Despierto con un dolor horrible en mi cuello, levanto mi cabeza y juego con ella delicadamente un momento para intentar perder el dolor, froto mis ojos y una vez que estoy despierto me doy cuenta de que estaba durmiendo en el suelo, tengo aquel dolor en el cuello por el simple hecho de que me quedé dormido con la cabeza puesta en el hombro de Ian.
Lo miro detenidamente por un rato, luego suelto un bostezo mientras noto que Franco no está en el cuarto, respiro agotado y comienzo a susurrar el nombre de Ian para despertarlo.
– Hey – digo en voz baja – Ian, Ian, ¡Ian! – susurro pero él no logra despertar, rodeo la mirada y sonrío con maldad por un momento, con confianza acerco mis labios a los de él y le beso la mejilla muy despacio, noto movimiento en sus ojos así que lo vuelvo a besar, le acaricio su rostro y él de a poco comienza a abrir su mirada, una vez que despierta y se da cuenta de que lo he besado, sonríe de forma sutil y él acaricia mi labio inferior.
– ¿Sucede algo? – pregunta él.
– Pues no lo sé – digo – ¡Necesitamos llamar a Mark o a Mirko! – reacciono de inmediato, Ian rápidamente comienza a revisar sus bolsillos una y otra vez en busca de su teléfono, está tan dormido que no logra despertar aún.
– Buscaré el mío – digo mientras intento ponerme de pie, pero Ian me toma del brazo y me lanza encima de él.
– Deja hacer algo primero – agrega Ian, entonces él pone sus labios sobre los míos, yo sonrío durante el beso pero luego debemos separarnos ya que en serio necesitamos saber que ha pasado con esos chicos.
Encuentro mi teléfono en mi mochila, lo tomo y veo que le queda 7% de batería, lo conecto rápidamente antes de que se apague y luego hago la llamada.
– Mark no responde – digo entre dientes con una queja.
– Pues llama a Mirko – dice Ian con la mirada puesta en mí – ¿Tienes su número?
– Creo que no – respondo mientras reviso mi teléfono, entonces Ian finalmente encuentra su móvil y me lo entrega.
– Yo lo tengo – dice él, yo lo miro sorprendido ya que normalmente nadie tiene el número de la persona que detesta, y Ian detesta a Mirko – ¿Qué? – Pregunta él riendo – Solo lo tengo por qué lo obligué a que me diera su número anoche, es todo.
– Bien – digo con naturalidad, le marco a Mirko y luego de que el teléfono sonara por al menos unas cuatro veces, él responde – Hey – le digo – ¿Puedes hablar? Soy Jersey.
– Hola Jersey – dice Mirko con una voz algo agotada – ¿Cómo estás?
– Bien, vine con Ian a casa y nos quedamos encerrados aquí toda la noche, ¿Dónde estás tú? ¿Mark está bien? – le pregunto ansioso.
– Pregúntale si están juntos ahora – susurra Ian.
– Estamos bien, ambos – responde Mirko – El plan funcionó, los de mi grupo nos siguieron mientras pensaban que yo y Mark éramos tú y Ian.
– ¡¿Qué dice?! – interrumpe Ian, yo rodeo la mirada y le pongo altavoz a la llamada para que Ian pueda hablar si es que tiene tantas ganas de entrar en la conversación
– Mark condujo muy rápido – continua Mirko – logramos escapar, y para seguridad de él nos vinimos a mi casa una vez que los perdimos – Ian se muestra sorprendido con aquello y toma el teléfono.
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Sobre La Motocicleta
Teen FictionEl Padre de Jersey jamás les ha prestado mucha atención a sus dos hijos. Y Jersey solo acepta aquello, principalmente porque no tiene la valentía suficiente para subirle su tono de voz ni a su Padre o a su fastidioso hermano. Jersey se podría decir...