Estaba asustada.
Tenía frío.
Tenía hambre.
No entendía nada.
Scarlet estaba sentada en la parte trasera de una camioneta, estaba atada de pies y manos y una mordaza cubría su boca.
Por su mente pasaba cada segundo desde que un camarero en la fiesta le había dicho que Kayla la estaba esperando, supo de inmediato que algo había pasado, por unos segundos olvido su situación y pensó en su hermana.
¿Le habrían hecho algo? ¿Estaría siendo llevada al mismo lugar? ¿Estaba viva?
No podía parar de llorar y eso parecía alterar aún más al tipo que estaba junto a ella, bloqueando la puerta.
La noche estaba tan oscura que no podía ver quien conducía, pero aunque lo hiciera, no podría reconocerlo.
El movimiento del auto se detuvo y su curiosidad la hizo asomarse por la ventana, un faro del alumbrado público dejaba ver tan solo una silueta frente a la entrada de una casa.
El tipo que conducía se bajo del vehículo junto con el copiloto, Scarlet de nuevo empezó a pelear con sus amarres, ya tenía las muñecas enrojecidas, pero tenía que huir.
Uno de los tipo que se habían bajado volvió y abrió la puerta trasera, se bajo el grandullón que le bloqueaba la salida y le liberaron los pies.
Uno de los tipejos la jalo del brazo hasta hacerla bajar de la camioneta y la puso frente a la propietaria de la silueta.
Era una mujer, aparentaba tener unos cincuenta años, estaba fumando y le soltó todo el humo de su última calada en la cara.
-Bien hecho chicos. -habló la señora mientras les tendía a los gorilas un manojo de dolares -La última vez la tratamos mejor y se dio a la fuga.
-Gracias señora, nos retiramos.
Los gorilas subieron a la camioneta y dejaron a una petrificada Scarlet frente a esa mujer que le causaba escalofríos, en su mente se conectaron algunas ideas y empezó a caer en cuenta de lo que pasaba, lo que menciono la señora unos momentos antes la hizo reaccionar, ella no estaba ahí por ayudar a su hermana, estaba ahí por que esa gente pensaban que era Kayla.
-Si que eres estúpida niña -le dijo la mujer -Escapaste de mi para ir a meterte a la boca del lobo, ¿Qué pensaste? ¿acaso creíste que si ibas con tu familia te dejaríamos en paz?
Scarlet se giró para echarse a correr, no podía gritar y mucho menos mover sus manos, pero ni tiempo le dio mover un pie por que la mujer ya la tenía del cabello.
-No Kayla, no te irás de nuevo, hay alguien esperando para verte, vino exclusivamente por ti.
Jalándola del brazo la llevo hasta el interior de la casa, todas las ventanas tenían protecciones de hierro forjado y una alta pared rodeaba toda el área, sería imposible escapar de ahí, la joven notó un ar de guardias con armas en las esquinas de la propiedad y de nuevo volvió el miedo, quería gritar que no era Kayla, que su nombre era Scarlet, pero eso le preocupó más, no quería que fueran de nuevo tras su hermana, decidió quedarse quieta y esperar un poco, Kayla notaría su desaparición y daría aviso a su familia, la empezarían a buscar y con toda la información que podía dar su hermana, la encontrarían rápido.
En el interior de la casa esperaba un hombre, se veía algo viejo y tenía una barba de varios días, estaba sentado en un estudio y parecía estar viendo el premio mayor de la lotería en cuanto sus ojos se posaron en la chica.
-Kayla Morgan -dijo él dirigiéndose a la señora. -Por fin recuperaste a tu hija, eso hay que celebrarlo.
-Sin duda que Kayla vuelva a nuestro lado me hace muy feliz.
La mujer hizo que Scarlet se sentara en uno de los sofás del estudio y le quitó la mordaza.
-¿Cuánto nos extrañaste niña? -le cuestiono la mujer -Hijita querida moría por tenerte en mis brazos.
-Dejame ir, es lo mejor para todos -dijo tranquila Scarlet, no sabía como era Kayla con estos sujetos, pero con el carácter que poseía su hermana no creía que fuese muy amable, sabía por las conversaciones con Scarlet que la mujer que decía ser su madre se llamaba Urda, pero nada más.
-Tú no das las ordenes Kayla -habló el hombre mientras le daba una copa de vino a Urda y el mismo se servía una -Ya deberías saber quien manda aquí.
-Señor, por favor..
Una carcajada salió de los labios de sus captores.
-¿Señor? Debieron haberte golpeado en la cabeza -dijo Urda.
-La última vez que nos vimos era -el hombre se quedo pensando un momento -William el cerdo rabo verde infeliz que te había destruido la vida.
Así que este era el padre de Max, Scarlet palideció completamente, Max podría ayudarla, el también notaria su desaparición y podría unir los puntos junto con Kayla, si tan solo ella le perdiera el mido, Max no sabía mucho de los negocios de su padre, pero no estaba buscando a Kayla.
-Trataba de ser amable -dijo sarcástica para cubrir su error. -Mi hermana sabe de mi existencia, Scarlet va a dar conmigo.
-¿Cuál hermana? -siguió William -Esa que no sabía de ti hasta hace un mes, no moverá un dedo por ti, ella si tiene una vida.
-Ella me demostró que puedo contar con ella -dijo una muy molesta Scarlet -Nunca me dejaría.
-Pero cuanta confianza -Urda se había terminado su copa de vino y se estaba sirviendo más -Donde quedó todo el odio que sentías por esa... ¿cómo la llamba William?
-Mojigata ricachona nena de papi. -respondió él. -Un largo sobre nombre para la que ahora según tú es la mejor hermana del mundo.
-No la conocía -Scarlet se sentía dolida por como su hermana pensaba antes de ella, todo era culpa de sus padres. -Ella no es como mis padres.
-De verdad deliras, creo que es mejor que vayas a dormir. -Urda se levantó y de nuevo la jalo del brazo.
-No puedo estar aquí mucho tiempo Kayla, mañana salimos a primera hora -le dijo William.
-No iré a ningún lado con ustedes, mi familia vendrá a salvarme, los refundirán en la cárcel... -estaba gritando como loca y de nuevo Urda le puso la mordaza.
Scarlet los miraba con odio, ahora entendía por que su hermana había permanecido oculta, estos eran seres despreciables, pero ya conocerían a la familia Black, no se saldrían con la suya.
Al menos eso esperaba Scarlet.
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Lady Escarlata
ChickLitScarlet Black... ¿Necesita un hombre millonario? Para nada, ella puede trabajar y lo hace de maravilla. ¿Necesita un hombre obsesivo y dominante? ¡Ja!, ella solo obedece a sus padres (a veces) ¿Necesita un Playboy "todas mías" con aires de grandeza...