Cap17 - 'Para Mí'

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Ian me mira de forma perpleja, mantiene presionado los frascos de medicina en su puño mientras su Madre se acerca y le dice que debe calmarse.

– ¡¿Son drogas sí o no?! – grita él.

– No... ósea, si pero...

– Genial Jersey, ¡Genial! – Ian lanza los frascos de medicina al sofá y camina hasta su cuarto.

– ¡Ian! – Le grita su Madre, escuchamos el portazo y ella solo abre la boca sorprendida – Jersey lo siento, él no suele actuar así.

– Tengo... tengo que irme – digo mientras tomo mi medicina y la guardo en mi mochila.

– Espera Jersey, no te vayas así.

– Lo siento, pero... pero debo irme... – Le sonrío de forma nerviosa, escapo de aquella casa y comienzo a caminar con mucha rapidez, me detengo a la mitad de la carretera cuando toda la vista se me comienza a nublar – Ahora no, un ataque ahora no... – Susurro en silencio mientras tomo asiento, recuerdo que Leyla estuvo conmigo cuando el doctor me dijo lo que tenía que hacer al momento de un ataque, me tomo la medicina sin agua y le marco a Leyla.

– Jersey, dime...

– ¿Recuerdas... recuerdas... lo que... que dijo el... el...

– ¿Jersey? ¡Oh por dios Jersey! ¿Estás bien? ¿Dime que ocurre?

– Ley... Leyla... ¿Recuerdas...

– Respira profundamente – dice ella – inhala y exhala tres veces, recuéstate Jersey... – Me arrastro un poco para esconderme entre medio del bosque, cuando estoy a unos tres o cuatro metros de la carretera me recuesto y comienzo a respirar – Cierra los ojos pero mantente concentrado en alguna cosa que te calme, respira, inhala y exhala – Hago todo lo que Leyla dice y luego de un rato, comienzo a notar que el dolor en mi pecho disminuye – ¿Ya te sientes mejor? ¡Por favor Jersey respóndeme!

– Me gusta Ian – suelto de una vez por todas.

– ¿Qué? – Pregunta ella.

– Esto me está matando Leyla, pero me gusta Ian, él es lo que me hace sonreír todos los días... y lo perdí – Cierro los ojos cuando tomo asiento, una lágrima se me escapa y comienzo a sollozar.

– Jersey dime dónde estás e iré por ti en 10 minutos.

– Estoy cerca de la casa de Ian, a unas cuatro o cinco calles a la izquierda de su casa.

– Bien, espérame en la carretera – Asiento aunque Leyla no puede verme, camino despacio hasta llegar al camino, Leyla aparece en un auto color negro luego de un rato – Ven, te llevo a casa.

– No quiero irme a mi casa – Susurro con la mirada abajo cuando tomo asiento con ella en el auto.

– Pues entonces vamos a otro lugar que conozco – ella me sonríe con amabilidad, la oscuridad de la carretera me hace cerrar los ojos, los vuelvo a abrir cuando Leyla me dice que hemos llegado al lugar que ella quería llevarme.

Tomamos asiento en un largo campo de césped, ella me mira y yo le sonrío avergonzado.

– Sobre lo de hace un rato...

– Te estaba destruyendo no decírselo a alguien, ¿No es así? – Dice ella con una sonrisa, yo asiento, ella gira su rostro y mira la luna – ¿Qué te gusta de él? Se nota que te tiene muy enamorado.

– Pues... no lo sé – respondo confundido – Es un sentimiento que nació en mí el primer momento que lo vi, es algo tan grande que no lo puedo controlar.

– Si... sé lo que se siente, pero ¿Por qué dices que lo perdiste?

– ¿Recuerdas que dije que nadie sabía lo de mi enfermad? – Ella asiente con delicadeza – Ian descubrió las pastillas de medicina, pensó que me drogaba, lo cual es tremendamente cierto pero no de la forma que él cree.

– ¿No le explicaste las cosas?

– No pude – confieso – Este maldito dolor comenzó a aparecer y fui incapaz de hablar o de pensar, así que ahora Ian piensa lo peor de mí.

– Ian... ¿Ian siente cosas por ti?

– Claro que no – río nervioso al escuchar eso – a Ian le gustan las chicas.

– ¿Él te lo dijo?

– No pero...

– Jersey... Jamás le he conocido una novia a Ian Nightmire, en todos estos años tú eres el único que se ha acercado a él sin sentirle miedo, y él parece estar a gusto contigo, ¿No es algo raro eso?

– Somos solo amigos – susurro con tristeza – Amigos...

– Nunca se sabe lo que te tiene preparado el futuro Jersey, todo es... todo es un camino tremendamente largo, y cada uno elige de qué forma completarlo – Escucho con atención lo que dice ella, me miro las manos y por alguna razón sonrío, ya que estoy completamente seguro, de que ese camino quiero recorrerlo con Ian, sobre la motocicleta.

– Ya debería irme a casa, estoy algo cansado.

– Pues vámonos – Con Leyla comenzamos a caminar hasta la carretera donde ha quedado el auto, mientras ella busca las llaves, escucho el sonido de un motocicleta, levanto ligeramente la mirada y veo como de la oscuridad Ian conduce a toda velocidad, se detiene de un frenazo al vernos y se queda a unos tres metros de distancia de mí.

– ¿Podemos hablar? – pregunta él con un tono de voz serio.

– ¿Qué ocurre? – le susurro.

– Quiero hablar contigo, ¿Podemos? – Leyla me mira, yo le doy una muy pequeña sonrisa y ella se despide de mí, se sube a su auto y desaparece.

– ¿Qué es lo que sucede? – le pregunto, aterrado por lo que vaya a decir. Ian se baja de su motocicleta, la deja a un lado y camina hacia mí.

– Perdóname, debí escuchar lo que tenías que decirme, mi Madre me regañó un montón y odio que tenga la razón, y aquí estoy, tal vez no merezca que me digas la verdad, pero si aún me consideras tú amigo, me gustaría escuchar lo que tienes que decir – Mi corazón estalla en mi pecho, trato de ocultar la pequeña felicidad que pasa por mi mente, entonces luego pienso en la respuesta que debo decirle a Ian, y toda esa felicidad desaparece.

– Me estoy muriendo – susurro – Bueno, no muriendo, pero hace unas semanas descubrí que hay una enfermedad que me tiene enfermo, una especie de inflamación comienza a aparecer en mi cerebro y todo en mi cuerpo se descontrola, pierdo la visión, no logro escuchar nada y mis pulmones se ahogan ya que se me hace imposible respirar.

– Jersey... – susurra.

– Solo tú y Leyla lo saben, y... supongo que se lo diré a tu Madre para que no crea que soy un puto drogadicto, pero luego de ellos, no quiero que nadie más lo sepa.

– ¿Tu hermano no lo sabe? ¿Y tu Padre? – pregunta sorprendido.

– No, intenté hablar con ellos, pero ninguno quiso escucharme.

– Pero Jersey... – Ian se intenta acercar a mí, pero yo lo alejo.

– No – susurro – No quería que lo supieras, desde ahora me tratarás con lastima, y no quiero eso – Un par de lágrimas se me escapan, pero entonces Ian solo sonríe y de todos modos se las arregla para abrazarme.

– Ya no eres mi amigo – dice Ian – Eres mi hermano, estamos juntos en esto, ¿De acuerdo? No necesitas ni a tu hermano o a tu fastidioso Padre, me tienes a mí, y mi Madre con mi Padre te adoran y apenas te conocen – Ian ríe y se sonroja – Eres especial, para mí lo eres – Ian me mira de una forma que nunca lo había hecho antes, me estremezco y tiemblo al momento que siento como se acerca y pone sus labios en mi mejilla – Eres especial para mí – Vuelve a repetir.

Sobre La MotocicletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora