Era él, estaba segura.
Kayla miraba por una abertura en la puerta al hombre que había ido al apartamento de su hermana, y en cuanto lovio de frente no quedó mas duda, esa voz y esos ojos no podían ser de nadie mas.
Era el hombre misterio, aquel que había despertado en ella lo que ningún otro hombre había hecho jamás.
Pero al parecer conocía a su hermana, y le gustaba.
Claro, la señorita Scarlet Black quitándole todo, como siempre.
Debía aceptar que su hermana no era la esnob que ella pensaba, pero aún así no podía quererla, había crecido odiándola y envidiando la vida que la linda y tierna socialité tenía, ella solo podía gozar de la vida de lujos los viernes por la noche, ya que por las mañanas debía mantenerse oculta para no llamar la atención y evitar a Urda, pero eso no había servido de nada.
Y ahora estaba ahí, escuchando como aquel hombre que tantos dolores de cabeza le había causado tonteaba con su hermana, hasta que escucho algo que le llamó la atención.
-Se que tú eres Lady Escarlata. -dijo el hombre misterioso a su hermana y de nuevo la vida volvió al los ojos de Kayla, coqueteaba con Scarlet por que pensaba que era ella.
-Yo no... -empezó su hermana, pero le quitaría el protagonismo, no le importaba arriesgarlo todo.
-Ella no es Lady Escarlata -dijo Kayla y se paró recta en la puerta de la habitación -Soy yo.
Ambos rostros giraron a verla en cuanto escucharon su voz, el de Scarlet estaba completamente confundido, como lo había estado desde la noche anterior cuando llegó y el del hombre misterioso tenía una perfecta mueca de sorpresa.
-Esperen... ustedes son...
-Gemelas -dijo Kayla con una mueca de fastidio.
-¿Alguien puede explicarme quién rayos es Lady Escarlata?
-Una actriz -respondió Kayla justo al mismo tiempo que Matt contestaba.
-Una prostituta -dijo él.
Kayla lo miró con los ojos desorbitados, estaba a punto de tirársele encima cuando de nuevo habló Scarlet.
-¡¿Creíste que era una prostituta estúpido demente?!
Y ahí fue cuando todo el odio de Kayla hacia su hermana volvió, ¿acaso pensaba que era tan malo serlo?
-No puedo creer que vengas hasta mi apartamento a insultarnos a mi hermana y a mi de esta manera, yo soy egresada de Columbia y mi hermana...
Se quedó callada en cuanto se dio cuenta que no sabía la respuesta a eso, Kayla estaba furiosa, su hermana pensaba que ser prostituta era algo denigrante, pero que podía esperar de una niña de mami y papi que creció con todas la comodidades que el dinero puede comprar, ademas de que tuvo la oportunidad de estudiar y poder hacer su vida como una persona normal.
La tensión en aquella habitación podía cortarse con un cuchillo, las tres personas se veían entre si pero ninguna se atrevía a soltar palabra.
Kayla miró a Scarlet furiosa, estaba a punto de soltarle todo el odio que tenía cuando Matt se atrevió a hablar.
-Lamento todo esto, yo no debí venir aquí. -el hombre se notaba completamente conmocionado y empezó a caminar hacia la puerta y Kayla no podía dejarlo ir sabiendo su secreto.
-Espera -dijeron ambas y se miraron, con lo ojos Scarlet le dio a entender a su hermana que hablara ella.
-No puedes decirle a nadie que existo, ni quien soy, ni que hago, mucho menos donde estoy.
-Tranquilas señoritas Black, no diré nada.
El chico salio del pent-house y Kayla se sentía mareada, nadie nunca la había llamado señorita Black, y no pensó que alguien fuese a hacerlo algún día.
Las hermanas se miraron y Scarlet fue a sentarse a uno de los sofás de la sala de estar.
-Bueno, creo que aún nos falta mucho de que hablar -dijo mientras tomaba su móvil -Cancelaré mis citas de hoy y llamaré a mamá para decirle que estoy viva y que no envíe a nadie a verificarlo.
-Bien -Kayla se sentía aturdida, tendría que revelar mas información de la necesaria a su hermana y esto como todo lo que había sucedido desde la aparición de Urda, interferiría con sus planes.
Tomó asiento frente a Scarlet, mientras buscaba una buena razón para explicar por que su nombre de prostituta, tenía el nombre de su hermana.
Sería un día largo.
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Lady Escarlata
ChickLitScarlet Black... ¿Necesita un hombre millonario? Para nada, ella puede trabajar y lo hace de maravilla. ¿Necesita un hombre obsesivo y dominante? ¡Ja!, ella solo obedece a sus padres (a veces) ¿Necesita un Playboy "todas mías" con aires de grandeza...