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Kayla tenía dos días corriendo y escondiéndose de Urda, había escapado en el aeropuerto gracias a una pequeña distracción en la seguridad de su madre.

No llevaba dinero ya que había dejado todas sus pertenencias en la maleta que estaba con Urda y no tenía nada que cambiar por comida.

Regresar a su apartamento sería algo muy estúpido tomando en cuenta que la mujer que la había criado la tenía completamente vigilada, estaba al borde de la desesperación y no le quedó otra opción.

Llegó a Upper east side caminando, tenía un terrible aspecto por haber pasado dos noches en la calle, entro al edificio por la puerta de servicio ya que seguro la correrían si la veían entrar por delante.

Subió todas y cada una de las escaleras hasta el pent-house y cuando llegó se sentía desfallecer.

Llamo al timbre y espero recargada en la pared, vio como se abría lentamente la puerta y una chica leyendo la recibía sin preguntar.

Pudo ver su piel palidecer y los papeles que tenía en las manos cayeron al piso, se le quedó mirando muda, pero Kayla no tenía mas tiempo, estaba a punto de caer.

-Tienes que ayudarme -dijo justo antes caer en la oscuridad.








Despertó en una cama muy cómoda, le habían cambiado la ropa sucia y ahora traía un pijama muy suave.

Se levanto para sentarse y sintió un mareo repentino que la hizo volver a recostarse.

Cuando abrió de nuevo los ojos, su mirada se enfoco en la mujer que tenía frente a ella, estaba sentada mirándola fijamente y aún no regresaba el color a su cara.

De pronto cayó en cuenta de la estupidez que acababa de cometer, todo por lo que había trabajado acababa de tirarlo a la basura por culpa de la desesperación, pero no tenía a nadie más, no podía acudir a nadie más.

-¿Quién eres? -habló la chica, se veía asustada y muy desorientada -¿Como es que tú...

-Me veo igual a ti -dijo Kayla interrumpiendo -Bueno, algo mas delgada y sin duda mucho mas demacrada pero si, iguales.

-Tienes mi cara, ¿Qué clase de broma es esta? 

-Lo siento, no es así precisamente como planee que te enteraras, pero el hambre es grande y yo no podía pasar un día mas en la calle.

-¿En la calle? ¿Cómo que un día más? ¿Planeabas que nos conociéramos?

-Son muchas preguntas y yo no he comido en casi tres días, podrías por favor ser tan amable...

-Si, lo siento -la chica se levanto de la silla reaccionando al fin -Te traeré un emparedado de pavo, no tengo mayonesa no me gusta pero puedo ponerle crema si quieres.

-Yo tampoco como mayonesa -Kayla analizó que se parecían mas de lo que ella pensaba -Crema estará perfecto.

-Bien, ahora vuelvo.

Vio a la chica salir de la habitación, y cerró los ojos de nuevo, tendría que cambiar de estrategia, pero ya sería después de aclarar todas las dudas de la chica que la ayudaría nada más y nada menos que Scarlet Black, su hermana.



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Lady EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora