Me levanto de la cama cuando el reloj de mi pared marca más o menos las 10 de la mañana, el sueño que tuve con Ian aún se mantiene en mi mente, pero va desapareciendo poco a poco cuando me froto los ojos para espantar el cansancio que siento, a pies descalzos salgo de mi cuarto y me encuentro con mi Padre y mi hermano, el mayor está leyendo un par de mensajes en su teléfono mientras expresa incomodidad, en cambio Franco solo está tirado de espaldas en el sofá sin hacer nada importante.
– Finalmente – dice mi Padre cuando me ve aparecer – ¿Ya dormiste lo suficiente o quieres otra siesta?
– Ya estoy bien – digo bajando la cabeza mientras tomo un vaso y lo lleno de agua.
– Tú y yo tenemos que hablar Jersey, lo de anoche no fue toda la conversación.
– ¿Qué hay que hablar Papá? – Susurro frustrado – No he hecho nada malo.
– ¿Cómo no? ¿Meterte en peleas callejeras no es lo suficientemente malo? – Tal vez escuché mal, pero él dijo "Peleas callejeras" y aquello jamás me ha sucedido.
– ¿Peleas? – pregunto confundido mientras Franco levanta su mirada y me obliga con solo la mirada a guardar silencio.
– ¿Y más encima preguntas? ¡Jersey! Tu cicatriz en el labio no la puedes ocultar, Franco ya me dijo lo de la pelea callejera que tuviste con ese Ian hace unos días.
– Pero Papá... – La verdad está por salir de mi boca, quiero decirle a Papá que descubrí a Franco revisando mis cosas hace un par de días, que se enfureció con nada y que me golpeó; la famosa pelea callejera que señala mi Padre no es nada más que una mentira de Franco para tapar su mal comportamiento, pero al final del día, es con él con quien me quedo a solas todos los días, así que prefiero mentir y quedarme en silencio.
– Ya no quiero que sigas siendo amigo de ese desgraciado, ¿Escuchaste?
– Ian no es mi amigo – miento, las piernas me tiemblan y escucho que mi voz se corta entre palabras, pero junto toda la fuerza que tengo y comienzo a hablar e intentar que Papá crea lo que digo – Ian solo vive cerca de por aquí y me trae después del trabajo, me prestó uno de sus cascos de seguridad para que no me pasara nada ya que se le hizo costumbre traerme, pero eso es todo Papá, no soy su amigo... ni siquiera conozco su apellido y voy a ser su amigo – suelto una sonrisa falta para intentar relajar algo a mi Padre, mientras él asiente y comienza a creer lo que he dicho, Franco abre su boca y empeora todo.
– No es cierto Papá – dice él – Lo he visto con ese Ian en la biblioteca muchas veces.
– ¿Eso es verdad Jersey? – pregunta él con una mirada amenazante, yo presiono mis labios mientras mi mente trabaja en algo que pueda inventar.
– Eso es porque Ian me vio dibujando, quería que dibujara su motocicleta e incluso él me pagó por el dibujo, solo es eso, lo juro.
– ¿Estás seguro que no me estás mintiendo Jersey? – Agrega Papá – he perdido toda la confianza que te tenía, ¿Desde cuándo tenías trabajo? ¡Ni siquiera me lo habías dicho! – Lo intenté, lo llamé un montón de veces pero él jamás me respondió las llamadas, en cambio Franco se comunica con él para pedirle un nuevo teléfono, y al otro día mi hermano tiene un móvil completamente nuevo.
– Lo siento – digo sin más – Lo olvidé, lo siento.
– Bien Jersey – dice mi Padre mientras se pasa la mano por el rostro con algo de frustración – Vete a tu cuarto, yo estoy por irme así que supongo que Franco me seguirá diciendo si sigues viendo a ese chico, pero recuerda, no quiero escuchar que estuviste con él otra vez, ¿De acuerdo?
– Bien – me siento raro al hablar, como si una parte de mí ser se quedara completamente vacía al sentir que ya no tengo la libertad de estar con Ian como era antes.
Mi Padre se queda en silencio y Franco regresa a tomar asiento en el sofá, yo vuelvo a mi cuarto y me quedo allí todo el día, Papá ni siquiera se despide de mí cuando se va, pero no me importa, prefiero seguir pretendiendo que mi habitación es todo el mundo que me rodea y que nadie más existe a pensar que todos en esta casa en especial Franco, me detestan sin razón alguna.
Temprano por la mañana del día lunes llego al Colegio y me encuentro con Leyla en su casillero, ella me hace detener y me pregunta con un susurro sobre mi estado de salud, yo le respondo que me encuentro bien y continuamos hablando hasta llegar al salón de clases, ella toma asiento en su lugar y yo en el mío.
Cuando queda una de las últimas clases, finalmente veo al chico con ojos de colores distintos, al chico con labios gruesos que de forma intrusa entra en mis sueños y sin barreras me besa de forma despreocupada, no puedo pensar en otra persona que no sea Ian, él es especial, al menos para mí.
– Mi Madre quiere que vayas a cenar a casa – dice Ian antes de incluso saludarme – Dijo que aún te debe la cena por ayudar a Papá el otro día.
– No creo que sea necesario, no ayudé a tu Padre esperando recompensa.
– De todos modos la dueña de casa te quiere allí, ¿Mañana?
– Emm...
– Te espero entonces – Ian pasa por mi lado, pero no puedo perder la oportunidad de decirle lo que ocurre, aprovechando que el timbre para regresar a clases suena y Franco ya debe estar en su salón de clases, me acerco a Ian, lo tomo del brazo y lo giro.
– Hey – susurro – Hay algo importante que quizás debas saber.
– Pues habla – responde él de forma desinteresada, al parecer no le importa mucho que lleguemos tarde a clases.
– Franco le dijo a mi Padre que me estaba juntando contigo, señaló que eras una mala persona y un montón de mentiras más – Ian solo asiente sin expresar nada – Y en conclusión, mi Padre dijo que no quería que fuera tu amigo.
– ¿Y qué es lo que quieres tú? – Pregunta Ian de inmediato – ¿Quieres que sigamos siendo amigos? ¿O piensas también que no soy buena persona?
– No te lo estaría diciendo si no quisiera... seguir... siendo tú amigo – respondo avergonzado mientras mis mejillas se calientan.
– De acuerdo, hablemos de esto en la hora de estudio, ¿De acuerdo?
– Bien – respondo, Ian se gira sin decir nada más y camina en dirección a su salón de clases, yo suspiro de forma rara ya que no estoy muy acostumbrado a hablar de todo lo que me ocurre, y esta es la segunda o la tercera vez que me sincero con Ian, solo él me entrega esa clase de confianza que necesito.
Me quedo un poco más tranquilo una vez que la conversación con Ian acaba, pero aquello no tarda en deshacerse.
Tomo asiento al final de la biblioteca, leo un par de mis apuntes cuando siento que alguien toma asiento al frente de mí, levanto mi rostro esperando que sea Ian, pero el desagradable rostro de Franco aparece ante mis ojos, con su sonrisa sínica y su mirada amenazante.
– ¿Ocurre algo? – pregunto con la sonrisa más falsa que logro crear.
– Recuerda que si te veo con Ian, se lo diré a mi Padre, solo venía a recordártelo.
– ¿Entonces tú eres quien me está difamando con el Padre de Jersey? – Franco abre sus ojos sorprendido cuando escucha la voz de Ian aparecer de la nada a un lado de él.
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Sobre La Motocicleta
Novela JuvenilEl Padre de Jersey jamás les ha prestado mucha atención a sus dos hijos. Y Jersey solo acepta aquello, principalmente porque no tiene la valentía suficiente para subirle su tono de voz ni a su Padre o a su fastidioso hermano. Jersey se podría decir...