Cap5 - 'Nada'

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Detengo a Ian a la mitad del pasillo, con valentía lo tomo del brazo y lo giro hacia mí, él caminaba con tanta seguridad en su interior, que por un momento de verdad pensé que esto terminaría mal.

– ¿A dónde vas? – pregunto asustado.

– ¿Cómo que a donde voy Jersey? Solo mírate el rostro, tu hermano te ha roto el labio con solo un golpe.

– Lo sé – respondo acelerado – Pero ese problema supongo que lo arreglaré después, si haces algo me meterás en problemas.

– ¿De verdad no quieres que haga algo? – Pregunta confundido y sorprendido – ¿Ni siquiera un golpe en el estómago? ¡Al menos uno solo!

– No – respondo con un susurro – Por favor – Ian se me queda viendo, luego rodea la mirada y asiente de forma pensativa.

– De acuerdo, yo no haré nada.

– Bien – respondo más tranquilo.

– Jersey te veo después en el trabajo, ahora tengo cosas que hacer.

– Nos vemos – digo. Ian se gira y comienza a caminar pero esta vez más lento y sereno que hace un rato.

Yo vuelvo a la biblioteca y tomo mi mochila, paso al baño por un momento para humedecerme las manos y el rostro, levanto la mirada cuando escucho sonar el timbre que nos indica que ha llegado la hora de salida. Me tardo más de lo que pensaba en salir ya que el baño que usé estaba casi al final del Colegio, no encuentro a Leyla en la salida, decido caminar solo y finalmente me la encuentro ya en el restaurant, ella me sonríe para saludarme y yo le regreso la sonrisa.

Bruno, el jefe del restaurant, me pide a mí que vaya hasta la bodega y que haga un inventario de todo lo que hay, tomo una libreta y paso un rato escribiendo cosas, aquello hace que mi turno se sienta menos largo, ya que no me doy ni cuenta del momento en el que comienzo a caminar de regreso a mi casa.

Pienso en que Ian me ha llevado todos los días, pero esta vez ha salido un poco antes y supongo que eso me indica que caminaré, o al menos eso es lo que pensaba, ya que comienzo a sentir un ruido de motocicleta a un lado de la carretera, ruego que sea Ian y no alguno de los Animales que nos siguieron hace unos días. Cuando veo que es alguien a solas, identifico la motocicleta de Ian.

– ¿Te llevo? – pregunta.

– Pensé que te habías ido antes – agrego confundido.

– Si es cierto, había olvidado esto – Ian me entrega un casco de seguridad, pero este no es el de él, sino uno distinto, no es para nada nuevo, pero aun así es curioso que Ian lleve otro casco con él.

– ¿De dónde salió? – pregunto mientras lo tomo, es de color negro y tiene unas finas líneas color rojo.

– Oh solo es mi casco viejo, ya que se te hizo costumbre subirte a mi motocicleta, no quiero arriesgar mi cráneo si es que tenemos un accidente camino a tu casa – agrega él con despreocupación mientras yo me siento atrás – Sostente fuerte.

– Listo – respondo nervioso, cada vez que debo abrazarlo para no caerme de la motocicleta, siento una electricidad que recorre mi cuerpo.

Esta vez el viaje es más tranquilo, nadie nos sigue y llego a casa justo a tiempo, me bajo y le regreso el casco de seguridad a Ian, pero él no me lo recibe.

– Quédatelo – dice – Llévalo al Colegio cada lunes, miércoles y viernes, o si quieres lo llevas todos los días, tú decides.

– ¿No crees que es un abuso no pagarte cada vez que me traes a casa?

Sobre La MotocicletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora