparon.
—De acuerdo, si tú lo dices... —dije desconfiado—. ¿Qué hay de los golpes?
—¿Golpes...? —preguntó consternada.
—Sí, golpes —dije, señalé mi labio y me levanté la camisa para mostrarle el moretón en la zona de las costillas.
—¡Diablos!—exclamó contemplando mi zona afectada.
—¿Y bien? —exigí una explicación.
—Ehm... no lo sé, eso no puedo respondertelo, habla con alguno de tus amigos, quizás ellos sepan mejor de la situación —respondió.
—Muy bien, lo haré —dije.
—Bueno, debo irme...
—Yo también... 
—Suerte en el internado —dijo y sonrió encantadora.
—Tal vez la necesite... —dije con una mueca y volvió a sonreír.
—Cuídate —nos saludamos con un beso en la mejilla y regresó a su casa, la cuál estaba en frente.
Terminé el cigarro soltando la última bocanada de humo, lo arrojé al piso, lo pisé, me di media vuelta y entré a la casa.
Cerré la puerta y al voltearme lo primero que vi en frente de mis ojos fue a Tayra con una mirada intimidante.
—¿Qué? —pregunté sin comprender.
—¿Qué hiciste con Chelsea? —preguntó y se acercó mas apuntándome con el dedo índice.
—Hablar... —respondí, retrocedí y ella se siguió acercando.
—¿De qué? —volvió a preguntar curiosa y choqué contra la puerta.
—¡Hablar! —Repetí más fuerte—. No te incumbe.
—Si me incumbe, es mi amiga. 
—La mía también —dije y me escabullí.
—Oh, y, ¿de la noche a la mañana tienes nuevos amigos? —preguntó sarcástica.
—Claro, qué increíble, ¿no? —respondí sarcástico al igual que ella.
—Estoy hablando en serio.
—¿Le ves algo de broma que yo diga que algo es increíble?
—Si me lo dijera otra persona no, pero cuando eres tú y nunca hablas en serio.
—No es cierto. 
—¡Si lo es!
—¡Estás acosándome! —exclamé con una mueca.
—Desaparece de mi vista por tu bien —amenazó y me alejé.

Holaaaaaaaaaaaaaaaaa, perdonen se me fue la mano con los días ajjajajja Pero en fin, nuevo capítulo :) Recuerden que si quieren que les dedique el siguiente capítulo solo tienen que comentar! No olviden dejar su opinion y su voto :D 

Confía en mi || h.s - Original - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora