Lady Escarlata

22

Kayla no había podido hablar con Scarlet sobre su supuesto plan para hacer la fiesta de Sekemoto fuera inolvidable, claro un plan que en el fondo sabía que era para protegerse ese día de Urda y que no se llevara de nuevo a la equivocada.

Trató de esperarla pero los ojos se le cerraban, fue a la cama y se recostó -solo unos minutos -se dijo pero se quedó dormida.

Quizá pasaron un par de minutos o un poco mas, pero sintió como unas manos la sacudían.

-Dios, pareces un perezoso -dijo la voz de hombre -Scarlet despierta o llamaré al 911 reportándote como muerta.

Los ojos de Kayla se abrieron lentamente, y se estiró.

-Vaya, si que eres toda una dama florecilla -Cameron Black estaba frente a ella.

-Pero que demonios... -se levantó sobresaltada y por fin cayendo en cuenta de que alguien había entrado al pent-house.

-Hola hermanita, a penas son las 11, si te arreglas rápido llegamos a tiempo. -Cameron tiro las sábanas que cubrían el cuerpo de Kayla, aún tenía la ropa que había usado durante el día.

-¿Cómo entraste aquí? -fue inconscientemente hasta el armario a buscar algo de ropa pero se detuvo de nuevo -Espera, ¿A donde quieres que vayamos?

-Bueno -habló el chico algo desconcertado -Normalmente me tomaría otra hora hacer que si quiera me dirigieras una mirada, y mucho más convencerte de salir, pero en vista de que estas muy dispuesta corriendo al armario por ropa, seré bueno y te diré.

Kayla lo miró expectante.

-Me invitaron a una gala en el Palace, pero tengo que llevar pareja obligatoria y no estaba dispuesto a llevar a uno de mis acostones a un lugar con prensa.

-Pero es viernes -se dijo mas para ella misma -los viernes no hacen eventos de ese tipo en el Palace por el contrato.

-¿De que hablas Scar? -Cameron la miraba, Kayla empezó a sudar, si seguía actuando así, la descubrirían. -¿Cuál contrato?

-No, nada estoy pensando en el trabajo, no me hagas caso.

-Bien, apúrate, necesito que vayas espectacular, todos saben que eres mi hermana, pero es mi imagen la que está en juego.

-Cameron esas cosas empiezan temprano, ¿Qué te hace pensar que nos dejaran pasar a esta hora?

-Empezó hace tan solo una hora Scar, anda muévete.

Decidió no decir nada más, se arregló lo más rápido que pudo, y salieron del apartamento.

Abajo ya los esperaba un auto y llegaron unos minutos después, Kayla se sentía expuesta, tenía que averiguar quien organiza una gala en viernes en el Palace, o mejor aún, por que habían roto su contrato, está bien que llevaba ya varias noches sin hacer acto de presencia, pero nunca había dicho que ya no iría.

Entró con su hermano, a pesar de no ser la hermana que él creía haber llevado y se dejó fotografiar a petición de él.

Nunca había estado en un evento así, solo esperaba que su hermana estuviera muy ocupada con su chico como para molestarse en llegar a dormir.

-Scar, iré a saludar a unos amigos. -dijo Cameron -¿Te molesta?

-Para nada -dijo, esa era su oportunidad para escabullirse al bar del hotel y ver cuantas corbatas rojas había decepcionado.

-Bien, no tardo.

Asintió y vio a Cameron desaparecer en la multitud, había mucha gente que reconocía de las revistas de chismes, al parecer estaban ahí para hacer donaciones a alguna fundación.

Cuando estuvo segura que su hermano no notaría su desaparición momentánea salió del salón, sonriéndole a todos los que la reconocían -como Scarlet claro.

Finalmente llegó al bar, el cual la dejó sorprendida, no había corbatas escarlata, ni una siquiera, ¿Tan pronto se habían olvidado de ella?

Es verdad que los hombres se cansarían de pagar por no ver a nadie, pero tan pronto habían dejado de hacerlo, eso explicaba los nulos ingresos a su cuenta de banco.

-Señorita, ¿La puedo ayudar en algo? -dijo un mesero en la barra.

-No, yo solo, olvídelo, debo volver a la gala.

El mesero la miro raro y se fue a atender a alguien mas en la barra.

El día siguiente debía llamar, tenía que hablar con el gerente para saber que había pasado.

Volvió a la gala y busco a su hermano, tenía ganas de volver al pent-house y dormir, pero no lo encontró.

Aburrida pidió un taxi y dio la dirección de Scarlet.

Al llegar no pudo bajarse del taxi, al contrario, pidió que le diera una vuelta más a la manzana.

Había visto llegar a Scarlet, y la había visto despedirse de su cita, Max.

No podía dejar que la viera, sabría que Scarlet la conocía y podría delatarla a Urda.

Cuando volvió al frente ya no estaban, bajo y pagó el taxi.

Después de todo lo que le contó, esperaba que Scarlet no volviera a ver a Max, se había equivocado.

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