Tomo asiento en mi cama y Ian recarga su cuerpo en el espaldar de ella, la tierra seca en los brazos me molesta así que frustrado me pongo de pie y le digo a Ian que debe esperarme a que me limpie primero si es que quiere saber lo que ha sucedido.– ¿Por qué te llevas tu mochila al baño? – pregunta Ian cuando me ve levantar mi bolso del suelo. Debería decirle que tengo mis medicinas allí y que estoy perdiendo el tiempo justo ahora mientras no me las tomo, pero como decidí no decirle a nadie el tema de la enfermedad, debo inventar algo.
– Tengo... tengo mi perfume aquí.
– ¿Y para qué te vas a poner perfume? Ya no tiene sentido a esta hora de la noche.
– Ya déjame y espérame – Escapo de mi cuarto y me encierro en el baño, me tomo la medicina con un poco de agua y me prometo no dejar de nuevo que los problemas me hagan despreocuparme de lo que sucede con mi salud.
Regreso a mi cuarto y cierro con seguro para que Franco no entre, me vuelvo a sentar y no me doy cuenta de lo cerca que estoy de Ian hasta que nuestras miradas se juntan a unos 10 centímetros de distancia.
– ¿Ya vas a decirme lo que ocurrió? – pregunta él.
– No sé – respondo dudoso – Sabes que no me gusta hablar de mis problemas y todo eso.
– Fue Franco, ¿Cierto? – Yo lo miro, y aquel hilo de confianza que existe entre nosotros aparece y me obliga a revelar todos mis secretos.
– Si – confieso – Finalmente me dijo que me odiaba.
– ¿Qué? – Pregunta Ian sorprendido – Debes estar bromeando.
– No – susurro – él lo dijo de forma muy clara, pero no importa.
– ¿Cómo que no importa Jersey? Tu hermano no puede llegar y decirte cosas así.
– Hay cosas más importantes que hablar, Ian ¿Tu Madre está enojada conmigo por no haber ido hoy a cenar?
– No, tranquilo – dice Ian con una carcajada – Como estoy suspendido, fui a buscarte al Colegio pero no saliste nunca, pensé que te pasaba algo así que le dije a Mamá que dejara la cena para otro día, está todo bien, pero pasado mañana tienes que ir si o si, ¿De acuerdo?
– Por supuesto, no faltaré – Ian se pone de pie y abre la ventana del cuarto.
– Espera – dice él antes de irse – Lo de Franco es una cosa, pero aún no me dices por qué llegaste todo sucio, ¿En dónde estabas?
– Encontré un lugar lindo a unas cuadras de aquí y me quedé acostado todo el día, por eso se me olvidó la cena y todo eso.
– ¿Nada más?
– Pues... al parecer los problemas me persiguen un poco – respondo avergonzado – ¿Recuerdas aquella vez que me dijiste que los Animales pueden saber quién soy por culpa de Mirko?
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Sobre La Motocicleta
Fiksi RemajaEl Padre de Jersey jamás les ha prestado mucha atención a sus dos hijos. Y Jersey solo acepta aquello, principalmente porque no tiene la valentía suficiente para subirle su tono de voz ni a su Padre o a su fastidioso hermano. Jersey se podría decir...