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El tiempo pasaba y Scarlet estaba cada vez mas ansiosa, faltaba una sola semana para el evento de Sekemoto y aún no terminaba de organizar ese evento, también había empezado con el evento de la empresa de Max y quería que todo saliera perfecto para impresionarlo.

-¿Se puede? -la voz del hombre de su vida hizo que sacara la nariz de su agenda -¿Como estas florecilla?

-Hola Papá -tenía una enorme sonrisa en la cara y los ojos azules que caracterizaban a los Black se veían orgullosos. -Que gusto verte, ¿qué te trae por aquí?

-Bueno, estaba solo y aburrido en mi oficina -señalo el techo con un dedo, justo donde estaría la oficina de presidencia -Y decidí invitar a almorzar a mi pequeña.

-Ese sexto sentido de padre es maravilloso, necesito alimento urgentemente.

Scarlet se levanto de su escritorio y empezó a meter sus cosas a la bolsa que siempre cargaba.

-Bien, que bueno que tengas hambre por que pienso comprarte todo lo que quieras de postre.

Scarlet miró a su padre y se quedó pensando, ¿Postres?, Jason Black Senior solo compraba un millón de postres cuando quería que Scarlet cediera en algo, ¿qué sería esta vez?

Salieron de la torre de oficinas y Jaime -el chofer -ya los esperaba justo al frente con el auto de su papá.

-¿A donde quieres ir hija?

-No lo sé -Scarlet seguía sospechando de las intenciones de su papá -Sorpréndeme.

-Jaime, vamos al Per se*, el restaurante favorito de Scarlet.

Scarlet miró feliz a su papá, no importaba lo que le fuese a pedir, si la llevaba al lugar que más amaba y le compraba cincuenta de esos postrecillos de chocolate y crema batida que servían, le podía pedir el cielo y se lo daría.








-¡NO! -grito Scarlet por quinta vez, y aquí venía la sexta -¡NO!   Papá, no puedes pedirme eso.

-Nena, debes entender que lo hacemos por tu bien.

-No puedo creer que Jason haya hecho esto, lo creería de Cameron pero de Jr, ¿qué demonios les pasa? 

-Hija, fueron ambos y son tus hermanos mayores, ellos te aman y siempre van a querer lo mejor para ti.

-Maximilian Bennet me gusta papá y me gusta mucho, es un caballero conmigo y no lo voy a dejar de ver solo por que mis dos hermanos mayores son uno trogloditas celosos y al parecer mi padre ha decidido unirse a ellos.

-¿Me acabas de llamar troglodita? -Scarlet miró a su padre apenada, ella era la única que nunca lo desafiaba, pero pedirle que se aleje de un chico y sin explicación alguna, eso era demasiado.

-Lo siento papá, pero entiéndeme, tú sabes que no soy una loca que va y viene con un chico distinto, el me gusta y creo que podría ser bueno que ustedes se dieran el tiempo de conocerlo.

-Hija, tus hermanos lo conocen, saben quien es él y precisamente por que lo conocen, no quieren verte cerca.

-¿Qué puede ser tan malo? Todos me piden que me aleje pero nadie me da una explicación.

Scarlet se levantó de la silla, era la primera vez que no cedía a algo que su padre quería, le dolía en el alma dejarlo así, pero que podía hacer, alejarse de Max no era una opción.

-Hija -su padre la tomo por la muñeca cuando estaba por irse -Solo habla con Jason, él te puede aclarar tus dudas, por lo pronto te aviso que ya no llevaras la cuenta de  Cosméticos B&K, cancelamos el contrato con la empresa.

-Era mi primer cuenta -eso era la gota que había derramado el vaso -No pueden hacerme esto y salirse con la suya, mañana tendrán mi renuncia papá.

Scarlet arranco su brazo de las manos de su papá y salió corriendo del restaurante, no era una mujer que se dejaba vencer, hablaría con su hermano Jason y se calmaría un poco, quizá había tomado una decisión precipitada con su padre, pero si lo que Jr. le decía, era lo bastante convincente incluso aceptaría su derrota y pediría perdón, pero si acaso se trataba solo de una treta para alejarla de lo que parecía ser el mejor pretendiente que había tenido, no había vuelta atrás, defendería su reciente relación a costa de todo.








Llevaba dos días en su apartamento, su familia la había estado llamando pero solo había tomado las llamadas de su madre para informarle que estaba viva, no quería saber nada de los hombres Black hasta que se le bajara el mal genio.

Había estado trabajando desde casa, ya que no quería que su familia pensara que de verdad iba a renunciar, ya se lo había pensado mejor y eso de berrinches no iba con ella.

El timbre de la puerta la sacó del papeleo de un posible cliente y camino leyendo unos documentos para abrir.

No se tomó la molestia de preguntar quien tocaba, cuando abrió y levantó la mirada casi cae desmayada, no conocía a la mujer frente a ella pero al mismo tiempo sentía que llevaba la vida conociéndola.

Vestía ropa cara pero estaba tan sucia como un vagabundo...

-Tienes que ayudarme -dijo la mujer frente a ella con voz débil justo antes de caer frente a sus pies.



*Per se: Restaurante ubicado en el 10 de Columbus circle en Nueva York, de cocina     Estadounidense y francesa cuenta con 3 estrellas Michelin.


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Lady EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora