Cap15 - 'No como yo'

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La noche con Mirko termina cuando ya es hora de que regrese a casa, él se ofrece para llevarme, pero le digo que vivo cerca. Mirko insiste en llevarme, pero al final logro esquivarlo de una buena manera.

Camino de forma solitaria a casa, llego cerca de las 5:15 de la mañana, lo único que logro hacer es lanzarme a la cama y dormirme, esta vez Ian no se aparece en mis sueños, o al menos eso es lo que pienso cuando despierto.

La mañana del sábado es algo fría, así que me pongo una chaqueta color azul que tiene muy largas las mangas, mis manos no se ven pero aquello me agrada ya que me mantengo abrigado.

Tomo desayuno y Franco lo único que hace es estar en su cuarto, yo me voy al jardín y paso allí casi toda mi tarde, dije que quería arreglarlo y hacer que luciera más lindo, y aun que no tengo mucha experiencia en la jardinería, estoy logrando mi objetivo.

De pronto cuando termino, escucho que mi teléfono está sonando, voy a mi cuarto y antes de tomar la llamada, veo que tengo 3 llamadas perdidas, todas de Ian.

– ¿Qué sucede? – le pregunto cuando le respondo la llamada y comienzo a lanzar ropa a la lavadora.

– Jersey – dice él con un tono de voz algo nervioso – ¿Tú sabes que aún no escogemos tema para el trabajo que hay que presentar en la hora de estudio?

– ¿Trabajo? – Pregunto confundido – Creí que era solo una hora básica para estudiar.

– No bobo, tenemos que presentar al menos dos trabajos por semestre, y faltan dos semanas para presentar el primero, así que, ¿Lo hacemos hoy? Si quieres vienes a mi casa.

– Si sobre eso – respondo avergonzado – Estoy recién lavando mi ropa sucia, y si me voy para tú casa, no me va a dar tiempo de dejarla secando y todo eso.

– ¿Estás lavando ropa? ¿Con este clima?

– Siempre está así de nublado aquí Ian, no seas exagerado – respondo con una carcajada.

– De acuerdo – en mi mente imagino a Ian rodeando los ojos – Voy para tu casa entonces, ¿A las 8:00?

– Bien, te espero.

– Nos vemos – Ian cuelga la llamada y sonrío de forma tonta cuando pienso en que Ian vendrá.

– ¿Por qué esa sonrisa tonta en tu feo rostro? – Pregunta Franco, me sobresalto cuando aparece de la nada, él se me queda viendo esperando una respuesta que obviamente no puedo darle.

– Recordé algo divertido.

– ¿Divertido? – Pregunta él con aquel tono de voz humillante que suele usar conmigo – No hay nada divertido en tu vida.

– Ya déjame tranquilo – agrego mientras termino de programar la lavadora de ropa y camino hasta mi cuarto, delicadamente cierro la puerta y me quedo allí, por mi ventana se ve que la niebla ha dejado todo de un color blanco, me concentro en aquello por más tiempo del que esperaba.

Me lanzo a mi cama, mantengo mis ojos abiertos y conectados al exterior, veo como la esponjosa niebla se mueve a pasos de tortuga, de pronto veo un cuerpo aparecer en mi ventana y Ian casi me mata del susto.

– ¡Me asustaste! – le regaño.

– Lo siento, pero te dije que vendría a las 8.

– ¿Ya son las 8? – pregunto sorprendido, Ian asiente y se quita su mochila desde su hombro, se lanza en mi cama y toma una de sus libretas, también saca un bolígrafo negro y lo pone entre sus dientes.

– ¿Vas a ayudarme o solo te quedaras viéndome? – ¡Dios! ¿Cómo puede gustarme alguien que es tan patán? Me levanto y tomo mis cosas de mi bolso, tomo asiento a su lado y veo que Ian tiene una lista con cosas en su libreta – Tengo 3 ideas, podemos hacer un estudio de literatura inglesa, uno de la segunda guerra mundial, o simplemente podemos investigar algo más actual, como la música: Imagine Dragons, OneRepublic, M83; hacer una comparación de géneros o algo así, ¿Qué dices tú?

– No tengo idea de lo que estamos haciendo – respondo avergonzado entre carcajadas – Primero dime, ¿De qué trata el trabajo?

– Nosotros lo escogemos Jersey – dice él – Tenemos que elegir un tema y hacer una investigación de aquello, es simple.

– ¡Ya entiendo! – agrego, un par de ideas se me pasan por mi mente y comienzo a anotarlas en mi libreta, siento la respiración de Ian más cerca que hace un rato, giro mis ojos lentamente y veo que tengo a Ian a unos 3 centímetros de distancia, él mira lo que escribo, pero cuando me detengo, él levanta su mirada y nuestras narices se rozan por un momento.

– Yo... yo... – balbucea Ian – Yo tengo otras ideas – dice finalmente – ¿Te parece si las anoto y luego vemos que escogemos?

– Claro – susurro hipnotizado por su mirada, Ian asiente y por alguna razón sus mejillas se tornan del color de las manzanas. Él escribe sus cosas, y yo me canso de estar sentado, me lanzo de espaldas y Ian hace lo mismo.

Finalmente Ian lee sus nuevos puntos, y escogemos un tema para el proyecto, algo que él recomendó después de todo. Nos quedamos charlando de aquello, y luego finalizamos el trabajo por al menos el día de hoy, pero Ian no muestra señales de querer irse a su casa, y yo tampoco quiero que se vaya.

– ¿Qué tal ayer la noche con Mirko? – Pregunta – ¿La pasaste bien?

– No – susurro – Ósea, Mirko es simpático y todo eso, pero no logro sentirme amigo de él, o al menos en confianza.

– ¿Y conmigo? – Dice Ian en voz baja – ¿Conmigo fue así también los primeros días?

– No – digo sin querer – Fue raro, pero me sentí cerca de ti desde el comienzo, no sé qué fue – obviamente si sé que fue, pero no le diré, no ahora.

– Sabes Jersey, a veces me gustaría tomar mi motocicleta, y largarme de aquí, irme lejos a un lugar en el que nadie me conozco, pero... pero no puedo.

– ¿Por qué? Sé que eres capaz de hacerlo.

– Iba a hacerlo hace unas semanas... pero algo me retiene aquí.

– ¿Qué cosa? – pregunto de forma inocente mientras junto nuestras miradas.

– No es una cosa... es... es... – Ian mueve sus labios para seguir hablando, pero escuchamos que comienza a llover, él se levanta de inmediato a la mitad de su oración, mira por la ventana y sobresaltado la abre.

– Mi motocicleta se va a empapar, no quiero que quede toda mojada – dice Ian, él se quita su chaqueta y sale disparado por la ventana, a los 6 minutos después regresa todo empapado, con la remera pegada al cuerpo y tiritando de frío – Me estoy muriendo, me estoy muriendo, me estoy muriendo – dice él cuando pasa sus manos por sus brazos desnudos.

– Te presto una remera, déjame buscar una – Ian asiente mientras cierra la ventana, yo busco una remera en mi mueble, y por suerte encuentro una de color negro que nunca he usado, la cual a Ian le queda perfecta. Me giro con rapidez y no me doy cuenta de que Ian está atrás de mí, ambos caemos al suelo, caigo sobre Ian pero él con un movimiento rápido hace que nos cambiemos de lugar y esta vez él queda encima de mí, y justo en ese momento, una gota de lluvia cae de su cabello en mi frente y es allí cuando noto que Ian está sin remera.

Ambos nos miramos, aquello no lo puedo detener, pero entonces siento que Ian se pone nervioso y se levanta, me da la mano y yo igual me pongo de pie, le doy la remera y me percato de que ya son más de las 10 de la noche, dejo a Ian allí en mi cuarto, él me mira y le señalo de que debo ir al baño, tomo mi mochila y huyo de allí.

Me tomo la medicina, y luego me dejo caer en el suelo del baño, tomo asiento y acaricio mi labio.

– Dios... me gustas tanto, tanto, tanto – digo frustrado. Cierro mis ojos y vuelvo a recordar a Ian, verlo sin remera es algo totalmente nuevo para mí, ¡Además me quiero morir! El cuerpo de Ian es tal y como se me apareció en mis sueños, una espalda fuerte y un estomago plano y con algunos abdominales sutilmente marcados.

Ian, es completamente perfecto.

– Eres perfecto... pero no me amas... no... no como yo te amo – susurro. Cierro mis ojos a la fuerza y luego reacciono a lo que está pasando, Ian a escondido su motocicleta probablemente en mi jardín para que no se mojara, eso quiere decir que no tiene intención de irse a su casa, traducción: Ian se quedará a dormir aquí, en mi cuarto – Dios, dame fuerza – digo entre dientes mientras me levanto y regreso a mi cuarto.

Sobre La MotocicletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora