El Padre de Jersey jamás les ha prestado mucha atención a sus dos hijos. Y Jersey solo acepta aquello, principalmente porque no tiene la valentía suficiente para subirle su tono de voz ni a su Padre o a su fastidioso hermano. Jersey se podría decir...
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Me quedo en silencio aterrado, se me agota la respiración mientras todo a mí alrededor se congela, camino hacia el cuerpo de Ian y lo veo tirado en el suelo, me mantengo alejado un momento; como si todo esto fuera una mala trasmisión de televisión, mis ojos parpadean y Ian queda boca arriba con la remera llena de sangre en su estómago, me tiembla el labio cuando vuelvo a parpadear un montón de veces y recupero la conciencia.
La bodega está llena de los animales, el jefe se ríe de algo gracioso mientras veo como Mirko está en el suelo cuando un par de matones le golpean, pero él no está aquí. Puedo verlo, pero no lo está, estoy alucinando, justo como el otro día cuando creí que un auto pasaba por al frente de mí. No quise prestarle atención a aquello aquel día, pero ahora esto es grave.
Mis alucinaciones son cada vez más reales.
Corro hacia Mirko y empujo a uno de los animales que lo golpean, ellos se alejan y trato de levantar a mi amigo, pero él suelta un gemido cuando un hilo de sangre comienza a caer por su labio.
– Lo siento – le susurro.
– ¡Qué lindo! – Agrega el jefe riendo – Pero tengo una duda, ¿Qué ha sido todo ese show que has hecho en el rincón de la bodega, Jersey Space? Te veías realmente muy mal.
– Nada, no ha sido nada – le digo entre dientes – ¿Qué es lo que quieren todos ustedes?
– ¡Pues eso es fácil! – Exclama él – Lealtad. Eso es lo que quiero.
– ¿Mía? – dice Mirko entre gemidos.
– Claro bobito, ¿De quién más? Acaso... ¿Acaso te has enamorado de este flacucho que lo defiendes tanto? – Mirko abre sus ojos sorprendido y luego me mira. Niega con la cabeza lo más rápido que puede y luego susurra.
– No, no es cierto Jersey. Prometo que no me gustas.
– ¡Pues entonces esto no tiene sentido! – grita el jefe.
– De todos modos – agrego yo – Ya lo han golpeado lo suficiente, también sé muy bien lo que no debo hacer; ¿Cuál es el objetivo de seguir aquí? – El jefe camina hacia mí lentamente, el sonido de sus botas tocando el suelo provoca un eco por toda la bodega, él cree intimidar a alguien con eso, pero yo no bajo la mirada.
– No confío en ti – me dice – Te siento débil, ¿Crees poder soportar toda esta carga emocional? ¿Seguro que nunca vas a delatarnos.
– Eso metería en problemas a Mirko, también puede que a Ian y Mark; No los delataré.
– ¡Pues no te creo! – dice riendo.
– ¡¿Y qué quieres que haga para que me creas?! – grito enfadado.
