-¿Qué crees que hacías niña tonta? -cuestionó William Bennet en cuanto cortó la llamada de Scarlet.-Yo solo... -la chica se quedó petrificada, no sabía que hacer, nunca pensó que fuesen a descubrirla.
-¿Crees que papi y mami vendrán a salvarte? -William echaba humo por las orejas -Pues aprende niñita, en la vida no todo es color de rosa, si ellos se atreven a llamar a la policía, o hacen algo que me perjudique, tú jamás verás de nuevo la luz del día.
-No le tengo miedo -en un momento toda la adrenalina que viajaba por su cuerpo la hizo saltar de la silla del escritorio -Usted y sus amenazas se pueden ir al demonio, ya estoy cansada de que todo el mundo quiera controlar mi vida, y si me pone un dedo encima, mi familia lo va a buscar hasta por debajo de las piedras, lo va a encontrar y le juro que se va a retorcer en el infierno por arruinar la vida de tanta gente.
-Cállate -William había llegado a un punto de cólera del que no podría regresar, empezó a caminar hasta Scarlet que no se movía de donde estaba, no quería demostrar miedo. -No sabes de lo que estas hablando.
-Voy a hacer que lo refundan en la cárcel, ¿qué pretendía haciendo que su hijo me enamorara? ¿quería venderme a mi también, como lo hacía con mi hermana?
-¿Hermana? -una risa socarrona salió de su garganta - ¿Llamas hermana a la mujer que te cambió por ella? ¿Qué no dijo ni una palabra a tu familia de que estabas perdida? ¿Llamas hermana a la maldita zorra que prefirió quedarse con tu nombre a salvarte de un destino como el de ella?
Scarlet se acerco a William y le propinó una cachetada.
-No debiste hacer eso.
El hombre, que obviamente era mucho mas fuerte que ella le devolvió el golpe, haciendo que Scarlet cayera al suelo, la chica llevó su mano a la mejilla roja que le punzaba de dolor, sintió a las lágrimas que ya deseaban rodar por sus mejillas pero no se dejaría debilitar.
-Eres un cobarde William Bennet, tú y toda tu bola de abusadores son unos malditos.
-¿No entiendes niñita? -William la miraba furibundo -Acepta tu lugar, no eres nadie para decirme como soy, lo sé perfectamente bien y así vivo excelente, voy a traer aquí a la maldita rata traidora de Kayla y las voy a vender a ambas, no sabes lo que les espera, Maximilian ya está listo para atacar, solo está esperando mi orden, no te preocupes, pronto verás a tu adorada hermana.
Scarlet no sabía que hacer, solo le quedaba confiar en su familia, ellos sabrían que hacer.
Un día y medio después de la llamada, Scarlet estaba sentada en su cama, la habían encerrado bajo llave y solo abrían para llevarle alimentos.
William a había llevado prácticamente a rastras hasta su habitación el día anterior.
Le había dicho que se preparara, había decidido adelantar su primer subasta.
Scarlet temblaba, no sabía que podía esperar de los hombres que pujaban en ese tipo de eventos, pero no podía escapar, William la tenía atrapada y amenazada.
Scarlet se levantó y se miró una vez mas en el espejo del tocador, le habían dado ropa -si es que se podía llamar así al traje de baño color rojo que portaba - que debía ponerse para la subasta.
Era de noche.
Había llegado la hora.
Dos de los matones de William fueron por ella y la escoltaron hasta la sala de exhibición, así llamaban ellos al cuarto con la oficina y la pasarela.
Estaba junto con otras cinco mujeres, en realidad no sabía si podía considerarlas así, todas eran bastante jóvenes.
-¿Cuantos años tienes? -preguntó en un susurro a una pequeña niña, ella la miró y negó con la cabeza, estaba muy asustada obviamente.
-Tranquila, no tienes que responder -le dedicó una sonrisa tratando de calmarla y la niña le respondió con una mueca.
-Tiene catorce años -dijo otra de las mujeres susurrando -Es su primer subasta, llegó ayer a la casa donde nos tienen.
-Dios, es una niña -Scarlet se alejó de la pequeña y se puso a lado de la chica con la que estaba hablando -¿Tú cuantos años tienes?
-Yo tengo veinte, pero llegué aquí desde los quince, nunca te había visto, ¿eres nueva?
-En realidad si -dijo Scarlet.
-Mentirosa -una de las mujeres, la mayor de ellas le dijo gruñendo -Eres una maldita perra Kayla Morgan.
-Yo no... -Scarlet trató de defenderse.
-Me dejaste aquí, yo no te delaté cuando huiste, dejé que te fueras esperando que denunciaras a estas personas, todas sufrimos ese día, nos torturaron para sacarnos información sobre tu escape y tú nunca volviste, han pasado ocho años y de no ser por que de nuevo te atraparon, nunca hubieras vuelto.
Scarlet iba a responder, quería saber el nombre de la mujer, era unos tres años mayor que ella, quería decirle que no era su hermana, que no era Kayla, pero no pudo, una chica entró al lugar donde las tenían y les anunció que la subasta estaba por empezar, la chica que la acusó fue la primera en salir.
Nunca la volvió a ver, no sabe que fue de ella en esa noche donde todo se volvió un caos.
¿Quieres saber como se conocieron Max y Jason?
Ya puedes leer el capítulo especial "La fiesta del demonio", para saber la historia completa sobre el encuentro de esos dos.
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Lady Escarlata
ChickLitScarlet Black... ¿Necesita un hombre millonario? Para nada, ella puede trabajar y lo hace de maravilla. ¿Necesita un hombre obsesivo y dominante? ¡Ja!, ella solo obedece a sus padres (a veces) ¿Necesita un Playboy "todas mías" con aires de grandeza...