Capítulo 33 - 'Franco'

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Mi día se me hace muy largo, más de lo normal y mientras me quito uno de mis audífonos yo comienzo a buscar un par de apuntes que he perdido y necesito con mucha urgencia para un examen del Colegio. Busco por todos lados y cuando un par de libretas se me caen al suelo, me agacho para levantarlas pero Franco se me adelanta y me las entrega.

– Hey – dice.

– ¿Cómo estás? – le susurro.

– Bien – agrega él con una sonrisa incómoda – Papá se ha ido, así que estoy solo de nuevo.

– ¿Ha dicho algo más después de que me he ido? – le pregunto curioso mientras cierro la puerta de mi casillero.

– No, pero de todos modos quiero hablar contigo algo importante.

– ¿Qué sería? – agrego.

– Oh, no podemos hablar aquí; ¿Nos vemos más tarde?

– De acuerdo – respondo atemorizado – ¿Quieres que vaya a casa o...?

– No – dice él de inmediato – ¿Qué te parece en el parque que está cerca del restaurant donde trabajas?

– Okay – el timbre para regresar a clases vuelve a sonar y Franco se despide de mí para irse, yo camino hacia la biblioteca y tomo asiento en una de las mesas que están en el rincón del lugar. Me quedo a solas por un rato pero luego Ian llega para hacerme compañía durante el resto de la hora de estudio.

– ¿Cómo te has sentido? – me pregunta él.

– Bien, mientras me tome las medicinas todo está bien Ian, tranquilo – Ian asiente y luego sonríe.

– Te he traído algo – Ian se muerde su labio mientras cierra el libro que tenía en mis manos y me obliga a ponerle atención – Noté hace un tiempo que se te congelan las manos cuando estás conmigo sobre la motocicleta, ¿No es así?

– Creo... – respondo riendo – Aquí no se conoce ni el verano o la primavera, siempre hace frío, así que tal vez puedes tener razón.

– Pues, tengo un regalo que solucionará aquello – Ian abre su mochila y sus mejillas se sonrojan ligeramente – Ten, estos son tuyos – él me entrega un par de guantes de cuero color café, los toco por dentro, noto lo abrigados que son y sonrío de inmediato cuando me los pongo. Me percato que ambos guantes tienen bordada la letra I en ellos – Los míos tienen la letra J bordada – Ian se pone sus guantes los cuales hacen juego con los míos y los miro detenidamente para comprobar que es cierto lo que ha dicho, la letra J de Jersey está bordada en ellos – Dime algo, ¿Te gustan?

– Solo... solo me quedé sin aliento, es todo – sonrío – ¡Me encantan! Pero, ¿Tú los hiciste?

– No claro que no – ríe Ian mientras baja la mirada – Yo los compre obviamente, pero mi Madre les ha bordado las letras a ambos, en serio ella te tiene un montón de cariño.

– Cariño – susurro – Ian, he estado pensando una cosa que me tiene un poco intranquilo.

– ¿Qué cosa? – Pregunta él mientras acaricia mi mano al parecer sin haberse dado cuenta de aquello.

– No puedo vivir en tu casa Ian, no me gusta aprovecharme de lo gentiles que han sido tus Padres, además creo...

– No Jersey – dice él con un tono de voz amenazante – Te quedarás el tiempo que sea necesario, ¿Escuchaste? Todo está bien con mis Padres.

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