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Todo era silencio.

Scarlet estaba sentada fuera de una habitación en un hospital de  Florencia, una manta cubría su cuerpo.

Las escenas se repetían una y otra vez en su cabeza, parecían querer torturarla al aparecer en cámara lenta.

Solo estaba segura de algunas cosas en ese momento.

Era libre y William Bennet estaba muerto, eran las principales.

No sabía cual era el paradero de Urda, al parecer huyó en la balacera, sabía que Maximilian estaba siendo procesado en Nueva York.

Las chicas que estaban aún atrás en la oficina de la casa de seguridad habían sido rescatadas, no sabía que pasaría con las demás mujeres y niñas que la red de trata de William había ido consiguiendo a lo largo de los años.

Esperaba poder ayudar, haría todo lo que estuviera en sus manos para evitar que mas mujeres cayeran en ese tipo de vida.

Sus padres la miraban desde el otro lado del pasillo, estaban igual de preocupados que ella, Jennifer había llegado una hora atrás y había ido por comida junto con Jason.

Cameron estaba sentado a su lado, abrazándola y dejándola estar tranquila, agradecía que su familia no hiciera preguntas, no tenía cabeza para responder.

Matt salió de la habitación en ese momento.

Tenía los ojos tan rojos como dos cerezas.

Todo el sonido volvió a Scarlet cuando tras de Matt un médico y dos enfermeras corrieron al cuarto donde estaba Kayla, su hermana.

Gritos del médico pidiendo el desfibrilador* y el llanto silencioso de Matt le dijeron que estaba pasando lo que tanto había temido su familia.

Sus madre empezó a llorar, nunca la había visto tan mal, trataba el de imaginar el dolor que sentía perder una hija, de nuevo.

Su padre no podía hablar, solo consolaba a Ava Black entre sus brazos, pero era evidente que ese hombre tan fuerte como un roble se estaba quebrando.

Jason regresaba con la comida, cuando vio el alboroto dejó caer las bolsas y abrazó a su prometida.

Cameron se levantó de la silla y abrazo a sus padres, había aceptado a su hermana perdida después de todo.

Y Scarlet, lloró.

Lágrimas y más lágrimas salían de sus ojos, todas las que no había derramado desde que vio el cuerpo de su hermana tendido en el suelo frente a ella.

La bala iba a su corazón, William iba a matarla a ella, pero en ese momento su hermana salió de detrás de la cortina, no le dio tiempo de reaccionar, cuando se dio cuenta William había jalado el gatillo.

Segundos después los policías le habían disparado a él, pero fue demasiado tarde, Kayla estaba perdiendo mucha sangre, la bala  le había dado en un costado.

De inmediato la atendieron y la sacaron de ese lugar en una ambulancia, Scarlet había ido con ella.

-Te perdono -le susurró en la ambulancia -Te perdono por todo hermana.

Cuando llegaron al hospital su hermana estaba ya inconsciente, la bala había perforado uno de sus pulmones y las esperanzas de salvarla eran muy pocas.

En ese momento el médico salió de la habitación y la miró fijamente a los ojos, no dijo nada, no era necesario.








Kayla Black murió a los veinticuatro años de edad.

Sus padres habían logrado hacer los trámites correspondientes para que toda la documentación tuviera el nombre correcto de su hija y además pudieran trasladar sus restos a Nueva York de manera inmediata.

Finalmente Kayla había logrado convertirse en una Black.

Scarlet estaba inconsolable, no sabía como era posible ganar y perder una hermana en tan poco tiempo.

Sus padres estaban desechos, a final de cuentas su pequeña estaba muerta y esta vez no llegaría un día con la noticia de que había sobrevivido.

Jason jr. miraba fijamente como ponían los restos de su hermana en dentro de la capilla familiar en la casa Black, de nuevo lloraba su muerte, pero esta vez sabía lo que la muerte era en realidad, ya no era un pequeño de seis años esperando a sus hermanitas recién nacidas.

Cameron no comprendía, no podía sentir dolor por una hermana que jamás conoció, pero verla dar la vida por Scarlet era el mejor regalo que su perdida hermana menor pudo darle, eso bastaba para sentir un enorme nudo en la garganta, le hubiera gustado que su hermana escuchara el enorme agradecimiento que le tenía, había salvado a Scarlet y eso se lo debería toda la vida.

De Matt no supieron nada después de llegar al aeropuerto, envió un enorme arreglo de rosas rojas al funeral, pero no se apareció, necesitaba llorarla solo.

Era un día negro en Nueva York.





*Aparato médico que se usa para reanimar a los pacientes en caso de paro cardíaco.

¿Quieres saber como se conocieron Max y Jason?

Ya puedes leer el capítulo especial "La fiesta del demonio", para saber la historia completa sobre el encuentro de esos dos, es un capítulo privado, así que no olvides seguirme.

Lady EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora