Lady Escarlata

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-¿Por que mi hermana? -preguntó Scarlet a Urda de pronto, ambas estaban en la habitación de la chica, le habían llevado la cena. -Es decir -continuó cuando vio la mirada de confusión de la mujer -Entiendo por que la buscaron cuando huyó de ustedes, pero ¿por que mis padres los contactaron para entregarla? O ¿Por que fue ella y no yo? ¿Cómo es que hicieron el trato?...

-Basta niña, ¡Basta! -la mujer estaba exasperada -Son demasiadas preguntas y son cosas que a ti no te importan.

-En realidad si, me importan mucho.

-Bueno, ya que no volverás a ver a tu querida familia -sonrió -y la tonta de tu hermana quemó su última carta, te contaré, no hay riesgo.

Urda se sentó frente a Scarlet y empezó el relato con una sonrisa de suficiencia en su cara.

-Verás, hubo un tiempo en que yo estaba perdidamente enamorada de William, pero no podía ser mas que su amante por que el hombre ya estaba casado con una mujer odiosa, solo para poder unir las empresas de las familias de ambos.

"En fin, yo por ese entonces era prostituta en un burdel que William frecuentaba por ser el dueño.

Cada que me visitaba me juraba amor eterno, pero realmente solo era una tonta más, nadie en su familia sabía de sus otras empresas, y no tenía el apoyo de una mujer así que empecé a ser su pareja en las reuniones con los socios, pero luego nació su hijo y desbordo toda su atención en él, era la manera de su esposa de retenerlo.

Un par de años mas tarde William intentó hacer negocios sucios con tu padre, el pensó que sería un cliente perfecto pero el Idiota de Jason no tenía ojos mas que para tu madre, amenazó a Will con denunciarlo y así lo hizo, casi perdía todo, pero bueno el juez que llevó el caso era cliente frecuente y no se quería ver involucrado.

Así que cuando se hizo el anuncio en las revistas de que el matrimonio Black tendría a su tercer hijito empezó la venganza de Will.

Me hizo entrar a trabajar como enfermera al hospital donde los Black pensaban tener a su bebé, unos meses después salió en todas las revistas de sociales que no era uno, sino dos lo herederos y luego vino el anuncio de que eran por fin las pequeñas niñas Black que tanto habían anhelado Jason y Ava.

A mi no me conocían ellos, y de William no habían tenido noticias, así que el día del parto fue muy fácil ser la enfermera que atendió a tu madre.

Kayla nació, pesó dos kilos y midió treinta centímetros, pero no lloró, y yo no hice que llorara.

Tu madre nos pidió verla pero yo me la llevé, dije que había nacido muerta y que la llevarían a neonatología para detectar la causa.

Diez minutos después naciste tú, tuviste la suerte de nacer diez minutos tarde por que ya no pude volver por ti, el plan era llevarnos a las dos, hacerlos sufrir.

Solo pudimos sacar a Kayla, la crié como mi hija hasta que te vio en la televisión, ella insistía en buscarlos y le conté la pequeña mentira de que ellos no la querían, tiempo después estuvo lista para el negocio y los despreció mas que nunca, los odiaba."

Urda había terminado su relato, Scarlet estaba sorprendida, su padres no habían regalado a Kayla, pensaban que estaba muerta, nunca lo mencionaron, y Jr. tendría seis años por ese entonces, él debió saber la verdad, al menos que una de sus hermanas nació muerta, ¿Por eso era tan frío y sobre-protector?

Kayla debía saber la verdad, sus padres la amaron tanto como a ella y sus hermanos, pero Scarlet empezaba a creer que nadie la salvaría.

Urda salió de la habitación, la dejo sola con sus pensamientos.

Si lograba acceder de nuevo a la oficina de William, había visto un teléfono de escritorio la última vez que estuvo ahí, quizá solo era ornamental pero, si resultaba estar conectado llamaría a su casa, pediría ayuda.

Giró el picaporte y salió a puntillas de su habitación, no había rastros de personal o de sus captores.

Llegó a la gran puerta y se detuvo unos minutos frente a ella, había mil posibilidades de que algo saliera mal, pero eso no importaba, de todos modos ya estaba en ese lugar, ¿Qué podía perder?

Entro en la habitación con la pasarela y caminó muy despacio.

Cuando asomo la cara entre las cortinas, se tranquilizó, no había nadie en al oficina, así que podría husmear tranquila.

Llegó hasta el escritorio y tomo el auricular del teléfono entre sus manos, cuando lo puso en su oído el alma le volvió al cuerpo, daba línea.

Marco la lada del estado de Nueva York, no sabía exactamente en que parte del planeta se encontraba pero debía ser cerca de Italia por algunos documentos que alcanzaba a ver en el escritorio.

En su casa debía ser de noche, y estaban tardando en responder, pequeñas gotas de sudor bajaban por la frente de Scarlet, pedía a un poder divino que a nadie se le ocurriera ir a aquella oficina.

-Residencia Black. -escuchó por fin a una somnolienta empleada de sus padres.

-Buenas noches, soy Scarlet, por favor comuníqueme con mi papá de inmediato, es un asunto de vida o muerte. -dijo la joven lo más rápido y bajito que pudo.

Escucho el sonido de pasos en las escaleras y como alguien más tomaba el teléfono.

-¿Qué pasa florecilla? ¿Estás bien? -Scarlet casi llora de alegría al escuchar a su padre.

-Papá, tienes que escucharme y poner atención, no hay tiempo para preguntas, William Bennet me tiene secuestrada en una casa de seguridad fuera del país, la que ha estado con ustedes es Kayla Morgan la gemela que creyeron que estaba muerta, les explicaré mas cuando me ayuden a salir de aquí.

El sonido de la llamada cortada sonó.

Cuando giró vio la furiosa mirada de William Bennet, junto con el cable del teléfono arrancado.

Esto se pondría feo.

Ya puedes leer el capítulo especial "La fiesta del demonio", para saber un poco más de como se conocieron Jr. Y Maximilian.

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