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-Entonces creciste siendo una... -habló Scarlet, aún no podía creer la nueva información que había obtenido de Kayla.

-Prostituta, dilo no es tan malo.

-Todo esto es culpa de mis padres, si ellos no hubiesen sido unos insensibles y malditos egoístas.

-No vale la pena seguir pensando en eso -Scarlet tomo un trago a su quinta taza de café en el día mientras escuchaba a su hermana -Ahora debo enfocarme en desaparecer de la fas de la tierra hasta que Urda deje de buscarme.

-Dices que esta mujer fue quien te vendió a la red de prostitutas ¿no? -Scarlet unía los puntos en su cabeza -¿Por que no la denuncias?

-Por que es alguien muy poderoso quien está detrás de todo, es un hombre que con solo chasquear sus dedos pondría a toda su gente a buscarme por que Urda solo es una pieza del tablero.

-Bueno, y este hombre, ¿lo conoces?

-Si, Urda me entrego a él en persona pero tiene años que no lo veo, a menos no de forma personal.

-Y aún no me respondes por que Lady Escarlata. -Se sentía tan rara sabiendo que su hermana había usado su nombre para el de una prostituta.

-Bueno, cuando era una niña y vi a tu familia en televisión supe que era una de ustedes por obvias razones -Scarlet vio como Kayla las señalaba a ambas -Y me sentí muy mal sabes, imagina a una niña de casi once años que se da cuenta que su familia no la quería y que todo su mundo es un engaño; cuando Urda me vendió a este hombre fue la gota que derramo el vaso, yo quería ser tú, tener vestidos bonitos y clases de piano, quería ser yo Scarlet Black.

-Creciste odiándome -El corazón le dio un vuelco, comprendía el odio que su hermana podía sentir por ella, pero a tal grado de usar su nombre sabiendo que cualquiera podría confundirlas, destruiría su vida.

-Si, no lo voy a negar -suspiró -Cuando me escape de la red de esas personas no sabía hacer nada mas así que seguí el negocio por mi cuenta, como debía mantener bajo perfil cambie mi nombre por ese apodo y me convertí en Lady Escarlata cada viernes por la noche desde los dieciséis hasta hace dos semanas que todo se vino abajo.

Ambas mujeres se quedaron calladas, Scarlet sentía mucho coraje por la vida que había tenido que soportar una pequeña niña que no tenía la culpa de nada y Kayla se sentía bien, su hermana había mordido el anzuelo y odiaba a sus padres tanto como lo hacía ella, la ayudaría a terminar con el asunto de Urda y a tener lo que siempre había querido sin preocupaciones.

-Bueno, puedes quedarte aquí en lo que pensamos en una solución a tu problema -Scarlet quería compensar un poco todo lo que su hermana había perdido, se sentía culpable -Viene una señora a limpiar cada miércoles y puedes pedir comida a cualquier lugar.

-Necesito ir a mi apartamento por mis documentos y algo de dinero, no esperaras que viva a costa tuya.

-Pienso que es peligroso, podemos enviar a alguien de mi confianza por todo lo que pongas en una lista.

Scarlet no quería perder a su recién encontrada hermana tan pronto y temía por su seguridad.

Mientras se ponían de acuerdo sobre el plan que iban a seguir para mantener a Kayla oculta sonó el móvil de Scarlet.

-Aló -dijo al tomar la llamada.

-Scar voy subiendo en el ascensor y necesito hablar contigo, no puedes seguir molesta con nosotros. -y colgó.

Era Cameron, de inmediato sus manos comenzaron a sudar y su mente a maquinar un plan para ocultar a Kayla, no podía impedirle el paso a Cameron por mas enojada que estuviera con él.

-Kayla, tenemos un problema, mi hermano Cameron viene subiendo y no se irá hasta que hable conmigo.

-Iré a la habitación, no te preocupes, esta ve no saldré para nada.

-Trataré de hacer que se vaya rápido. -Scarlet estaba temblando de los nervios que sentía. -Solo intenta no hacer ruido, puede pensar cosas que ni al caso.

El timbre del apartamento sonó, seguido de la voz de Cameron.

-Scarlet tienes diez segundos para abrirme o usaré las llaves que dejas en casa de mamá.

-Ya voy, me estoy cambiando -gritó la joven Black mientras caminaba hacia la puerta y su invitada se encerraba en la habitación.

Abrió y miró a su hermano enfadada, pero luego cambio su expresión al ver su caramelos favoritos en manos de su hermano.

-No funcionara el soborno Cam, pero puedes tratar. -ambos rieron y entraron en el pent-house para sentarse en el sofá.

-Hermanita, de verdad siento haber hablado con papá pero entiende lo preocupados que todos estamos por ti.

-Se que se preocupan, y viniendo de ti lo entiendo pero Jason nunca me había hecho algo parecido, necesito que me expliquen las razones que tiene para intentar alejarme de Max.

-Son cosas del pasado, Jason lo conoció cuando hizo su maestría en el extranjero, solo debes saber que tu adorado Max ayudaba a su padre a huir de la policía.

-¿Y saben por qué?

-No, al menos yo no y Jason no ha querido hablar mas del tema, al parecer él si sabe algo pero no quiere revelarlo.

-Bueno, pues mientras sigan acusaciones infundadas, tú y papá deberían dejarme estar con quien yo quiera.

-Ya no quiero que estés enojada, mucho menos que sigas faltando a la empresa, pero si me entero que Maximilian Bennet te pone un dedo encima yo...

Y se quedaron callado cuando un estruendo se escucho en el baño de Scarlet.

-¡¡LO TIENES AQUÍ!!

-No, debe ser mi nuevo perro. -Scarlet era pesima inventando cosas, pero esta vez había metido la pata al fondo.

-¿Perro? ¿Es un Doberman? Ese ruido no lo hace un cachorrito.

-No, pero lo deje dentro de la bañera y lo olvidé por completo por tu culpa, debes irte y yo iré a ver el desastre de mi perro.

-Vamos, te ayudo a recoger y sirve que conozco al perro que tienes ahí -cuando Cameron dijo la palabra perro, obviamente lo hizo con otra intención.

-No, ya lo verás mañana, iré a casa de mis padres. -Empezó a empujar a su hermano a la salida -Debes irte adiós y gracias por los dulces.

-Scarlet no me iré asta que...

-¡Adiós! -dijo ella y cerró la puerta en sus narices.

Ahora debería conseguir un perro, y mas vale que fuese pronto.




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Lady EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora